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- ¿Estás disgustado?

Jungkook se mantenía sentado en su silla, recargaba su peso sobre las palmas de sus manos desde el asiento provocando que sus hombros se vieran estrechos. Y claro, no borraba la sonrisa en sus labios.

Jimin terminaba de acomodar los papeles, talló el puente de su nariz, apretó los labios y levantó la mirada para encontrarse con los ojos del pelinegro.

-Lo estás. - Afirmó dejando caer su espalda en el respaldo de la silla y meneó las piernas en el aire. - Te dije que no era como los demás. Tus absurdos patrones no van a describirme.

- ¿Haces ésto a propósito?

- Uh... - Se acercó de pronto a la mesa, ladeando la cabeza y levantando las cejas fingiendo estar sorprendido. - Creí que no me tratarías como tu igual. ¿Nos hablaremos informalmente de ahora en adelante?

El policía suspiró. Hoy su humor y paciencia estaba por los suelos y el recluso no ayudaba en mantener las cosas en calma. Sólo lo miró sin dar indicios de querer responder a su burla.

- La respuesta es no, no hago esto a propósito. Simplemente te estoy contando mi vida.

- ¿Cómo fue tu adolescencia? - Fue directo a la razón por la cual se encontraba sentado ahí.

- Normal. Tuve algunos disgustos con mis padres porque... bueno, tenían miedo de ver crecer a su pequeño hijo.

- ¿Tuviste vicios? ¿Peleas con compañeros o con tus padres?

- No me gusta la violencia.

- Mataste a tres personas.

El pelinegro asintió lentamente dándole la razón al policía.

- Eso fue un-

- Aún no llegamos a esa parte del interrogatorio. - le interrumpió. - No me ha respondido sobre los vicios.

- Cigarrillo. Y claro, no sé si mastur-

- ¡Silencio! - Jimin se exaltó y le mandó a callar antes de que terminara la palabra. La carcajada de Jungkook resonó en toda la sala. Entonces la palabra cigarrillo le recordó a cierta persona en particular. - Debo preguntar algo que no va en el orden que acordamos. Hay un chico que trabaja en un restaurante de comida rápida, parece tener problemas con usted. ¿Sabe porqué?

- Entonces Kim Taehyung ya te encontró. - Kim Taehyung. - Una vez asistí a su trabajo como cualquier cliente que sólo quiere comer. Pero el idiota trajo mal mi pedido y cuando trajo el correcto, me negué a pagar el que estaba mal. Supongo que sigue molesto y quiere ajustar cuentas.

- Eso es una total tontería. Es culpa de él en su totalidad.

- Estoy de acuerdo.

- Aunque parece muy molesto, si es por lo que usted dice... - el castaño arrugó las cejas e hizo un puchero inconcientemente mientras miraba su libreta. - Me temo que de verdad le guarda rencor.

- ¿Estás de curioso? No creo que eso sea relevante en tu proyecto ¿Cierto?

- No, no lo es.

El recluso asintió y se relamió los labios que empezaban a resecarse de tanto tenerlos estirados en su típica sonrisa. Se estiró sobre la mesa y acercó sus manos esposadas hasta la mano del policía, separándolos aún unos cuantos centímetros.

- Eres lindo cuando te concentras. Me he memorizado todas tus expresiones. - Tocó con su dedo índice el dorso de Jimin. Ambos dirigieron sus miradas a sus pieles tocándose por primera vez. - Es tan suave y tibia, como me lo imaginé.

En la mente de Jeon | KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora