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La grabadora reproducía por sexta vez la cinta grabada horas antes, las voces se escuchaban diferentes debido a la calidad del audio.

Jimin golpeaba la punta superior de su lapicero contra la libreta y escuchaba atentamente la voz de Jungkook, tan tranquila y segura. Su postura en la silla era de despreocupación total a pesar de que su mente fuera todo lo contrario.

Sus apuntes sobre el relato que salía de los labios de Jungkook no coincidía con los presos anteriores.

Jeon Jungkook parecía haber tenido una buena infancia, amaba a sus padres y sus padres a él, eran el concepto de una familia normal y feliz. El echo de que no lo dejaran tener una mascota no era un potente motivo como para convertirse en un asesino ¿Cierto?

Los seis entrevistados previamente habían contado y coincidido con una horrible infancia, padres ausentes o abusadores, uno huérfano también. Con un crecimiento lleno de golpes, insultos, carencias, castigos y limitaciones a lo que una infancia normal se determina. Y sus víctimas habían sido los autores de sus traumas o personas con conductas similares. Entonces ¿Porqué Jungkook era diferente?

Jimin no dejaba de pensar en que el criminal le había callado la boca, desde el primer día le dejó en claro que no era como los demás.

Su teléfono sonó despegando su mente del asesino y dirigió su atención al nombre plasmado en la pantalla del aparato. Con un suspiro atendió la llamada.

¿Estás bien?

— Lo estoy, no debería preocuparse.

Eres mi hijo, por supuesto que lo hago.

Oh claro que lo hace.

¿Cómo van las cosas con el proyecto?

— Iban bien, el participante número siete está rompiendo el patrón.

¿Qué?

— Desde el primer día supe que era diferente. Su infancia es feliz y normal, no coincide con los entrevistados anteriores ni siquiera un poco.

Uno es suficiente para que te rechacen el informe.

— Lo sé. — Se levantó de la silla del escritorio y caminó arrastrando sus pies hasta llegar a la ventana, la luna brillaba plateado sobre el pequeño arroyo a unos 150 metros.

Deberías descartarlo y buscar otro para remplazarlo.

— Prefiero esperar para preguntar por su adolescencia, tal vez ahí las cosas cambiaron y de alguna manera puedo acomodarlo para que el patrón siga.

Tienes razón, al fin y al cabo si su adolescencia fue violenta y en su caso traumática, los motivos en tu lista seguirán sin importar el tiempo.

— Exacto.

Yaaa. — Alargó el hombre y chasqueó la lengua. — Me siento orgulloso de tener un hijo tan inteligente.

Jimin sonrió pequeño y con tristeza, la mirada se le despegó de la ventana y se mantuvo en sus pies descalzos. Desearía que las palabras de su padre fueran sinceras.

— Debo colgar. Tengo muchos apuntes que escribir aún.

Por supuesto. — Estaba apunto de colgar, pero escuchó la voz de su madre al otro lado susurrando cosas a su padre. — Tú madre dice que te asegures de comer bien.

— Lo haré.

¡Yo no dije eso! — Gritó la mujer desde lo lejos. — ¡Park Jimin más te vale que no me decepciones y le estés dando el cu-

El castaño se apresuró a cortar la llamada con el pánico empezando a atacarle el cuerpo. ¿Realmente su madre nunca iba a dejarlo en paz con ese tema?

En realidad ya no tenía nada más que apuntar sobre Jungkook, solo quería una excusa para dejar de hablar con su progenitor para evitar hablar de lo que exactamente su madre había gritado.

Se dejó caer en la cama y frotó sus ojos en un intento de alejar el sueño. Miró afuera y decidió ponerse un abrigo sobre la pijama azul.

Afuera el sonido de los grillos, el arrullo del agua, la luz intermitente de las luciérnagas y la fija de la luna, le daban una hermosa y placentera imagen. La naturaleza era realmente hermosa.

Caminaba lentamente hasta llegar a la orilla del arroyo, veía el agua correr tranquila por sobre la tierra y piedras relajándose en sobremanera, miró hacia el cielo y cerró los ojos, inhaló el aire inflando su pecho y encogió sus hombros con las manos en los bolsillos.

— Es muy bonito ¿Cierto?

El castaño abrió los ojos de inmediato y giró hacia su izquierda al escuchar esa voz, realmente no había escuchado pasos. Se encontró con el mesero que los había atendido en el local de hamburguesas.

— Me asustaste. — Llevó una mano a su pecho y suspiró ahora más tranquilo, el más alto sonrió a lo grande y soltando el aire por la nariz, mantenía una mano dentro de la bolsa de su pantalón y en la otra sostenía un cigarrillo entre sus dedos.

— Lo siento. Me gusta venir aquí en las noches.

— Es un arroyo muy extenso ¿Justo aquí?

— Éste es el punto más bonito.

Ambos hombres regresaron la vista hacia el bonito paisaje. Jimin miraba de reojo cómo su acompañante llevaba el cigarro a sus labios e inhalaba el humo. Ninguno de los dos hablaba a pesar de que exactamente tenían algo que preguntar al otro.

— ¿Eres gay?

— ¿Realmente no conoces a Jungkook?

Hablaron al mismo tiempo, quedando Jimin más sorprendido por la pregunta que se le hizo. El mesero sonrió con los labios sellados y miró el piso.

— No conozco nada de él. Te lo dije en mi trabajo, sólo sé su nombre, que es un asesino de prostitutas y está refundido en la cárcel como se merece.

El policía notó el tono con el que ese tipo habló sobre Jeon. No era la manera en la que una persona ajena hablaría, parecía que tenía sentimientos en contra del recluso.

— Parece que lo desprecias.

— ¿Debería caerme bien un asesino como él?

— No me refiero a eso, incluso podría decir que lo odias ¿Tienes algo personal con él? Estuvo un tiempo en este condado antes de que lo atraparan, pudiste haber tenido disgustos con él.

— Eres inteligente. Pero déjeme guardarme mis secretos, oficial.

Jimin asintió no muy convencido, la actitud de ese hombre le daba malas vibras, hasta podría decir que le daba miedo. Tenía una mirada profunda que lo mantenía inquieto.

— Volveré a mi habitación antes de que se haga más tarde. — Se dio la media vuelta para huir de ahí lo antes posible.

— No ha contestado a mi pregunta.

Jimin se detuvo luego de dar unos pasos y miró al más alto por sobre su hombro, él seguía en su lugar con esa postura desinteresada mientras dejaba salir el humo de su boca.

— ¿Para qué quiere saber algo así?

— Curiosidad. — Se encogió de hombros estando aún de espaldas.

— No es algo que le incumba.

Dicho aquello regresó al hotel a paso rápido y sin permitirse voltear hacia atrás.

Adentro la grabadora seguía reproduciendo la voz de Jungkook, el castaño suspiró y apagó el aparato luego de quitarse el abrigo y los zapatos, a pesar de ser verano, las noches en Cheongsang-gun eran siempre frías.

Estaba listo para tirarse en la cama y dormir hasta que la alarma sonara al siguiente día, pero al pasar por la ventana se dió cuenta de la silueta de aquel mesero aún parado en la orilla, tiraba piedras pequeñas al arroyo y pateaba otras cuantas.

En verdad era raro.


En la mente de Jeon | KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora