Secundaria IV

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nadie me quiere, todos me odian, pero me como un gusanito

Fui con mi grupo de "amigos" a un bar para ver cómo tocaba el grupo de música de un compañero. Tenía todo planeado. Me vestiría genial, la pasaría bien y me drogaria mucho.

Fumé marihuana, mucha de ella. También tomé 1 pastilla de clonazepam y me había llevado dramamine por si se pasaba el efecto de lo consumido anteriormente.

Probé la marihuana por primera vez con mi tío Fernando antes de entrar a la secundaria. El hermano de mi mamá siempre fue el tío divertido, el más unido a mi.
Una noche, yo estaba en su departamento y saco un cigarrillo. Yo fumaba tabaco y conocía el tabaco armado, pero el suyo tenía un olor fuerte que no había olido nunca. Fernando me miró con una pícara sonrisa y me dijo:

"Esto es marihuana. Ayuda a relajarse y te hace reír. Se fuma de esta manera, se retiene el humo por unos instantes y luego lo liberas"

"Mi tío nunca me daría algo dañino" pensé en ese momento, el me quiere, así que acepté. Fumé y me dio algo de sueño. Así que me fui a dormir. A partir de ese momento yo siempre quería ir de Fer a fumar. Era una rutina esperar con ansias el fin de semana para ir a su casa. Pero nunca le pedía, siempre esperaba en silencio a que él sacara la marihuana, armara el cigarrillo y me ofreciera. No quería que se notara mi desesperación, no quería dejar de consumirla.

Con el paso de los meses encontré dónde guardaba tan virtuosas hojas. Así que cada fin de semana le sacaba un poco, no mucho, para que no se diera cuenta.
Así les di de probar a mis amigos de la escuela, que a partir de ahí me empezaron a invitar siempre a todos lados, por arte de magia, ¿no?

En fin. Estaba en el bar viendo a las bandas cuando de repente... el escenario desaparece. Sigo escuchando la música, claro, ¡pero el escenario ya no estaba allí! Mire a la derecha y nada, a la izquierda, tampoco pero ¡ahí está maría! Me acerco y le pregunto con timidez: (porque no eramos amigas)
"Hola, una pregunta. ¿No viste el escenario? Lo perdí "

Ella da vuelta los ojos en un gesto de decepción y me dice:
"Está detrás tuyo"

No puedo expresar mi felicidad con palabras.Yo realmente estaba preocupada por no encontrar el escenario ¡y ahí estaba! Pero... vi que María estaba hablando con alguien mientras me señalaban y miraban con desprecio. ¿Qué hice ahora? ¿Uno no puede estar drogado en una fiesta?
Decidí ir al baño y blanca me acompañó. Ella también estaba drogada, no tanto como yo, pero si lo estaba. Me costó muchísimo llegar a destino. El lugar era confuso, recuerdo dar vueltas al rededor de una columna unas tres veces sin poder salir de ese círculo. Pero me rescató blanca y fue mi guía.

Al llegar lo primero que hice fue mirarme en el espejo. Mis ojos estaban muy verdes y hacían un lindo contraste con el rojo (el color que tenía el resto del ojo)
Blanca toma mi mano, me mira con pasión y me dice en un tono dramático:

"Podría usted hacerme el honor de darme otra pastilla?"

Me reí, y le dije que si. Tomé un dramamine de mi bolso y se lo entregue en la mano como si fuera un anillo de casamiento. Si bien yo ya estaba bastante drogada, quería estarlo más, así que también tomé una pastilla.

No recuerdo mucho que pasó, pero después de ¿minutos? ¿Horas? No lo sé. Pero apareció Maria, me sujetó de los hombros y me gritó agresivamente:
"¡¿que mierda le diste a blanca?!
Yo le respondí y... otra vez no recuerdo nada, sólo que no encontraba mis lentes. Voy con Maria para saber si ella los tenía, a lo que me responde:
"Tus lentes están en la calle bacarce. Camina derecho por ahí"
Me pareció raro que mis lentes estén por una calle, pero si María lo decía, tenía que ser verdad.

Tomé mis cosas y fui rumbo a..."balcarce derecho" caminé una, dos, tres, cuatro, cinco cuadras hasta que me hice las preguntas:

"¿Cuál es la calle balcarce? ¿Dónde estoy? ¿Por qué mis lentes estarian en una calle a las tres de la mañana?"

Intenté volver al bar, pero no lo encontraba. Hacía frío. Maldita María y su broma de mal gusto.
Intenté volver al bar, pero me había perdido.

Unos minutos después encontré a unos chicos que yo creía que los conocía. Me acerqué a ellos y muy amablemente me llevaron de vuelta a la fiesta.
Al llegar, nadie se había percatado de mi ausencia. Ni siquiera María, que me pudieron haber secuestrado por su culpa. Todas estaban con blanca ¿por qué? Porque ella estaba muy drogada ¿y a quien le echaron la culpa de que blanca estuviese drogada? Pues claro que a mi...

•a nadie le importó que yo me haya perdido.
•a nadie le importó que yo estuviese más drogada que blanca.
•nadie me preguntó por qué me drogue tanto.
•nadie se preguntó por qué una niña de catorce años estaba tan drogada y como consiguió las drogas.
A nadie le importaba
A nadie...


Borderline (I don't eat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora