Capítulo 18

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Subimos hasta la terraza de aquél viejo y  abandonado edificio. Demonios, ¿Realmente había un jet? Había un jet desde luego, con un par de hombres aguardando en la puerta con abrigos grandes y gafas oscuras por lo que podía observar desde la distancia. Louis y yo apresuramos el paso ya que los chicos iban adelante, al irnos acercando pude distinguir a los dos hombres, uno llevaba el cabello oscuro y rapado, y su piel era tostada. El otro era más alto, cabello liso y rizado al final, piel deslumbrantemente blanca. Lucía muy suave e hidratada para ser aparentemente de un hombre.

—Finalmente llegan. ¿Cómo estás Liam?
—Tuvimos algunos incidentes pero ya estamos acá Roger.—le estrechó la mano.—¿Todo está listo?
—Listo.—anunció, el moreno. Roger.
—¿Qué tal pastelito? Te he echado de menos.—Niall se dirigió al otro chico.
—Deja de llamarme pastelito. Maldición, me los cobraré con esa chica. Pero, ¿Qué tal todo?
—Todo bien.—sonrió.
-—¡Louis! ¡carajo tenía tanto tiempo sin verte!—le dijo el chico saludándolo, y omitiendo mi presencia.
—Fue raro volver a Londres, pero ya estoy aquí. Oh, ella es Camila.—me presentó Louis.

Él se quitó las gafas para presumir de los deslumbrantes ojos verdes y brillante sonrisa de marca registrada que tenía. Era deslumbrantemente guapo, al igual que todos a su manera. Al parecer un requisito para estar en esa élite, era parecer modelos revista

—Camila.—le estreché la mano fingiendo cordialidad.
—Harry Styles.

¿Por qué tenía que ser cordial con el séquito que planea asesinarme?

¡Santa mierda!

—Será un largo viaje..—masculló Niall, viendo por la ventanilla. Me miró y sonrió menudamente.—¿Tienes frío? Puedo darte mi suéter.—dijo amable, y asentí.
—Te puedo dar mi chaqueta—interfirió Louis.
—Deja que use mi suéter, es más cálido.—Niall me pasó su suéter, y Louis solo observó callado.
—Gracias Niall, eres muy amable.
—De nada.
—Abróchense, vamos a despegar.—Roger anunció. Lo hice y en busca de comodidad apoyé mi cabeza en el hombro de Louis y él pasó un brazo sobre mí.
—Que lindos.—dijo Zayn.
—Gracias.—contestó Louis neutro.
—No es cierto idiota.
—¡Entonces cállate la maldita boca y ahórrate las opiniones que nadie te preguntó!—le grité obstinada.

El jet empezó a sobrevolar y esa sensación de ahogo se hacía presente por la altura. Dios.

—Toma esto.—dijo Liam, dándome una botella al parecer de té verde frío.
—¿por qué tomaría algo que me dieras tú?—le dije incrédula.— me quieres matar.
—Tómalo.—me dijo sereno, y no le hice caso—. ¡TÓMALO MALDICIÓN!—me gritó y miré a Louis.
—Hazlo.—me dijo tranquilo, contemplando mi propio reflejo en sus ojos.

Agarré la botella y efectivamente era té helado con limón. Se sentía estupendo después de no haber comido antes de salir , tomé un poco más y recosté mi cabeza nuevamente en Louis. Después, no vi nada. No supe nada más.

—Buena chica.

EDITADA. Stockholm Syndrome  |  Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora