viaje de 15 años

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¿Es posible no disfrutar algo tan hermoso como la cultura, diversidad, historia, por culpa de tus pensamientos? Para mi fue muy posible.

Antes de mi viaje, observé muy bien a todos mis amigos y amigas ¿que les gusta? ¿Qué necesitan? E hice una lista: el nombre de cada uno y lo que iba a comprarles.

Por ejemplo, Gimena tenía una colección de adornos de tortuga en su casa, así que iba a comprarle una tortuga de adorno.

Camilo odiaba la iglesia, así que iba a comprarle algo del vaticano a propósito y en broma.

Fernando usaba siempre algún collar, así que le compraría uno.

Se acercaba el cumpleaños de quince años de Mariela, así que a Ella le daría un regalo más especial. Algún vestido del tipo que solía usar.

No quería que me hicieran una fiesta de bienvenida. Mi mamá quería organizar una para cuando yo volviese de mi viaje. Por ende, decidí no decirle a nadie mi fecha de regreso.
¿Para que? ¿Por qué? ¿Con que necesidad? Después la mentirosa soy yo...

No Me gustó el viaje.
Odié el viaje.
Me odio.

¿Por qué hice que mis papás gastaran tanto dinero para algo que no me iba a gustar?
Me odio.
¿Por que no organicé yo el itinerario?
Me odio.
¿Por qué dejé que mi tío estorbara tanto al punto de que mi sangre hirviera?
Me odio.

Llegamos primero a Francia. Me sentía muy bien porque no había comido en varias horas pero no iba a poder ayunar mucho, ya que estaría veinticuatro horas vigilada. Pero si podría comer y quemar todas las calorías caminando y recorrido la ciudad.

No me sentía bien. Estaba lejos de Ella, de mi novia ¿y si se olvidaba de mi? ¿Y si me abandonaba por otra persona?
No veía la hora de volver a mi país.

Cada noche lloraba. Sin querer, por accidente, pero lloraba. Lo estaba perdiendo todo. Necesitaba volver y arreglar las cosas.

Un día explote, inevitablemente lo hice.
Acompañe a mi tío (que vive en italia) a ver a su hija (que vive con la ex novia de mi tío)
No pude conocer a mi prima, pero me quedé en un bar tomando un café y recorriendo el pueblo mientras lo esperaba.
Cuando él llegó me dijo que tenía una sorpresa para mí. Yo revolotee mis ojos, las sorpresas del tío nunca son buenas, siempre busca algo que le guste a él y pretende que le guste a la otra persona.
Me dijo que primero iríamos a conocer a Helena.
¿Quien era?
¿Para que conocer gente? Asi estoy bien.

Al llegar a la casa, ella era una italiana muy bonita. Me caía bien. Pero no tenía ganas de hablar con nadie, de estar con nadie. Solo dormir o tocar un rato la guitarra.
Mi tío pidió que subieramos al auto. Lo hicimos y ahí comenzaron los problemas.

Yo traía puestas unas ojotas de verano y el pijama o sea, una musculosa y un pantalón tan suelto que la costura de la entre pierna me llegaba casi a la rodilla. No me quedaba grande. Así era el pantalón. Mi pijama.

El auto se sacudía para todos lados. Curva Hacia la izquierda y puntada en la cabeza.
Línea recta y mareos
Curva hacia la derecha y nauseas.

Estábamos subiendo una montaña.

¿Por qué no me aviso de esto? Si sabe que tengo mareos ¿por que no me dijo? así tomaba mi pastilla para viajar.
Tras unos cuarenta minutos de viaje que todos amaron menos yo, llegamos al sendero de la montaña...
¿sendero? ¿Íbamos a escalar?

Intenté con todas mis fuerzas decirle a mi tío de buena manera que no podía escalar ya que no traía zapatillas. Que si me hubiese avisado, traía unas. Pero al no decirme nada, yo sólo estaba vestida para esperarlo en un barcito. Y volver a la casa.
¿Él entró en razón? ¿Acaso volvimos a la casa? Obviamente no.
Como dije anteriormente, sus sorpresas en realidad son cosas que quiere hacer él y pretende que a los demás les guste.
Tuve que escalar con ojotas.
La pasé terrible. Quería llorar todo el tiempo, pero si hay algo que se hacer bien, es fingir felicidad y comodidad.

Cuando ya bajamos de la montaña, estaba feliz porque al fin iríamos a la casa. Pero no. Nunca hay cosas buenas con el tío.
Subimos al auto y nos pusimos en marcha para comer en un bar elegante.
Yo tenia los pies llenos de barro y con algunos Rasguños, por subir la montaña en ojotas. Me daba vergüenza ir a ese bar me mirarían mal ¿Qué dirían de mi?
Pero se hace lo que me mandan a hacer, ya que mi opinión nunca cuenta. Yo No importo.
Me odio.

En el bar comí bastante. Eso más mis ganas de llorar me llevaron a ir al baño cada dos minutos. Iba al baño, vomitaba lo que comia, lloraba un rato, le enviaba audios llorando a mi amiga y volvía a la mesa.
Mi tío pidió probar los vinos. Vinos. Vinos. No puedo oler vino, no puedo ver vino, no me gusta el vino. Este me lleva a "Él" a el humo de cigarrillo, a ese bigote de viejo asqueroso. Vinos.
Yo me estaba por ir a llorar otra vez al baño cuando mi tío me dijo:

"proba este que es muy rico"

Le respondí que no, que gracias. Pero no. Y en el fondo suplicaba que no me obligara. Pero mis súplicas no fueron escuchadas.
Insistió una, dos, tres veces hasta que me ganó por cansancio.
Si yo ya me odiaba, ya estaba llorando ¿que me haría un poco de vino? Traerme recuerdos de abusos y ya ¿no?
A penas lo acerque a mi, al olerlo, apareció un fantasma.
La cama, el fútbol, la computadora, las cartas, apuestas, cenizas y cigarrillo. No pude más y me fui directo al baño a llorar, a comentarle a mi amiga lo que pasaba pero, al abrir el chat me encuentro con que me respondió a los mensajes anteriores:

"No me jodas, estas en Europa, disfruta y no te quejes como pendejita"

Me dolió tanto...
tanto que los ojos me ardían del llanto.
Tanto que no podía dejar de vomitar.
Tanto que necesitaba morirme.
Me odian.
Me odio.

Al volver a la mesa, mi tío pidió la cuenta. Ya se estaba terminando mi tortura. Eran las 2am, hacía casi 14 horas que me quería ir a la casa. Pero antes de subir al auto, él dijo:
"Adivinen que, tengo otra sorpresa "

No...
No.
No.
No.
No.
No.
No.
No.
Te odio.
Me odian.
Me odio.

No recuerdo con exactitud mis palabras, pero nunca antes la rabia se había apoderado de mi al punto de gritarle a alguien y querer matarlo a golpes. Arañar la piel hasta sacarla.
Grité con todas mis fuerzas.
Grité pidiendo ayuda.

Mi tío se subió al auto y me obligaron a ir en un auto distinto al de él, porque si estábamos cerca, lo mataba a golpes.

Pero pasaron muchas cosas más en ese viaje...

Borderline (I don't eat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora