capítulo 23

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Aquella noche había sido bastante rara e incómoda, se suponía esa era mi nueva casa, ellos ¿Mis nuevos mejores amigos? Y porque era la primera vez que le decía a alguien 《Te amo》, y de Louis solo había obtenido una sonrisa más fingida que real. 

¿Quién me mandaba de estúpida a decir aquello? Es decir, ¿Tan seca era? ¿Tan estúpida me había visto? ¿Era muy pronto?

Seguramente me había perdido en su hermosa sonrisa y solo me había dejado llevar por ello, pero seguía sintiéndome tonta por no recibir alguna respuesta de él. ¿Por qué me sentía así?  Al parecer.. sí lo amaba, de verdad. Tal vez hasta más que la miserable vida que tenía disfrazada pero asi funcionaba eso del amor o lo que yo sabía de ello, las personas no elegimos de quién enamorarnos, ni el momento ni eñ lugar, mucho menos  la persona. A veces el amor no era correspondido y la muerte lamentablemente era inevitable, y probablemente yo solo me adentraba a la tonta idea de que me quería y no de que probablemente me "quería" porque soy parecida a su ex novia fallecida en términos trágicos.

Despejé mi mente de todo aquello y volteé para verlo dormir a mi lado. Todo su cabello desordenado en su frente y todo su abdomen y tatuajes expuestos lo hacían incluso lucir más joven y hermoso.  Los cobertores lo arropaban de la pelvis para abajo dejando visible también las entradas, y un par de marquitas por los cobertores que adornaban su mejilla izquierda. Era como un ángel después de luchar en la batalla. Hermoso, valiente, vulnerable.

Traté de tirar los cobertores fuera de mí con cuidado para no despertarlo y salí tratando de ser silenciosa, me miré en el espejo que estaba pegado a la puerta del armario y aunque llevaba solo un par de pantaloncillos de seda rosa pálido,  una sudadera de Louis con un estampado en el pecho y el cabello hecho rizos sobre mis hombros, me veía adorable. O al menos eso me daba a indicar el espejo.

«Te ves preciosa con mi sudadera»

Di un traspié hacía atrás al escuchar la voz mañanera grave de Louis y me giré a verlo sentado con los cobertores envolviendo sus piernas, con su adorable sonrisa y mirada somnolienta. Sonreí mientras me sentaba en la orilla frente a él.

—Buenos días precioso Ángel de paz.—susurró, estirando sus brazos junto a un bostezo.
—Buenos días.—me limité a contestar. De pronto recordé que hacía unas horas atrás me había esforzado en decirle que lo quería y él nada había hecho.
—Hoy tu melena negra se va. ¿Te he dicho que Liam está loco? Pues está loco de remate. Loco loco hasta el núcleo. Sin embargo, lo amo. Todos están locos y todos nos amamos.—dijo, un poco eufórico.

¡Te confesé que te amaba y no hiciste nada gran tonto!

—Sí bueno.. —dije afligida. Su mano envolvió la mía sobre la cama mientras su vista permanecía allí.
—Haré unas vueltas con Liam y Zayn, Niall buscará a Kat que recién llegó de Düsseldorf y te quedarás con Harry.
—¿Sola con él? No tengo ni un día de conocerlo, ¿Y si quiere matarme o violarme?—chillé, Louis rió.
—Harry es un buen tipo. Demasiado realmente, no te hará nada malo. Además confio en él y en ti para no meterlo en problemas cuando salgan. ¿De acuerdo?—dijo en tono amonestador.
—¿Adónde vas?
—Saldré Camila. Confío en ti, deja tu mal humor con él.
—Como digas.

Bajé y encontré la sala sola pero con sonidos en la cocina, asi que fui hasta allá para conseguir a Liam con tan solo una toalla amarrada en sus caderas mientras revolvía huevos. Dios ten piedad de cualquier cosa que realmente me esté cruzando por la mente.

—Buenos días, Liam.—susurré. Él volteó, me sonrió y besó mi mejilla. ¡Vaya gracias Dios!
—Buenos días Blancanieves.—dijo, en un tono tan suave como el algodón.
—Me llamaste Blancanieves y besaste mi mejilla en vez de gritarme. Dime, ¿Estás enfermo?—él sonrió y vaciló mientras cuidaba que los huevos no se quemaran.
—No, quiero ser amable contigo. ¿No puedo?—me sonrió.
—Claro, sería agradable Liam.

Ayudé a Liam a terminar el desayuno haciendo un par de cosas extras como jugos y servir la mesa. De algo me había servido ver a mi servidumbre hacerlo para mis padres y para mí cada día.

—¿Qué estás haciendo?—me preguntó, riéndose.
—Pancakes, ¿Piensas comerte los huevos solo?
—No, pero..¿Sabes cocinar?—sonó incrédulo.
—Mi abuela me enseñó algunas cosas, no soy inútil amigo.
—Pues es genial, iré a cambiarme. Los chicos deben estar por bajar. ¿Y Louis?
—No sé.—le respondí con fatiga.
—Dormiste con él, debes saberlo.
No sé, dije Liam.
—Pero si..
—¡Demonios Liam no sé qué hace el tonto de tu amigo!
—Oh vaya.. la primera pelea y es el primer día apenas..
—¿Qué dijiste?
—Nada.

EDITADA. Stockholm Syndrome  |  Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora