Borderline (I don't eat)

Primaria III

"Llamar la atención"
Esa frase se me hizo obsesión. Tanto al punto de ponerme reglas.

•no llores
•no hables mucho
•no hables poco
•no te acomodes el pelo tanto
•no tengas el pelo hecho un desastre
•no te maquilles ¿queres que te vean?
•maquíllate, todas lo hacen ¿queres ser la única que no lo hace?
•no vayas tan abrigada a la escuela. Van a pensar que no aguantas casi nada el frío
•abrígate. Van a pensar que te haces la fuerte, la dura.
•¡¡que no se vayan a enterar que te cortas!!
•sin peinados extravagantes. Pelo suelto o una cola de pelo normal.
No.
No.
No.
Y no.

Todo es peligroso.
Todo llama la atención.
Todo hace que me odien.

Así es como intentaba permanecer con un perfil bajo en la escuela, en voley, en la escuela de música. Pero un día eché todo a perder.

Estaba en la escuela, en clase de ciencias sociales cuando suena el timbre del recreo.
Al salir al patio, veo a Micaela llorando. Me se me había ocurrido acercarme para preguntarle si está bien, si yo podía hacer algo por ella y lo hice
¿Pornque hice eso? Si nadie nunca lo hizo por mi...
En fin, y me comenta que su mamá le había pegado esa mañana y se sentía vacía.

Vacía...

Yo conocía ese sentimiento y sabía como curarlo. Le dije:

"Toma la tijera y córtate el brazo, eso te hará sentir mejor"

Yo le estaba dando la solución a todos sus problemas. Yo la estaba ayudando. Pero en vez de hacerlo y agradecerme se rió de mi. Se rió tan fuerte que mi corazón se salía de mi pecho. Se rió tan fuerte que se me hervía la sangre poco a poco hasta quedar roja como tomate. Se rió tan fuerte que luciana se acercó a ver qué estaba pasando...

Micaela le contó a luciana lo que yo había dicho y ambas se empezaron a reír de mi, de mi dolor, de mi vacío. Llamaron a marcelo, para armar un trío de risas.

Mi mente se puso en blanco, volví a perderme. necesitaba sentir, aliviarme. pero estaba en la escuela y tenía a tres idiotas riéndose demasiado cerca.

No se cómo pasó, ni en qué momento, pero recuerdo sentirme vacia mientras estaba parada delante de los idiotas y luego sentirme vacía mientras tironeaba con ellos. por si No les bastó con reírse, Debían ver mis cortes, tomarles fotos y contarles a todos. Así que decidieron agarrar mis brazos a la fuerza, levantar mis mangas, y tomar fotos para enviar al grupo de la escuela.

Me sentía humillada, fracasada, inútil. Me alivie una vez y otra y otra y las fui contando
Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Sesenta y nueve alivios

A la mañana siguiente me levanté sin ánimos y fui a la escuela para... ¿adivinen que? La perfección me recuerde lo horrible que soy.

Victoria había ido a la escuela con una remera muy ajustada ¡y le quedaba hermosa! Si yo me pongo algo así parezco un matambre. Me senti tan obesa a su lado...

•Abdomen plano
•Brazos delgados
•Dedos largos y finitos
•Piernas flacas con un espacio entre medio de los muslos
•1.70cm de altura
•clavículas marcadas

Era la mujer perfecta y al lado de ella yo no tenía ganas de seguir viviendo. No podía. O era hermosa como ella o era la nada misma.

En las noches, cuando todos dormían, comencé a hacer ejercicio. Tenía mi rutina Y mis reglas

•900 abdominales, mínimo,de todo tipo.
•200 sentadillas, mínimo.
•1 rutina de ejercicio de cuerpo completo de Internet.

Pero por algún motivo, tras 1 mes de hacerlo, no hubo mucho cambio. Así que decidí investigar un poco el por qué.
Resulta que según mi peso, edad y altura debía comer 1090 calorías para mantenerme en mi peso y yo en ese momento comía DE TODO. Era una verdadera comilona. Así que decidí hacer una lista con las verduras y sus calorías. Las frutas y sus calorías, bebidas y sus calorías. Etc.

Me restringi. ¿Debía comer 1090 para mantenerme? Okay, yo comería 800 y así mi mamá tampoco se daría cuenta de él cambio en la alimentación.

Seguí mi rutina por meses hasta pesar 50 kilos. Y cuando llegó el vieje de egresados de primaria, yo ya estaba hermosa ¿lo más importante? Estaba más flaca que victoria. No lo suficiente para sentirme bien conmigo misma. Pero si mejor que ella y eso, para mi espíritu competitivo era reconfortante.