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El juicio de Jeon fue... Un poco extraño.

No había un ofendido, un abogado contrario, no hubo muchas preguntas. Y era obvio que las pruebas de ADN que le enseñaron durante el interrogatorio en la comisaría, no se constaba aún que fuera él la persona compatible, pues acababan de arrestarlo y era imposible que los resultados hayan sido arrojados tan rápido. Jeon nunca había tenido problemas con la ley, por lo que en el sistema no se encontraban ni expedientes, ni huellas, ni ADN, absolutamente nada.

Tampoco había muchas pruebas que aportar, ni evidencias, ni testigos. La hermana de Kim no asistió al juicio por mantener su anonimato. Y Jeon no tenía un hogar fijo por lo que...

"Ya te lo dije, la llevé a mi casa. Pude trabajar y conseguir un lugar pequeño donde quedarme. La llevé ahí."

Había encontrado otra mentira.

Jungkook no había tenido una casa o un departamento desde que escapó de su casa, sino que fue hasta que vivió esos cuatro meses en Cheongsong-gun. Había estado viviendo en saunas diferentes cada semana o moteles, y algunas veces durante unos dos meses en centros de apoyo para vagabundos. Uno de esos meses fue Octubre, cuando los asesinatos se llevaron a cabo. Y gracias a las personas de la organización y quiénes acudían por ayuda, declararon no haber visto algo sospechoso. Era obvio que Jeon no las había llevado ahí.

Por lo que la verdadera escena del crimen, sigue siendo un lugar que sólo vive en la memoria del criminal, nunca confesó.

Aquellos dos juicios, llevados a cabo dos meses después del arresto, fueron simplemente para echarle en cara a Jeon las pocas pruebas que se tenían en su contra, y para que su abogado le defendiera a como de lugar. Podría decirse que fue inútil, pero de cierto modo, obtuvo una buena sentencia.

Tres condenas por homicidio asistemático en segundo grado, cada una de seis años con derecho a libertad condicional luego de los diez años, y que se haya probado su superación a la adicción. Era algo de lo que un abogado debía celebrar.

No había manera de que Jeon saliera impune. Las declaraciones de los médicos forenses daban a conocer que las víctimas sí tenían sustancias alucinógenas en sus cuerpos, pero no la cantidad necesaria como para causar la muerte, ni siquiera una convulsión. Habían muerto por asfixia.

Y justo como Jeon había dicho, sería Jimin quien fuera a buscarlo.

A primera hora del 21 de Julio fue a su departamento, sería una completa locura si Mingue siguiera ahí afuera. La blanca puerta estaba cerrada y parecía estar todo en orden. Empacó lo básico y necesario en su mochila para regresar a Cheongsong-gun.

Namjoon no le había dado una respuesta aún, así que se quedaría en el pequeño pueblo hasta que el jefe le llamara con nuevas noticias. Debía volver a visitar al criminal, y claro, estar lejos de Busan por su propia seguridad. Las intenciones de Mingue aún no estaban claras.

Rentó una pequeña habitación en un hotel, bastante cerca del centro del pueblo. Y esta vez, sólo acudió a la prisión para solicitar la visita si tiempo de anticipación. Eran aproximadamente las cuatro de la tarde. 

En el taller de carpintería. Los reclusos ejerciendo su tiempo de trabajo para ganarse un poco de dinero dentro de la prisión, ignoraban al policía que caminaba entre los escritorios hasta tocar el hombro de uno de ellos y  susurrar algo a su altura. El recluso 1352, Hong Dabin, un tipo de estatura baja, bastante delgado y piel trigueña. Cumplía su condena de tres años por consumo y posesión de drogas. El hombre de siempre amable expresión, se puso de pie luego de agradecer al policía y salió del taller, segundos más tarde, el uniformado se acercó a Jeon, quien luego de detener sus manos sobre la madera, levantó la vista hasta encontrarse con el aproximado rostro del policía. 

En la mente de Jeon | KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora