10. Revelación

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Finalmente Arryesgo, Lyontari y Káeli llegan al hotel donde cada quién va a un cuarto. Como Arryesgo es el guardián prácticamente de Jadeít, él se quedó con ella, en un colchón en el piso, mientras que Lyontari y Káeli compartieron cama, no era tan raro teniendo en cuenta que ya habían dormido juntos en la carreta.  

–¿Se divirtieron?– Le pregunta Jadeít a Likán.

–Sí, podría decirse que sí.– Le responde.

–¿Lograste descubrir algo en un tono más bajo?– Le preguntó Jadeít.

–Jm, iba a decir que no, pero pensándolo bien, sí. Ese tal Lyontari logró ver que un jugador usaba magia del tiempo con suma facilidad, ¿será que ya la había visto antes?– Le respondió Arryesgo.

–Entonces debemos asumir que era o ya es su cómplice, no me sorprendería que se lo haya confesado el día del bosque y lo haya obligado a no decirnos nada, aunque quisiese, con su contrato de esclavo está obligado por un hechizo a hacer todo lo que ella quiera.– Dijo Jadeít.

–Sí, no creo que lo de aquel día que lo encontrásemos fuese una actuación, probablemente ahora lo haya hecho su secuaz.– Dijo Arryesgo.

–Bueno, solo queda la prueba de mañana.– Dijo Jadeít.

–¿La prueba?– Preguntó Arryesgo.

–Sí, ¿acaso no sabes qué día es mañana?– Le preguntó Jadeít.

–Sí, mañana es el primer día de la semana, ¿pero qué tiene que ver?– Le preguntó Arryesgo.

–Eres demasiado ingenuo. Mañana es día de ir a misa, lo que significa que si la obligamos a tomar la eucaristía y tiene la maldición, la eucaristía arderá en llamas al intentar tomarla.– Respondió Jadeít.

–Ya entiendo, no se me había ocurrido esa idea.– Dijo Arryesgo.


A la mañana siguiente Jadeít y Arryesgo levantaron a Káeli y Lyontari bastante temprano, no querían perder tiempo.

–Ey, sé que íbamos a tomar un tren, ¿pero porqué tan temprano?– Preguntó Káeli.

–No vamos a tomar un tren, tontita, es domingo, vamos a ir a misa.– Dijo Jadeít.

–Ah, es verdad, casi se me olvidaba.– Dijo Káeli.

–¿Estás lista para tomar la eucaristía, Káeli?– Dijo Jadeít.

En aquel momento Káeli sintió el verdadero terror: Había caído en cuenta de lo que estaban tramando; Al ella tener la maldición de Androyde, si tomaba la eucaristía, esta ardería y tendría que escupirla o moriría por quemaduras en la garganta.

–Eh…, la verdad es que creo que no me he confesado, tendrá que ser la próxima vez.– Dijo Káeli.

–No te preocupes por eso, tienes tiempo para confesar todos tus pecados antes de la eucaristía, a primera hora nadie va a confesarse porque casi nadie va a esa hora, así que no te preocupes por eso.– Dijo Jadeít.

–Eh, no lo sé, hay veces donde el sacerdote se tarda mucho confesando, no lo sé sinceramente.– Dijo Káeli.

–No te preocupes, créeme, hay tiempo suficiente.– Dijo Jadeít.

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