Capítulo 50

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Vi a Louis, luego vi a mi padre y por último miré la sangre de Harry en el suelo. No sabia si la cabeza me daba vueltas por todo lo que me iba enterando o por el dolor agudo de mi herida, más la sangre que perdía sin darme cuenta.

Me tambaleé sobre mis talones y trasteé hacia atrás, traté de despejar mi mente con un ladeo.

—Tu eres hijo de Gerard y Elena Tomlinson. Antiguo socio de mi empresa, ¿Lo sabías? Por supuesto que no, pasabas las venticuatro horas del día con una niñera. Conviviste con ellos a partir del día en que rompimos lazos de negocio. Tenías diez años. Camila tenía siete, ambos estudiaban en el mismo instituto.

"Eres un maldito desgraciado" vociferó Louis, con rabia.

Escuché como los dedos magullados de Louis activaron el gatillo en la frente de mi padre, mientras que él también hizo lo mismo y apuntaba a Louis justo al corazón.

Ante mis ojos todo se había vuelto a cámara lenta acompañado de un silencio ensordecedor. Miré a Harry en el suelo, luego miré la escena frente a mí. Un núcleo de odio letal se enfrentaba a la que a todos le tememos, la muerte.

—Louis solo vámonos.—murmuré, en completo estado de descomposición emocional.

Él no me miró.

Sus ojos estaban fijamente clavados los ámbar desalmados de Jhonny Parker.

—Qué lindo como te quiere.—dijo mi padre, en un tono burlón—. Por tu culpa ella sigue aun con vida.—dijo. Su frente brillaba de sudor como la de Louis.
—¿Qué tiene que ver la familia de Louis conmigo?

"Mucho, tiene que ver mucho contigo Camila."

Mi madre apareció por la puerta siendo sostenida de Liam. Él la agarró con más fuerza y su rostro expresó el dolor que le ocasionaba el agarre. En cambio ella seguía intacta en cuanto a su apariencia trataba. Su maquillaje estaba en perfecto estado pero pronto seria arruinado por las lágrimas que sostenía en sus ojos.

—Dime la verdad por favor.—le supliqué a ella.
—Gerard y tu padre..—titubeó y miró a mi padre como si le pidiera disculpas.—fueron socios mucho tiempo, Ezra y Charlotte Marshall eran empresarios expertos en finanzas y relaciones internacionales comerciales, y necesitábamos de su conocimiento para establecer relaciones con otros países y
—¡AL GRANO!—espetó Louis, desesperado.
—Tu padre quería tener un hijo, uno que heredara toda la fortuna de el gran esfuerzo que había puesto para sacar adelante la empresa. Siempre supe que no podía concebir y nuestro matrimonio iba mal por tal razón. Charlotte esperaba gemelos y al cabo de un par de meses le planteé que le daría la cantidad de dinero que ella pidiese a cambio de uno de sus bebés, obviamente ella se rehusó. Le dije a tu padre que necesitaba mi espacio y que tomaría unas vacaciones a San Francisco y volvería luego; cinco meses después supe que Charlotte había dado a luz en un hospital local de Liverpool , y que había tenido dos niñas. Estaba desesperada y aterrada de que tu padre se divorciara de mí, así que en un arranque de locura tomé a una de sus niñas y dos meses después volví a Londres presentando a esa niña como nuestra hija. Que me había ido porque estaba embarazada.
—Charlotte y Ezra Marshall.. Son los padres de mi ex novia..—balbuceó Louis. Volteé y vi como sus labios estaban pálidos. Probablemente yo estaba transparente.

Sentí un bajón de adrenalina como si una tonelada de bloques se desplomara dentro de mi cabeza hasta mis pies. Liam me vió alarmado detrás de mi madre, preocupación condensada en en el café de sus ojos. Cada pieza iba encajando como un rompecabezas. Uno que no era más que la verdad.

—Ellos son mis verdaderos padres.—balbuceé, mis manos estaban heladas y las lágrimas corrían sin cesar.
—Camille.. Era tu hermana.—dijo Liam, sorprendido.
—Era mi gemela—sollozé—. Si no podías tener hijos..
—Jane no es su hija tampoco ¿No es asi?—soltó Liam.

EDITADA. Stockholm Syndrome  |  Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora