EDITADA. Stockholm Syndrome | Louis Tomlinson|

capítulo 15

—Camila.. ¡Camila despierta!—sentí que me susurraron, y me tocaban. Abrí poco a poco los ojos y era Niall.
—¿Niall?—dije adaptándome a la luz y al incesante dolor de cabeza—. ¿Qué hora es?¿Qué haces aquí? ¿No estabas en Dublín? ¿Y dónde está Louis?—pregunté. Al pasar mi mano por al lado donde él se suponía estar durmiendo, un papel tocó mis dedos, era una nota.

«Tuve que salir muy temprano y no te quise levantar por lo de anoche, Niall llegará en la mañana y le dije estuviera contigo, quizá llegue cuando despiertes pero si no es así, Niall estará contigo, besos.»

“Besos”, repetí en voz alta y sonreí a lo que Niall rió a carcajadas. Vestía un suéter de lana azul marino, pantalones entallados beige de gabardina y zapatillas deportivas blancas, tomó la nota de mi mano y la leyó.

—¿Por lo de anoche? ¿Es en serio Camila?-rió—. Ustedes..
—No, nada. ¡Quita es cara ya!—le dije indignada.
—Mmmm.. Vamos a almorzar, he traído comida.—anunció enérgico.

Me levanté, me puse una chaqueta que estaba sobre una silla y supuse que era de Louis, y salí con él.

—¿Vamos a almorzar? ¿Qué hora es? ¿Liam y Zayn están afuera?
—Liam salió a hacer un trabajo que tenía pendiente.—comentó, mientras sacaba platos de los gabinetes. Lo ayudé y saqué cubiertos y servilletas depositándolos en la mesa de la cocina.
—¿Zayn?
—Ya viene, está vistiéndose porque llegó hace un momento.
—Oh..—mascullé.

Niall sacó del horno unas bolsas de comida rápida y nos sentamos a degustar. Realmente no tenía hambre, la cabeza me dolía demasiado y no dejaba de pensar en la pesadilla de la noche anterior, el martilleo incesante en mi mente me estaba aturdiendo un poco. El martilleo de que posiblemente, o no, estaba enamorada de un criminal que debía matarme pero, cuidaba. Cosas absurdas sin sentido alguno, y  las cosas que estaba viviendo tenían un parecido muy sorprendente.

—Buenas.—anunció Zayn, y se abrió paso.

Traía una sudadera delgada gris, encima una chaqueta negra un par de tallas más grande, unos pantalones que le caían en la cintura rodeado con un cinturón negro con diferentes tipos de navajas que la chaqueta cubrían, pero que él se había encargado de mostrarme al entrar. Tenía el pelo sobre la frente húmedo y se sentó a un lado de Niall quedando frente a mí.

—Camila.. Buenas tardes porque ya la mañana ha pasado, y volando.—sonrió pícaro, tomando una caja de papas fritas de la bolsa—. dormir mucho te sienta bien, despertaste radiante.
—Sí, tú igual al parecer.—le sonreí fingidamente y luego le fulminé con la mirada—. Pero a ti no es por dormir, a ti es por ser tan idiota.

Los dos se vieron la cara y aguantaron las ganas de reír.

—Si es así, prefiero ser un idiota para ser guapo toda la vida, que dejar de serlo y ser feo.
—Bueno lo que sea, déjame en paz me siento mal.—expliqué, mientras jugaba con una papa frita en la salsa de tomate.
—¿Qué tienes?—pregunto Zayn.
—¿Te importa?
—A decir verdad sí, es algo que no puedo evitar.
—Nada, solo me duele la cabeza y me duele la cara.
—Sí, por lo que hiciste con Louis anoche.—murmuró Niall, y soltó una carcajada.

Era increíble ver que tus secuestradores, maleantes, tuvieran sonrisas encantadoras y personalidades tan repugnantes solo por el hecho de dedicarse a lo que hacían.

—¿Qué hiciste anoche con Louis?—insinuó Zayn, divertido.
—Nada que te importe.
—Eso explicaría tu cansancio y por qué dormiste hasta las dos y media de la tarde.
—Qué pesado eres, ¿No te lo han dicho?
—No, es que me gusta molestarte. ¿Acaso no te diviertes?—cuestionó, con una sonrisa que iluminó todo a nuestro alrededor. Me mordí el labio inferior y asentí ocultando que le daba la razón.