En la mente de Jeon | KOOKMIN

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"Ballroom Extravaganza" de DPRIAN sonaba en la radio del auto gris mientras entraba a Yeongcheon. Luego de visitar a Yoongi, partió su camino de casi cuatro horas hasta Busan.

Pensaba en que al llegar a su departamento dormiría un buen rato y luego iría a la comisaría para poner al tanto a su superior Kim sobre los "avances" de su proyecto. Temía que una vez más le dijera que era una pérdida de tiempo y lo obligara a dejarlo en el olvido para volver a sus actividades normales. Incluso le habían bajado el sueldo pues no cumplía con las funciones que su trabajo requería.

Jimin llevaba casi todo un mes sobreviviendo con la mitad de su sueldo, y no es como si desde el principio le pagaran lo justo.

Luego visitaría a su amigo Sungwon, quien había llegado hace poco de Seúl. Tenía casi dos años sin verlo.

Y después. Después perdería el tiempo, podría aprovechar para entrevistar a otro preso, pero estaba cansado. Quería alejarse un poco de ese ambiente criminal y simplemente descansar o divertirse. Sin alcohol, claramente.

Haría de todo menos visitar a sus padres, no quería sonar como un mal hijo pero el ambiente tóxico en esa casa era aún más pesado que el de la cárcel.

Tenía cinco días de "descanso" antes de tener que regresar a Cheongsong-gun para volver a ver a Jungkook. Una última vez.

La puerta de su apartamento/estudio fue abierta por él mismo dejando ver hacia adentro lo limpia e impecable que seguía. Era un lugar pequeño, de esos que suelen rentar los universitarios extranjeros.

Al entrar parece que estás en un corto pasillo, de un lado tienes un mueble empotrado en la pared para el almacenamiento, del otro lado la puerta del baño y cuando caminas al frente, está la sala con un ventanal al fondo. La pequeña cocina se encuentra a la izquierda y del lado contrario la escalera hacia el medio piso que hace de habitación, sin puertas o paredes, sólo un barandal, un colchón en el piso y en el fondo un ropero que abarcaba toda la pared.

Eso era todo.

El departamento estaba lleno de colores blancos y maderas con una que otra planta artificial para dar un poco de "vida" al lugar. Los utensilios y electrodomésticos combinaban cuidadosamente con la casa al igual que los muebles y sábanas. Era un lugar cómodo y con mucha paz.

Y como venía pensando en el camino, lo primero que hizo luego de vaciar su maleta y comerse unas cuantas frituras, fue subir a su cama y dormir un muy buen rato.

Cuando Jimin despertó, eran las diez con cinco de la noche. Por lo que sólo tomó una ducha, echó su uniforme a la lavadora y preparó ramen instantáneo para la cena, luego de eso, volvió a dormir.

Por eso se levantó a primera hora y planchó su traje a la perfección, peinó su cabello y echó de su perfume favorito.

La Estación de policías de Seo-gu le quedaba aproximadamente a media hora, si el tráfico estaba de su lado. Cuando llegó estacionó su auto y vió con nostalgia la patrulla 56 al lado. Era la patrulla que solía manejar.

Al entrar al edificio de cinco pisos con ventanas abiertas gracias a la falla de la mayoría de los aires acondicionados, subió directo al primer piso y dobló a la izquierda.

Cada piso estaba dividido en dos partes según cada tipo de departamento.

Al entrar a la oficina general del departamento de Base Operativa (La base básica que atiende llamadas y acude a los lugares requeridos por robos con violencia o mano armada y dar seguimiento a la investigación de delitos menores). Era el departamento donde trabajaba antes de empezar su proyecto.

Una vez adentro, todos voltearon a verlo como un bicho raro. Simplemente no comprendían qué pasaba por la cabeza de Jimin durante todos estos meses. Entre esa masa de miradas juzgadoras, Hoseok se levantó y le sonrió como siempre, el castaño caminó hasta él pasando por los pasillos creados por los escritorios frente a frente, no cabía uno más ahí. Todos desordenados llenos de informes, carpetas, cables, computadoras y vasos usados de café.