capítulo 24

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—Buenos días Harry Styles.—le dije sonriendo. Aún no podía con su cara de asombro por lo servido.
—Buenos días Princesa No Mía.—dijo, reluciendo sus hoyuelos y dentadura.
—¿por qué me llamas así?
—Porque algunas personas te dicen Blancanieves, ¿Qué es Blancanieves? Una princesa. ¿Eres mía? No.—explicó sereno, se acercó a pellizcar un pancake y le di un manotazo.
—¿Por qué carajos  tus ganas de golpearme tan temprano?—se quejó, acariciándose la mano.
—No pellizques la comida antes de comer Harry, deja de ser tan cerdo y siéntate a esperar a los demás. Vaya que pareces un niño.—gruñé molesta, tiempo después todos estaban en sus respectivos lugares menos Louis.
—¿De verdad hiciste esto?—Niall preguntó.
—Sí Niall, te lo he dicho cinco veces. No soy tan estúpida, se hacer..algunas cosas.—reí.
—¿Y Louis?—preguntó Zayn, observando el lugar vacío junto a mí.
—No lo sé.—contestó Liam con la boca llena—. Deberías ir por él.—comentó después de tragar. Inconscientemente dejé caer mis cubiertos sobre el plato haciendo un molesto estrépito.
—¿Por qué yo?—gruñé enojada.
Es tu chico.

Suspiré con dificultad y subí a la planta de arriba donde fui hasta la última habitación del pasillo y entré minuciosamente para ver a Louis con un suéter azul oscuro ajustado a sus bíceps, vaqueros blancos entallados y zapatillas grises.

—Louis.—le llamé con cuidado acercándome, él subió la mirada y el turquesa de sus ojos se intensificó con la claridad. ¡Demonios! ¿como voy a estar enojada con semejante preciosidad?
Princesa.—susurró sonriendo.
—Todos desayunan y preguntan por ti, ¿Qué sucede?—le pregunté preocupada.
—Es ocho de noviembre.
—¡Es el cumpleaños de mi hermana!—dije, con emoción. Era raro cuando me emocionaba por cosas así.
—Hace diez años unos malditos fueron a mi casa a eso de las diez.. y asesinaron a mis padres y mi hermana. Aún parece que fue ayer Camila, aún recuerdo a mi mamá durmiendo a mi pequeña, arruyándola y llevándola a su cuna. Sonó el timbre y mi padre me gritó tres veces para abrirla y no fui porque estaba cansado. Escuché como discutía con alguien en voz baja, le pidió que bajara la voz porque su esposa e hijos dormían entonces vi mi madre pasar por mi habitación agitada. Seguí escuchando esos murmullos que fueron aumentando.. salí y me escondí en un lugar particular del recibidor, y poco después vi como ambos estaban muertos en el suelo.. vi como los sujetos se marcharon y corrí por la calle. Corrí y corrí mientras las lágrimas se estancaban en mi garganta.. se murió todo ese día.

Louis lloraba impasible frente a mí, tomando mis manos con fuerza, oliendolas. Lloré con él, su dolor me causaba dolor. Verlo pulverizado por una herida que nunca iba a sanar, algo que si le afectaba a él me afectaba a mí. Un dolor irremediablemente permanente, me dolía también. Él me dolía.

—Lo siento..—susurré, acariciando su espalda, él limpió mis lágrimas con su pulgar y luego limpié las de él que seguían corriendo.
—No tienes que sentirlo. No es tu culpa.. sabes, han pasado tantos años que me siento perdido en el tiempo y el espacio. Te encontré a ti y no pasa un día en que le agradezca a Dios por tenerte, mi vida ha sido una desgracia, me das lo que necesito para querer vivir. Quiero darte lo que necesites, me devuelves a mí poco a poco pero es duro. Muy duro, no merecía que a mí familia les pasara eso. No así, ¿Verdad?—preguntó con angustia. ¿Qué debía decirle? Son respuestas que no volverán a lo que era.
—No lo sé, no sé que decir salvo que estaré para ti y no te dejaré solo nunca. Estamos juntos en esto, cree en nosotros. ¿sí? Ahora, bajemos o Niall acabará con tu comida—reí para animarlo.

Él me besó de una manera suave y dulce mientras enredaba una de sus manos en mi cabello. Sus besos eran lo único inmortal que tenía. Cuando acabó  por aire, se detuvo a mirarme con una sonrisa risueña mientras acariciaba mi mejilla y dijo:

Te amo más.

EDITADA. Stockholm Syndrome  |  Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora