EDITADA. Stockholm Syndrome | Louis Tomlinson|

Capítulo 28

Louis.

-¿Puedo ayudarte chico?-preguntó una enfermera.

《No seas tan imbécil como para preguntar por la chica más buscada últimamente》

Vi a Harry a un par de metros recostado de la pared con las manos en los bolsillos. Vacilé por un momento y traté de caminar a pasos ligeros hacia emergencias.

-¡Louis!
-¿Qué le sucedió?-pregunté, enojado e impotente en voz baja.
-Ella.. ella me suplicó múltiples veces, estaba histéricamente llorando. Yo solo..
-¡¿Qué te preguntaba carajo?!-susurré igualmente.
-La persona que encargó su muerte.
-¿Le has dicho Harry?-lo tomé por el cuello de su camiseta.
-Sí.
-¡Entonces dime por qué rayos estoy en un hospital por ella!
-¡No lo sé! Ella estaba bien, estábamos bien. Le dije y ella solo me miró fijamente, pensé que jugaba conmigo porque siempre lo hace para molestarme. Le hablaba y nada decía, respiró profundamente y cayó sobre mí. Lo único que dijo fue que quería que lo matara. Que asesinara a su padre.

Lo solté y respiré con pesadez. Todo era mi culpa. Golpeé la pared muy fuerte, un ardor y dolor agudo me recorrió desde los dedos hasta mi cerebro. Un dolor tan desesperante como el chirriante sonido de uñas sobre un pizarrón.

-¿Louis?-Harry preguntó, preocupante.

No era mi mayor preocupación ahora, yo no. Ahora no.

Omití la pregunta y presencia de Harry y caminé por los fríos y pálidos pasillos de ese hospital, entré a la única puerta que decía que estaba restringido la entrada sin autorización del médico tratante pero tampoco era mi mayor preocupación. Solo lo era ella.
Sentí que algo me frenaba, entonces vi a una enfermera tomándome de la chaqueta. Tampoco era ella mi preocupación por lo que la aparté y con rapidez y desespero, abrí las cortinas de cada uno de los cubículos.

Ella. Allí estaba mi única preocupación. Con todo su cabello oscuro tendido de una manera desordenadamente hermosa sobre el enfermizo color amarillento, con soluciones viajando por sus venas. Se veía vulnerable y delicada, sentí que por momentos la vida se me iba de verla allí, ese familiar y desesperante sentimiento volvía a mí. Como si la silenciosa muerte estuviese dentro de la habitación. Me senté en el espacio libre y tomé su mano, pálida y helada contra la mía, la llevé hasta mis labios y la besé.

No podía entenderlo, ni ahora ni diez años atrás. ¿Tan malo era ser bueno? No entendería ni mi vida ni la suya. No entendería lo trágico que era todo incluyendo nuestra relación.

-Chico no puedes estar aquí.-susurraron.

Nadie podía decirme eso, prohíbirme ver a mi niña. Eso no. Otra vez no.

-No me iré. Lo siento.-susurré, conteniendo mi enojo.
-Necesita reposo.
-¿Qué le sucede?
-Estamos evaluando. Tiene dos horas inconsciente desde que llegó, el médico residente la verá pronto para dar un diagnóstico.
-¿cuándo demonios ese imbécil llegará?
-En unos minutos. Por favor, ve afuera mientras tanto.

La enfermera me insistió varias veces ante mi negación y al final accedí. Cuando salí arrastré a Harry hasta afuera del hospital.

-¿Qué te dijeron?-preguntó nervioso, y asustado.
-Que pronto la verá un especialista. Tiene dos horas inconsciente Harry, desde que la trajiste. Siento que la vida se me va ante mis ojos viéndola allí sin siquiera saber si volverá a abrir los ojos. No es justo Harry. No es malditamente justo las desgracias que he tenido. ¡maldita sea!-grité liberando la ira en mí.

Harry me miró y sonrió un poco.

-¿De verdad la amas? ¿No es solo un capricho?
-No.
-¿Entonces?
-No puedo pensar sin ella. Sí, la amo. No lo sé es absurdo porque la mataría pero ahora todo es tan diferente Harry. Maldita sea, el amor duele tanto. Ella es tan débil, siento la necesidad de cuidarla de todo mal, de cualquier daño. Se ve tan fuerte e inquebrantable pero solo con una ráfaga de viento se cae y se quiebra, ha sufrido mucho y por eso su razón de ser.
-¿Qué puede ser tan malo?
-Mucho Harry, y son cosas que ni te imaginarias que una niña tan preciosa pueda vivir pero sí. Tiene miedo al mundo, a todo.
-¿Menos a ti?
-Tengo miedo de mi mismo. Ella solo supo lidiar con los fantasmas que me atormentan.

Harry me miró con el ceño fruncido mientras el aire azotaba algunos de los mechones de su cabello.

-Ya una vez perdí mi familia y la chica que amé mucho. Camila es la única que pudo encontrar eso perdido que murió junto con aquellas tragedias, y me devolvió mi escencia. No pienso darle la satisfacción a la vida de volverme a hacer daño quitándomela.
-Louis, ¿Estás bien? Estás llorando.

《¿Familiares de Kim?》

-Sí. ¿qué le sucedió?-Harry respondió rápidamente y capté que era Camila.
-Un cuadro bastante agudo de shock trauma-emocional.-explicó el médico. Aquello resonaba en mi cabeza-. Lo que sea que experimentó, hizo que la parte del cerebro encargada de las emociones disparara en altos niveles sus nervios. Su presión arterial subió demasiado y por poco no sufrió un ataque cardíaco. Ahora se le suministra medicamento, está estable y despierta. Sigue algo conmocionada asi que..
-¿Podemos llevarla a casa?-pregunté, ansioso.
-Está tranquila por los calmantes asi que siganle la corriente. Podrán llevársela depende de las siguientes tres horas.
-¿Podemos verla?-Harry preguntó, con desespero.
-Uno a la vez.

No hizo falta hacer más preguntas, ya Harry estaba abriéndome paso para verla.