Decisiones

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—Si les parece bien, quiero que la boda sea dentro de tres meses.

Elsa se quedó callada al escuchar la voz de su prometido, mirando al hombre que estaba sentado a su lado con una gran sonrisa. Una de sus manos estaba agarrando las dos manos de la rubia, las cuales estaban sobre su regazo, mientras pasaba su brazo libre sobre los hombros de ella. Elsa agachó su cabeza al escuchar la fecha de su futura boda, viendo que era muy poco tiempo el que debía pasar para poder llamarse señora Smith.

—¡Me parece perfecto! —chilló Iduna de emoción—. Conozco un lugar perfecto para que puedan hacerte tu vestido, estoy segura que serás la novia más hermosa del mundo.

Elsa se forzó a sonreír por las palabras de su madre, sintiéndose por dentro que estaba cometiendo el mayor error de su vida solo por complacer a sus padres y a su novio. Ignorando por completo como su padre veía la expresión de su hija, siendo otra prueba de lo equivocado que estaba por separarla del hombre que más de una vez había dicho que la amaba y al parecer; no mintió cuando dijo que Elsa también lo amaba.

Aun cuando Jack, le había dicho que borró los recuerdos en donde los dos estuvieron juntos; podía ver que su hija lo extrañaba, se veía decaída al no tener a su lado a ese albino que le insistía con dejarlo estar cerca de Elsa, prometiéndole siempre hacerla feliz. John bajó su cabeza al sentirse mal por ver a su hija en ese estado en donde debía fingir que estaba feliz por su compromiso, mientras que por dentro estaba sufriendo por no estar con ese hombre que le había asegurado que la amaba; pasó una mano por su rostro al sentirse un idiota por no haber permitido que se volvieran a encontrar, por quitarle a Elsa su felicidad al igual que a Jack, viendo como ambos sufrían al creer que estaba haciendo lo correcto.

John sacó su celular de uno de los bolsillos de su pantalón, llamando el número de Jack al querer que respondiera y pasarle la llamada a su hija, pensando en su mente que tal vez eso la podría ayudar a recordar algo y desistir de casarse con ese rubio. Escuchando claramente el molesto sonido de espera al otro lado de la línea.

Jack suspiró cansinamente al escuchar el sonido de su celular, tomando ese aparato con una de sus manos y ver que una vez más estaba llamando John. Negó con su cabeza al no querer darle el placer de verlo una vez más mal por su culpa, mirando ese número en la oscuridad de su casa; encontrándose todas las luces apagadas siendo la chimenea la única encendida y la cual lo ayudaba a no estar por completo en la oscuridad, levantando su mirada y ver el solitario bosque que estaba frente a él.

«Elsa, ahora está saliendo con alguien normal, alguien que la está haciendo feliz.»

Arrojó con fuerza ese teléfono a la pared al recordar con exactitud las palabras de John, diciéndole casi de inmediato cuando Elsa, comenzó a salir con ese chico rubio que estaba con ella en ese día lluvioso. Logrando con ello que todo quedara finalmente en completo silencio cuando ese celular, se quebró en mil pedazos al haber sido arrojado con tanta fuerza por el albino, callándose ese sonido y liberándose después de algunos años de las burlas de John, esta vez ya no tendría forma de llamarlo el día en el que Elsa se casara con su novio, ya no volvería a lastimarlo al saber que su sanguijuela ahora amaba a otro hombre.

La canción Power de Isak Danielson estaba sonando por las negras bocinas del estéreo. Jack se levantó del sofá y caminó hasta ese aparato, subiendo aún más el volumen al querer escuchar esa canción lo más alto posible, mirando por unos segundos esas bocinas antes de ir hasta donde estaba ese teléfono que quebró por un maldito impulso, tomando todos los trozos del piso y con ello arrojarlos al fuego de la chimenea. Se sentó sobre esa alfombra negra, mirando con detenimiento el fuego como si este fuera lo más majestuoso del mundo, perdiéndose con el sonido que hacia este y con la canción que sonaba en ese momento, cerrando sus ojos al sentirse relajado con la voz masculina, mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.

DesiderátumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora