facundo

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Día a día yo me enamoraba más. Pero no era amor,  eso no, era una obsesión.  Yo necesitaba a alguien que me quiera, que me proteja,  que me cuide, que admire mis huesos y que no me diga cada dos por tres las mismas estúpidas palabras:

"Come que te vas a morir"
"Come que estás muy flaca"
Come
Come
Come

No, yo no quiero comer y él lo comprendía,  lo aceptaba. No era amor, no, era necesidad.
Él iba a la escuela por la mañana  yo por la tarde pero a veces iba un rato antes para poder verlo. También después de la escuela nos quedábamos en el parque charlando abrazados.  Siempre estábamos el uno para el otro. A veces él tenía crisis de llanto o ataques de pánico y yo sin dudarlo tomaba mi bicicleta e iba hasta la escuela o hasta su casa a consolarlo.
Pero después de un tiempo, repentinamente, se giro el tablero. Todo cambió.

Se volvió agresivo,  celoso a un punto que se podría llamar Enfermizo,  ya no me buscaba como antes.

Un día estando en su casa, se enojo. Mi mente bloqueó el motivo de su enojo pero lo que si recuerdo,  y está muy marcado en mi memoria,  es que me puso contra la pared y golpeó la misma varias veces muy cerca de mi cara. Yo quería tomar mis cosas e irme. Tenía miedo, pero sólo lo abracé con la incógnita y miedo de sí me golpearia a mi o no.

Pasaron los días y cada vez fue peor.
Fuimos una noche a la casa de su amigo a escondidas de mis papás. Bailamos,  me hicieron cantar, tocar la guitarra,  y lo peor, bebieron, yo no, ellos y en gran cantidad. 
Facundo comenzó a ponerse violento e intento pelear con su amigo (dueño de la casa) lo golpeó varias veces ¿por qué? Nadie nunca supo, simplemente comenzó a los golpes.
Pedí un taxi para llevarlo a su casa, ya no quería estar ahi pero tampoco lo podía dejar en ese lugar en ese estado.
Al llegar a su casa vomitó varias veces y en el piso. Yo lo recosté en su cama y limpié los vómitos. Al terminar, Pedí otro taxi para irme, tenía miedo.
Me dirigí a su habitación para darle un beso de despedida, pero facu tomó mi brazo y me tiro encima de él. Comenzó a tocarme, a intentar desvestirme y todo mientras yo pensaba:

¿por que?
¿Por qué otra vez?
¿Por qué siempre a mi?
¿Qué hago mal?

Le di un golpe en el estómago con la rodilla, robe las llaves de su casa y me escapé.  Al día siguiente,  el no recordaba nada, pero yo si y con muchos detalles.

Recordaba su miraba perdida
Recordaba el peso de su mano en mis pechos
Recordaba su fuerza al intentar sacarme la ropa
Lo tenía todo en mí mente, y el no. Era como cualquier hombre cisgenero heterosexual. Y me dolía porque si me gustaba, si me estaba enamorado...

Borderline (I don't eat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora