secundaria II

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Las restricciones se convirtieron en rechazo a la comida. Comer era asqueroso, era meter veneno en mi cuerpo. No lo quería hacer, no podía...

Me levantaba cada mañana a "desayunar" solo tomaba un café o matecido, y partía a la escuela, que estaba allí de 07:45 a 15:00.
Mi mamá me daba dinero para que yo compre mí propia comida o me daba algo para que lleve y coma en la hora del almuerzo.

Cuando me daba dinero: para los ahorros

Cuando me daba comida: a la basura.

Empecé con ayunos cortos. Veinte horas, Luego veinte y cuatro, Treinta ¿y por qué no pasar de contar horas a contar días?

Uno
Dos
Tres

*me obligaron a comer. Debo vomitar.*

Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis
*son suficientes*

Me sentía poderosa, superior a los demás. Yo podía vivir sin comida, ellos no.

Empecé con este régimen. Comer cada muchos días y vomitarlo. Sacar esa mierda de mi cuerpo.

No podía estar con comida en el estómago. Sentirme llena era sinónimo de ser gorda. era un símbolo de debilidad y yo no debía ser débil.

Un día, se me antojó comer un yogurt con cereales ¿por que no? Me venía privando de muchísimas comidas, me podía dar un gustito ¿no .... ? ¿no?
Así que llame a mi mamá y le pedí que le llevara un poco de yogurt y cereales a la escuela. Realmente moría de ansiedad por comerlos. Lo necesitaba, lo ansiaba con desesperación.
Después de unas horas llego mi mamá con lo pedido. Ni siquiera espere a que terminara la clase para comerlo. La ansiedad me estaba carcomiendo.

Primer bocado: se me hizo agua la boca, no tenía suficientes bocas para comer todo lo que necesitaba.

Segundo bocado: sentía que se me iba a caer la saliva encima de la mesa

Segundo vaso de yogurt: me dolía la panza, mi estómago ya estaba reducido, con el primero ya estaba demasiado llena, pero necesitaba más.

Tercer vaso: no iba a poder terminarlo, era demasiado. Estaba al límite de vomitar en medio de clase. Ya sentía las miradas de mis compañeros, de seguro me miraban como una gorda comilona.

Alzo la mano y pido permiso para ir al baño. Ya no podía más con las ganas de vomitar ¿por que comí tanto? ¿De donde salio este impulso tan espantoso?
Corri hacia el baño y casi no llego a vomitar en donde es debido. Vomité más que nunca, vomité hasta lo que no había comido en semanas. Acto seguido, me largue a llorar. Sentía culpa, remordimiento hacia mí, por estúpida, odio, enojo, tristeza. todos los sentimientos posibles, son los que yo manifestaba en ese momento con llanto.

Aparentemente tardé mucho en el baño, porque Florencia fue a buscarme con otra compañera. La profesora les pidió que fueran a ver si estaba bien y lo que ellas encontraron no fue muy lindo. Imaginenme a mi abrazada al inodoro, llorando, con vómito en la boca. Nadie quiere ver eso...

Me preguntaron que había pasado y les expliqué que estaba muy mal porque había comido un yogurt la verdad yo no esperaba su reacción. Sólo se rieron y me dijeron que era una estupidez
¿Una estúpidez? ¿acaso no Saben todo lo que comi y lo que va a ocasionar eso?

Estúpidas ellas que se burlan de sentimientos ajenos. Estúpidas ellas que minimizan sentimientos ajenos.
Estúpidas.
Estúpidas.
Estúpidas.
Y me odio.

¿Para rematar? Se acercaba el cumpleaños de Tonio, un compañero de la primaria, y lo festejaria en verano, o sea, pileta. Yo debía estar a puro hueso o no iría ¿y que había echo? Me había comido un yogurt o, mejor dicho, CUATRO VASOS DE UN PUTO YOGURT CON CEREALES.

Llegó el día del cumpleaños de Tonio. No estaba a flor de huesos pero si me sentía algo confiada de que esos idiotas de la primaria se sorprenderían de que "la gorda" ahora si estuviese hermosa.

La fiesta se realizó en una casa de fin de semana muy bonita y ¿Quien estaba? Si, victoria luciendo un bikini divino. El mio al lado del suyo no era tan bonito. pero si mi cuerpo superaba el de ella y eso era reconfortante.

Nadie me decía nada y eso en parte me dio una sensación de insuficiencia. Como si todo mi esfuerzo hubiese sido para nada. Pero de repente, apareció Carlito. Me asusté. Pensé que iba a venir con sus tonterías e intentar hacerme sentir mal, pero no.
Yo estaba en las hamacas paraguayas y veo que se acerca con paso lento pero decidido y con un tono suave, con el que nunca me había hablado antes, me dijo:

"estas hermosa, ahora si sos linda"

Me gustó que haya notado mi cambio pero en parte... Me había enojado por la siguiente interrogante:
¿acaso debo sufrir de esta manera para que la gente me quiera?
Me parece sumamente injusto....

Borderline (I don't eat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora