Capítulo 49

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Mi lengua saboreó ese amargo y extraño sabor a metal  y sal de la sangre, proveniente de mi labio inferior. La mitad de mi cara dolía intensamente a la vez que sentía el ardor recorrer mi cuerpo entero a pesar de que el golpe hubiese sido solamente en mi cara.

—¡Johnny por favor!—exclamó mi madre. La vi desde el suelo a través del cabello que me cubría la cara.
—Has criado a una insolente mal agradecida Lucía.—murmuró.

«Qué lástima que sea igual que tú. Pero más vale cuidar un cristal agrietado que terminar de desecharlo a la basura.»

Louis.

¿Louis?

—¿Louis?—dije consternada, viéndolo a pocos centímetros de mí.

Louis caminó, me levantó del suelo y después de observar por un par de segundos mi labio roto tornándose a morado, limpió con mucha delicadeza la sangre que había caído desde mi labio hasta mi barbilla. Permaneció uno o dos minutos en silencio viéndome a los ojos, como si lo externo a nosotros en ese momento hubiese dejado de existir.

—Te amo.—susurró en mis labios, puso mi cabello detrás de mi oreja y besó mi frente.

Pasó al lado de ellos y se sentó en donde yo estaba al principio.

—Finalmente tengo el placer de conocer a Johnny y Lucía Parker.—dijo, recostándose del espaldar de la silla—. Destruiste la vida de tu hija Johnny—dijo tranquilo—. ¡Y por ende destruiste la mía!—gritó, furioso.
—Louis tiene mi pistola, cállate.
—¡Cállate Camila por favor! ¡Éste bastardo te mandó a asesinar por mí!—gritó en su cara. Mi padre guardó silencio por un segundo antes de agarrarme nuevamente.

Ahora era yo quien estaba siendo apuntada en la sien, su brazo alrededor de mi cuello impedía que el oxígeno pasara libremente por mis pulmones y empezaba a sentirme asfixiada.

—suéltala.—dijo Louis firme, y aparentemente  sereno desde el escritorio.

«Si yo fuese , ni me atrevería hacerlo

Esa voz era imposible de irreconocer, era Harry. Mi padre me lanzó al suelo y vi cómo lo apuntaba con un arma mucho más compleja de la que yo tenía, y Harry a él.

—Hola Princesa No Mía.—dijo, contento hacia a mí.
—Y quién demonios er..
—Veamos. A finales de septiembre decidiste contactar a un criminal para raptar a tu hija, asesinarla y que ante los ojos de la sociedad ustedes dos lloraran la muerte de su hija muerta, cuando la verdad, lo tenían planificado—dijo. Su tonalidad esmeralda reflejaba odio.

A rastras me levanté y fui hasta al lado de Louis.

—Eso no fue..
—¡Cállate!—le gritó, Harry. Apartó a mi madre y la lanzó a una silla cercana—.¿Pensaste que todo iba a ser perfecto?
&¿Y tú quién demonios eres niño bonito? —espetó, mi padre.
—Te aceptaré lo de niño bonito porque trabajo mucho en mi apariencia. Ya sabes, las chicas no se resisten a ésta sonrisa y..
—¡HARRY!—le grité, lo miré de mala gana y a la vez asustada.
—Bueno sí, soy Harry. ¿Contento?

El que Harry me viera por fracciones de segundos hizo que mi padre tomara ventaja. Él golpeó a Harry varias veces hasta que un último golpe seco en el pecho hizo que cayera al suelo tosiendo mucho. Louis fue rápidamente y tomó el arma para ahora adaptar la posición en la que Harry estaba. Me acerqué a Harry y vi como sus ojos veían más allá de mi cabeza, su mirada estaba perdida y no podía hablarme. Estaba jadeando y yo me empezaba a desesperar, lo hale con cuidado por el cuello  de su suéter y lo atraje hacia mí abrazándolo y sosteniéndolo, sintiendo como su respiración empezaba a ser irregular.  

_¿Qué diablos te pasa?—le susurré, en el oído. Pero claramente no iba a contestarme.

Harry tosió una vez más y sentí líquido tibio caer en mi cuello y hombro, toqué mi clavícula y tenía sangre. Sangre proveniente de la boca de Harry. Lo alejé de mi para poder mirarlo horrorizada y consternada por su estado.

—¡¿Qué demonios le pasa?!—le grité a Louis. Él se alarmó y corrió hasta nosotros. Harry estaba ido, totalmente ido entre Louis y yo.
—No Harry.. No ahora.—balbuceó, Louis.
—Louis, ¿Qué pasa?
—Está agonizando.—dijo Louis, afligido. Lo miré con horror y desesperación mientras él solo miraba a Harry con cada vez menos aire.
—¿Qué? ¡Louis haz algo no podemos dejarlo así! ¡Harry mírame por favor!—le agité, cosa que parecía inútil pues parecía no tener noción del tiempo.
—Camila déjalo.—susurró, Louis.
—¡Harry demonios no cierres los ojos!-sollozé.

Louis palmeó mis hombros y me miró sereno. O destruido. No podía creer que estuviese tan tranquilo cuando uno de sus mejores amigos estaba muriéndose entre nosotros. Aquello solo había generado más rabia e impotencia que la repartía entre mis padres y Louis en ese momento, por lo tranquilo e inmutado que estaba. Supongo que era su manera de digerir las tragedias.

—¡Solo fueron golpes Louis!
—Harry viene padeciendo de un edema pulmonar desde hacía varios años, la última vez que sufrió un ataque el médico advirtió que para la próxima vez no habría vuelta atrás. Su pulmón.. Está colapsando.—susurró Louis, con la voz quebrada. Lo miré, y luego miré a Harry en mis piernas quien me miraba.
—No puedes dejarme Harry..¡No puedes dejarnos Harry joder!
—¡Camila ya basta!—me gritó Louis, con lágrimas ahora en sus ojos.
—¡No Louis! ¡No puedes irte! ¡Yo necesito que estés ahí para mi bebé cuando ni Louis ni yo podamos!
—¿Qué?—murmuró Louis.

Lo miré con miedo a su reacción, sabía que no era la mejor manera. Sin embargo, asentí y él sonrió. Harry entre su agonía, sonrió un poco, estiró sus dedos y rozó mi vientre. A continuación miré a Louis quien ni me miraba ni miraba a Harry, solamente miraba mi vientre en silencio. Sentí una avalancha de sensaciones diferentes chocando dentro mí como olas. No podía comprender ni controlar todo lo que pasaba a mi alrededor, no podía lidiar con eso. Harry estaba literalmente muriendo en mis brazos y no podía controlarlo, en poco tiempo Harry Styles se había encargado de ganarse mi cariño en una manera particular y en mi mente no podía entender cómo él se estaba muriendo por culpa de mi padre.

Su pecho dejó de subir y bajar de manera irregular, y de su boca dejó de salir sangre. El verde cristalino que reflejaba a un ser extraordinariamente especial era el  mismo que ahora miraba fijamente a Louis y a mí. Louis cerró sus ojos con suavidad, a la vez que cerraba una ventana que con tan sólo mirar te hacia sentir que nunca jamás estarías en peligro con él.

—Tenemos que sacarlo de aquí.—dijo Louis, sin ninguna emoción.

Le besé la frente a Harry y con el mayor dolor de mi alma puse su cabeza con suavidad en el suelo. Me sentía enfadada, triste e impotente. Me levanté y me paré frente a mi padre decidido a matarme en cualquier segundo con sólo apretar el gatillo entre sus manos.

—Te preguntaré por última vez, ¿Por qué querías deshacerte de mí?—le dije, asegurándome que en cada palabra se proyectara el odio.

Él se rió y a continuación estaba serio. Lágrimas se derramaban por mi rostro, no soportaba saber que Harry estaba muerto a pocos metros de mí.

—Él te enseñó a utilizar una de éstas?—replicó viendo a Louis.—¿estás enamorada de la persona que te mataría?—rió.
—¡Joder solo dime la verdad!
—Louis Tomlinson. Detestable apellido. Detestable familia. Eres detestable. De hecho, te hacía muerto hasta hace unos seis meses.—dijo, con repugnancia. Miré ceñuda a Louis quien me miraba igual.
—¿Cómo sabes mi nombre?—preguntó Louis, con repugnancia y odio.
—¿Nunca te has preguntado quién mató a tu familia?—dijo mi padre. Vi cómo los dedos de Louis se controlaron de no apretar el gatillo.
—Juré que el día que estuviese frente a esos desgraciados bastardos, los asesinaria igual o peor que mi familia. Que los mataría de la manera más cruel así fuese lo último que hiciera en mi vida. Asi me condenaran a muerte.—dijo, con los dientes apretados.

Nunca había escuchado tanto odio ni sentido tanto dolor en la voz de un humano.

—Entonces, ¿Qué estás esperando para matarme?

EDITADA. Stockholm Syndrome  |  Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora