capítulo 10

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Louis se marchó dejándome un poco desorientada por el beso en la frente y la conversación donde en un hipotético caso llegaramos a tener una relación para formalizarla frente a mis padres. Me paré a ver si en algún lugar había un interruptor para encender la luz, con suerte conseguí uno y lo encendí, decidí revisar ese asqueroso y polvoriento garaje que tenía herramientas,  llantas de autos, aceite derramado en algunos lugares del suelo, y un sin fin de cosas en cada esquina. En un rincón había una especie de escritorio muy viejo de madera y un par de cosas y notas sobre él, me acerqué a ver si conseguía pistas en la pequeña libreta sobre él; la abrí y empecé a ojear las páginas rápidamente pero todas estaban en blanco excepto por el lado de atrás. El número de mi padre estaba allí, anotado en tinta negra. Su celular, el de casa y su oficina.

¿Johnny parker? ¿Mi Johnny parker? ¿El que es mi padre? ¿Por qué tendrían el número de mi padre anotado?, parpadeé un par de veces y repetí unas tres veces los números para asegurarme que sí fuera mi padre y efectivamente sí lo era. Quizá sería para la llamada del dinero que pedirían por mí, seguí revisando cada una de las hojas con cuidado cuando escuché el portón abrirse. Todo mi cuerpo se timbró, por la forma en que se había abierto sabía que no era Louis además que acaba de irse.

—¿Qué haces tú revisando cosas que no son tuyas?—me replicó.

Zayn estaba en medio del garaje con las manos en la cadera y un rostro de total rabia. No le caía nada bien y él tampoco a mí.

—¿Por qué tienen el número de mi padre, Zayn?—le pregunté—¿Para pedir el dinero?
—¿Dinero?—hizo eco descaradamente incrédulo—. Cariño, ¿Aún no has entendido que te voy a matar? Pedir dinero es inútil porque vas a estar muerta. Es la orden.— dijo en un tono seco y autoritario.

Me estremeció y sentí mi espalda tensarse.

—¿Entonces?—le pregunté, poniéndome las manos en la cintura.
—Uy nenita. No hagas eso frente a mí. Tienes una cintura estrecha y delgada,¿Sabías que tienes cuerpo de diosa?—empezó a caminar alrededor de mi viéndome de arriba a abajo.

Me aparté trasteando hacía atrás pues mi pie se había tropezado con un tubo viejo y oxidado. Su tono de voz, y la manera en que me decía esas cosas encendió mi señal de alerta.

—Cállate idiota.—le contesté de mala manera—. Y alejate de mí , tu triste y baratucha ropa me enferma—mentí.

Sabía que la chaqueta que llevaba costaba algunos cuantos euros o dólares, al igual que el resto de su atuendo.

—Barato es lo que llevas puesto.— dijo arrogante.
—Eres la persona más absurda y estúpida que he podido conocer en mi vida, si tantas ganas tienes de verme muerta hace mucho que lo hubieras hecho con o sin órdenes de Liam.—declaré, molesta. Mi sangre se estaba acomulando en mi cabeza.
—Sí que sí Blancanieves pero, ¿Qué pasaría si antes de matarte te hago pasar momentos inolvidables?

Zayn se acercó a mi apartando el cabello que cubria mi cuello y soplando aire caliente allí, haciendo que mi piel se erizara.

—¿Qué pasaría si agarro tu puño y te lo hago tragar junto con tus cochinadas?—viboreé, aún si moverme.

Él siguió tocando mi cabello, podía sentir aire caliente chocar contra mi nunca con cierto olor a cigarrillo y licor mezclado. Estaba ebrio, eso lo explicaba todo. Procedió a depositarme un beso ahí, cuando intenté moverme para alejarme de él, una navaja acarició mi espalda baja. Mierda.

—Solo procura gritar y esto atravesará tu lindo cuerpo.—susurró a mi oído.

Me tomó de la nuca y me acercó a él para besarme a la fuerza, sus labios acariciaron los míos con fireza, con torpeza. Su lengua intentando invadir mi boca con desespero, sentí cómo sus dientes mordieron un poco mi labio inferior lo suficientemente fuerte para hacerme gemir de dolor. Intenté despegarme de él pero tenía toda su fuerza empleada en mí, fuerza que yo  no tenía por  el miedo que me iba carcomiendo por dentro. Metió sus manos por mi blusa, deslizó sus dedos encima de mi brasier. Las lágrimas empezaron a fluir con más fuerza, deseaba infinitamente estar en una pesadilla, esto no tenía que ser así aparte de secuestrada también  sería violada. Forcejé con él un poco más, pero las lágrimas me arrebataban todo intento de luchar por mí. Cuando finalmente pude despegarme un poco para tomar aire grité exasperada el nombre de Louis deseando que apareciera y me salvara de una nueva tragedia. Mis manos estaban temblando, mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho como un resorte. Me sentía ahogada en la miseria. Solo podía pensar en mí seis años atrás.

—¡LOUIS!—Grité nuevamente. Mis pulmones empezaban a quedarse sin aire y mi cuerpo sin fuerza— ¡Suéltame!

Golpeé a  Zayn en los hombros sin éxito.

—¿MIERDA ACASO NO ESTÁS ESCUCHANDO QUE LA SUELTES?

Era Louis, lo sabía por su voz porque ya no podía distinguir bien visualmente. Había llegado con mi cena que fue tirada al suelo, lo supe por el estruendoso sonido. Senti sus trotes hacía donde estaba, los brazos de Zayn me soltaron con fuerza y mis pies cedieron al suelo, llevándome dolorosos golpes en el cuerpo. Sentí brazos intentando agarrarme nuevamente, sentía mi cara empapada en lágrimas que no cesaban y el cabello pegado a ella. Mi garganta empezaba a cerrarse y mi pecho a arder a medida que sentía cómo me tocaba e intentaba cogerme entre su pecho.

—¡déjame en paz! ¡suéltame ya! !Déjame por favor! ¡déjame ir! ¡No lo hagas por favor!

Y a continuación,

no supe más de mí.

EDITADA. Stockholm Syndrome  |  Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora