Ya perdí la cuenta de las veces que esos ojos avellana me han visto desde el otro lado de ésta mesa. A diferencia de todos esos días, ahora me ve sombrío, luce cansado, agotado, es como si luego de haberlo hecho mío, no hubiera dormido en toda la noche. Me gustaría pensar que fue porque siguió pensando en mí, retorciéndose entre las sábanas de su cama, tocándose e imaginando que son mis propias manos las que lo hacían gemir. Pero muy probablemente, y conociendo a éste chico, lo más certero es que se recriminó todo lo que hizo, cada beso, cada caricia, cada gemido, absolutamente cada estocada que daba hasta lo más profundo de su apretado interior.
Yo tampoco dormí, las imágenes de su cuerpo desnudo entregándose absolutamente sólo a mí, me mantuvo despierto durante toda la fría noche, recordando su calor corporal y el cómo su pequeño y delgado cuerpo encaja a la perfección con el mío, mucho más grande y tosco.
Deseé muchas veces, que se repitiera lo nuestro.
¿Podría llamarlo un "nuestro"?
Nosotros dos.
Él y yo.
Suena raro.
Su pecho sube y baja en una respiración tranquila, casi imperceptible, pero apuesto a que su corazón está latiendo desbocado. Sé que lo pongo nervioso, sería una total maravilla que la razón de sus acelerados latidos sea el nerviosismo del enamoramiento, que corriera hacia mí tan pronto como entra a la sala, se regocijara en alegría por verme y me llenara de besos tan pronto como le tuviera enfrente. Sin embargo, su nerviosismo es producto del miedo, después de todo, no dejo de ser sólo un recluso, un asesino peligroso y despiadado.
Oh mi pobre Jimin-ah.
Ni siquiera sabes la mitad de todo lo que mis manos llegaron a hacer, de lo que mis ojos vieron y mi mente piensa. Si tan sólo te sumergieras un par de segundos en mi mente, estoy seguro de que te ahogarías de la sorpresa, el terror e incredibilidad.
No debes tenerme miedo, no soy un monstruo, no odio a nadie que no esté muerto ya. No quise hacerle daño a ninguna de las que mis manos rodearon. Yo sólo quise ayudarlas. Tal como mamá me lo dijo, y justo como ella me lo enseñó.
Justo ahora te ves tan pálido, ojeroso, delgado. Es como si te hubieras entregado al diablo. Te ves muerto en vida.
Te lo dije ¿No?
Te advertí que te acabaría, incluso si no es mi intención. Sólo no puedo evitarlo. Te quiero tanto que podría hacerte daño.
Necesito tenerte de nuevo junto a mí. Justo como ayer.
Oh no.
No puedo evitar excitarme de sólo pensarlo.
¿Te gustó gemir mi nombre?
Debo estirarme, sí, mi cuello tronando me trae recuerdos. Cerraré mis ojos, estiraré mi cuerpo sobre la silla. Estoy seguro de que me sigues viendo, tan silencioso.
Tengo que despejarme. No es momento para tener una erección ¿Cierto?
No importa, debo ponerte a prueba.
Abro misy ojos y regreso a mi postura normal, te miro enseguida, tus bellos ojos también lo hacen.
Palmeo mi muslo para que vengas a sentarte.
Me miras confundido.
¿No quieres hacerlo de nuevo?
Esas palabras se quedaron en mi pensamiento, no tuve que decirlas, entendiste con sólo mi mirada, sonreíste y te pusiste de pie, caminas hacia mí, juguetón. Pareces estar ebrio ¿Festejaste nuestro primer encuentro?
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En la mente de Jeon | KOOKMIN
Ficção GeralUn asesino con muchos secretos y cuidadosos números. Un policía que busca la aprobación de su teoría y tiene muchas preguntas. ¿Podrá Park Jimin salir del oscuro y profundo océano en la mente de Jeon Jungkook? «Quien con monstruos lucha, cuide de co...