Aquella flecha de madera viajaba a gran rapidez hasta donde estaba Jack, siendo detenida al partirla a la mitad ese albino con el filo de su espada, deteniéndola de herirlo en alguna parte de su rostro. Adam sonrió por haber visto su flecha en la nieve, solo siendo otra más de tantas que habían sido destruidas o se habían quedado estancadas en algún fuerte tronco.
—Sigues confiándote demasiado —expresó Jack, bajando su espada y ver a ese castaño—. Habrá vampiros más rápidos que yo, debes pensar también en alguna forma de destruirlos sin necesitar el usar tu arco.
—Lo sé, pero es más divertido con las flechas —se excusó el vampiro—. Intentémoslo una vez más.
Adam y Jack estaban un tanto alejados de los demás, dejando que cada uno se concentrara en seguir mejorando con sus armas, entre ellos, Elsa. Quien estaba de pie en medio de Alberto y Tulio, disparando el trío hacia esa diana que había colocado Miguel hasta hace unos momentos, quedándose esté de pie y mirando quien era el mejor disparador de ellos tres: siendo Alberto el ganador.
—¿Puedo preguntarte algo? —preguntó Adam.
Jack miró a ese vampiro que estaba de pie frente a él, dejando el arco sobre la nieve junto a su aljaba. Su cuerpo usaba unos ajustados pantalones de mezclilla, una playera blanca de manga larga, quedándole un poco holgada al ser un par de tallas más grandes que las que él necesitaba, dejando al final esas zapatillas deportivas blancas. Vio como el largo y fino cabello castaño que poseía el vampiro, caía a los lados de su rostro, cubriendo gran parte de esas pálidas mejillas.
—¿Qué cosa? —cuestionó Jack, dejando también su espada sobre la nieve.
—¿En qué año naciste?
Adam corrió hacia Jack, levantando su puño al tratar de golpearlo en el rostro, maldiciendo por haber sido detenido su golpe por el albino al poner él su mano, siendo esta la que recibió ese fuerte golpe. Una pequeña sonrisa se hizo presente en los dos híbridos, comenzando alejarse Jack con rapidez de Adam, retrocediendo sin mirar hacia atrás, mientras ese castaño también se apresuraba a llegar hasta donde él estaba, tratando inútilmente de golpearlo una sola vez.
—Nací el seis de junio de mil setecientos diez —respondió Jack, volviendo a detener otro golpe de Adam al poner su mano—. ¿Qué hay de ti?
—Yo nací el veinte de abril de mil seiscientos sesenta y cinco —contestó, liberando su mano de ese fallido ataque—. Soy mayor que tú por cuarenta y cinco años, niño maleducado.
Jack sonrió por ese inocente insulto, siendo ahora el turno de él de intentar de golpear a Adam, retrocediendo el castaño con una sonrisa al ver que él no lograba golpearlo. El albino no se sintió sorprendido por ver que de un momento a otro había desaparecido su rival, dejándolo solo en medio de ese bosque en donde se escuchaba a lo lejos los demás vampiros que seguían entrenando.
—No me imaginaba que tuvieras trescientos cincuenta y nueve años —confesó Jack, girando su cuerpo en busca de ese castaño—. ¿Qué edad tenías cuando murió tu esposa y tu hijo?
—Ella murió en mil novecientos treinta y dos —contestó, sin importarle ser encontrado por Jack—. Como ves, han pasado ya noventa y un años, desde que ellos murieron. Pero, no he estado solo en ese tiempo.
Jack se giró rápidamente cuando escuchó el acercamiento de Adam, logrando detener su brazo al tomarlo de la muñeca antes de que él llegara a tocar esa parte de su cuerpo. Lo liberó de su agarre, frunciendo ligeramente su entrecejo al no entender a lo que se estaba refiriendo, siendo Tooth la primera que llegó a su mente; pensando que ella debió estar con él en todo ese tiempo en donde debió sentirse completamente solo.
ESTÁS LEYENDO
Desiderátum
RomanceSegunda parte de Híbrido. No leer si no has leído la primera parte ya que la sinopsis contiene spoilers.