15. Deja de estar mintiendo

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Arryesgo se acerca hacia Jadeít e intenta robarle un beso provocando que Jadeít lo separe rápidamente.

–Uy, qué jodido…– Dice Jadeít retrocediendo. –Oye, Arryesgo, me agradas y agradezco que quieras protegerme, en serio, pero no confundas las cosas.– Dice Jadeít con vergüenza en su tono para intentar no sonar agresiva como siempre.

–Pero te habías sonrojado, pensé que…– Dijo Arryesgo solo para ser interrumpida por Jadeít quien se dio la vuelta.

–Como dije, no confundas las cosas. Venga, vámonos, tenemos que llegar con los otros rápido o comenzarán a sospechar que estamos planeando alguna cosa maquiavélica.– Dice con parte de la leña en brazos y regresando junto a Káeli y Lyontari nuevamente.

Jadeít y Arryesgo regresan con la leña finalmente, saludando desde lejos con entusiasmo Arryesgo a Káeli quien responde al saludo ondeando su muñeca.

–Qué bueno que regresaron, chicos.– Dice Káeli.

–Sí, necesitábamos regresar pronto, ya que, necesito decirte algo muy importante, Káeli.– Responde Arryesgo.

–¿Qué ocurre?– Responde con una mirada extrañada y la ceja levantada Káeli hacia Arryesgo.

–De la manera más honesta y seria posible, debo decir que no confío en ti del todo y que si no hago nada es gracias a la confianza que has ganado con Jadeít tras todos los eventos ocurridos, sin embargo, yo no puedo permitir que sigas viajando si es que sigues mintiéndonos.– Responde Arryesgo.

–¡Ya les dije que no les he mentido! ¡No tengo el más mínimo interés en hacerles algo!– Exclamó Káeli.

–En eso es posible que tengas razón, pero no me refiero a eso, la verdad es que al ver tus hazañas contra un dragón, me causa particular interés de lo que realmente eres capaz, por lo que debo pedirte de la forma más amable, que me muestres tu verdadero poder sin contenerte o aquí mismo acabaré contigo.– Dice Arryesgo mirándola fríamente.

–¿Debería hacerlo? Si lo hago, podría descontrolarme y usar un hechizo de tiempo…– Piensa Káeli mientras mira como el rostro de Arryesgo se impacienta por una respuesta. –Bueno, no creo que algo se salga de control…– Dice Káeli entre sus pensamientos exhalando. –Está bien, pero espero que con esto estés satisfecho.–

Káeli y Arryesgo entonces se apartan a un terrereno más amplio y sin árboles, el viento del Norte soplaba con fuerza mientras el Sol brillaba al estar en su punto más alto mientras los dos contrincantes compartían fijas miradas.

Arryesgo señala el anillo que tiene en su mano derecha. –Mira mi dedo; esa gema de ahí es una piedra inhibidora, era obsequiada a los soldados de la Mesa Redonda para que entrenasen, como su nombre indica, estas piedras son capaces de limitar el poder mágico de una persona, como si lucharas con pesas en tus hombros o un gigante caparazón de tortuga llevases a tus espaldas.– Continua bajando la mirada y comnzando a retirarse el anillo. –Debido a que usarás tu verdadero poder, no tengo necesidad de contenerme, así que te recomiendo no confiarte. Si te contienes te mataré.– Dijo con un tono serio en su voz Arryesgo.

–Hace mucho compré este collar cerca de un bazar de mi ciudad, no pensé fuese nada increíble, solo fue porque me pareció bonito.– Ella comienza a quitarse un collar que tenía una gema amarilla con forma de estrella. –La señora que me lo dio dijo que si lo usaba todo el tiempo, me volvería más fuerte el día que me lo quitase, supongo que ahora sé porqué. ¡Piensa rápido, Lyontari!– Ella entonces se lo lanzaría a Lyontari quien rápidamente lo agarraría. –Guárdamelo un momento.– Dice con un tono dulce mientras le sonríe de forma opuesta a él, quien se encontraba en un estado de pánico y nervios.

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