30. Confianza

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Arryesgo se llevó en brazos a Káeli y junto con Infinidá la amarraron en una silla atrás de Lyontari a quienes amarraron juntos; en Lyontari podía verse el rostro de preocupación e ira que le generaba dicha situación.

Por su parte Infinidá le pidió a Arryesgo que lo acompañase a su oficina ya que debían discutir algunos asuntos.

Lyontari aprovecha el momento en el que se retiran de la habitación para comenzar a canalizar su fuerza en su boca mientras intentaba exhalar fuertemente, finalmente mientras sentía como la magia de fuego lo recorría y activaba su protección ígnea de su boca brotó un aliento de fuego que quemó la mordaza; entonces comenzó a hablarle a Káeli.

–¡Káeli, por favor, despierta, tenemos que salir de aquí!– Le gritaba Lyontari a Káeli.

Káeli por su parte estaba profundamente dormida sin poder escuchar nada de lo que decía Lyontari.

Lyontari se puso a analizar el lugar buscando alguna forma de liberarse.

–El cuarto está insonorizado, por lo que no importa lo mucho que gritemos y se ve que está hecho a prueba de fuego…– Piensa Lyontari mientras estira sus pies dándose cuenta que no alcanzaba el suelo por unos centímetros, él sabía que Káeli era un poco más alta que él, por lo que lo más seguro era que ella quizás podría moverlos un poco.

Lyontari intenta nuevamente despertar a su compañera, pero esta no responde y Lyontari se desespera.

Por su parte Infinidá y Arryesgo discutían cuestiones importantes relacionadas con esos dos.

–Ya sé quién es ese que trajiste.– Respondió Infinidá.

Arryesgo se sorprende y comienza a tener miedo de sea lo que le pueda decir.

–Lyontari Qasad Mushabih, el buscado por muchos policías por varios robos en distintas partes de la región… y supuesto cómplice de Káeli Xyovka Kaĕli Shokă Mevină Sïtëffï̯l Bamba, supuestamente deportados tras el caso del asesinato de la reina. ¿Qué hacen estos dos que debían haber sido deportados ahora aquí?– Le pregunta impacientemente Infinidá a Arryesgo.

Arryesgo no sabe qué decir exactamente, por lo que comienza a idear una mentira.

–De Káeli no tengo la menor idea, pero de Lyontari como le dije, fue porque una señora me dijo que estaba rondando mucho el pequeño poblado y varios tenían miedo que fuese parte de un cártel vecino, además de cometer varios robos…– Le respondió Arryesgo.

–Arryesgo, nosotros no somos la policía por interesarnos pos casos así, no intentes romantizar nuestro trabajo.– Le responde Infinidá a Arryesgo. –Hablaremos de tu reprimenda más tarde, de momento necesitamos deshacernos de estos inconvenientes, por ello y solo por esta vez, lo dejaré pasar, después de todo, no son personas documentadas, así que… no hay ningún tipo de castigo real, además uno de ellos es un delincuente y la otra su cómplice, hay muchas maneras de limpiarnos de esta y solo esta vez, pero por si acaso, lo haremos a mi manera para que todo salga excelente, ¿entendido?– Le pregunta terminantemente Infinidá a Arryesgo.

Arryesgo asiente con la cabeza y ve como su jefe Infinidá saca de un cajón una pistola, su apariencia es genérica y similar a un revólver.

–¿Sabes lo que es esto?– Le pregunta Infinidá a Arryesgo.

–Parece un revólver… Como un mago de fuego y aire.– Responde Arryesgo.

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