capítulo 14

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Me desperté con un audible sollozo que brotó de mi pecho, y me levanté de golpe del mueble. Mi frente goteaba sudor cómo si hubiese estado corriendo, mis manos estaban temblando, mi corazón palpitaba amenazando que se saldría, tenía la garganta totalmente seca y estaba llorando con mucho dolor en el alma. No entendía que me pasaba. Las luces seguían apagadas, estaba sola en la sala, el reloj de la pared me indicó que eran las cuatro de la mañana y que por las ventanas estaba cayendo una tormenta de nieve afuera. Traté de tranquilizarme, pero no podía, no lo podía controlar así que lloré con más dolor, sentia como algo me oprimía el corazón. Abracé mis piernas mientras sollozaba, mi cabello estaba pegado de mi frente y mejillas todo enmarañado por la sudoración y lágrimas, la única luz que me permitía ver alrededor era la tenue luz de la luna colandose.

Me sentía sofocada y vulnerable en su totalidad, tenia el miedo atacándome sin piedad. Tomé fuerzas y salí corriendo a las habitaciones tratando de ver en cuál de las cuatro dormía Louis, lo necesitaba demasiado. Entré en la primera y no había nada, luego a la siguiente y estaba Liam profundamente, fui a la siguiente, donde yo había estado el otro día y ahí estaba acostado sobre la cama con una camiseta blanca y unos pantalones de algodón que le caían justo en la cintura, no estaba acobijado y el leve levantamiento de la camiseta me daba una buena vista de las entradas de su pelvis. Entré en silencio con el corazón desacelerando su pulso solo por verlo.

-Louis..-susurré minusiosamente, palpando su brazo. Despertó.
-Qué.. ¿Qué haces aquí?-se acomodó dándome un lado para sentarme.

No dije nada, solo lo abracé hundiendo mi cabeza en su pecho y él solo puso sus manos sobre mí, una tranquilidad me fue inundando poco a poco el pecho.

-¿Qué pasó?-preguntó, con una voz pesada-. Dios, estás temblando, tienes las manos heladas y.. -me separó de él y pasó su mano por mi cara apartándome el cabello pegado a mi frente-¿Estás sudando? ¿Has estado llorando? Qué hora es? ¿Fue Zayn de nuevo? Maldita sea, lo voy a matar juro que..
-¡Detente! Son muchas preguntas, solo abrázame por favor...-murmuré, aferrándome de nuevo a su cuello.

Louis aspiró el cabello que me caía sobre los hombros y acarició una y otra vez mi espalda tratando de apasiguar mi angustia, su respiración me golpeó el cuello al igual que su olor que me llenó de una sensación agradable, sentí sus labios rozando mi clavícula y me alejé un poco de él para verle a los ojos. Lucía hermoso, desaliñado y somnolientamente hermoso.

-Tuve una terrible pesadilla, contigo.
-¿Qué has soñado para que estés asi tan nerviosa? ¿Qué sucedió?-me preguntó encendiendo la luz de la mesita de noche.
-Tu y yo.. ¡Alguien te mató!-dije, recordando la horrible escena y hundiendo mi cara contra su pecho-. fue muy raro.. todo esto había acabado, solo estábamos tú y yo, tú me hablabas pero no te escuchaba, en mi mente solo nos veía hablando y riendo, caminábamos por la orilla y en un santiamén todo se tornó silencio total ya no estabas a mi lado, vi hacía abajo y estabas tirado en la arena ¡Ensagrentado! Estabas muerto.-solté a llorar-. alguien me quería matar a mí luego, fue horrible no tienes idea de lo que sentí al verte así.- le abracé y el enredó sus dedos en mi cabello.
-Eso no va a pasar, solo fue una pesadilla Camila-murmuró, me acercó el rostro hacía él quedando a menos de un centímetros de distancia.- te voy a cuidar hasta el último segundo de mi vida y no importa lo que pase pero te cuidaré asi tú tomes la derecha y yo la izquierda, recuerda que el mundo es redondo y nos vamos a topar.-sonrió y besó mi frente.- Vas a quedarte aquí conmigo, me aseguraré de que no tengas más pesadillas y si las tienes solo te haré olvidarlas. Solo.. duerme conmigo, por favor y no te vayas de mi lado. ¿De acuerdo?
-De acuerdo.-le sonreí.

Se echó para atrás, pasó una de sus almohadas a mi lado y me acosté en ella, él apagó la luz de la mesita de noche y subió la cobija hasta la mitad. Estaba en parte aliviada y en otra nerviosa por estar con el en la misma cama pero se sentía muy bien, me sentía segura y querida.

-No debí dejarte dormir sola.-dijo en voz baja, acariciando suavemente mi mejilla. Apenas podía verlo por la luz de la noche que se colaba por la ventana.
-Lo he hecho desde el día uno. No creo que los secuestradores duerman con su víctima, has hecho lo que debes. No es un secuestro convencional.
-Lo siento, de verdad lamento no haber estado allí contigo.
-Está bien, estás conmigo ahora y es lo que importa.-le susurré.

Louis sonrió menudamente y acercó su cara un poco más a la mía, rozó su nariz con la mía suavemente, su respiración chocó con la mía enviándome descargas eléctricas a través de mi columna, luego rozó sus labios con los míos pidiendo permiso para besarme y accedí, fue un beso no tan invasivo pero sumamente dulce y lento. Su mano acarició mi mejilla y cuello con cariño mientras mi boca y la suya se sincronizaban en el beso, ahuyentando todos mis demonios internos en ese momento. Amaba lo vulnerable y dulce que Louis se volvía en nuestros pequeños momentos, era el real, el puro, el bueno y solo yo era capaz de hacerlo volver. Era como un ángel disfrazado, todo se detenía cada vez que me besaba, que estábamos solos y vivíamos el momento, eran los segundos y minutos más maravillosos para mí, me hacían implorarle a Dios y el universo que esto no acabara nunca. Porque no quería alejarme de él ni de la sensación maravillosa que causaba en mí.

-Camila.-susurró, con la voz un poco áspera contra mis labios.
-¿Sí?
-No quiero tener que despedirme de ti yo.. quiero tenerte.

EDITADA. Stockholm Syndrome  |  Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora