53. ¿Por qué todo me recuerda a ti?

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Ġazi comenzó a acercarse al establecimiento de comida, sin ningún tipo de idea de qué iba a hacer al no poseer ni un centavo: Su mentira se estaba cayendo a pedazos frente a sus ojos.

Estando ya al lado del negocio, comenzó a hurgar entre sus bolsillos, buscaba cualquier tipo de moneda, quizá si juntaba todos aquellos pequeños cambios, podría llegar a tener el dinero suficiente como para poder comprar al menos una cachapa, mas no había nada ahí.

–¿Qué pasa, Ġazi?– Preguntó Kyira por detrás.

A Ġazi le dio un escalofrío a lo largo del cuerpo mientras oyó su voz y volteó rápidamente sin saber qué responder.

–Yo…– Decía mientras se sobaba las manos entre sí.

–¿Necesitas dinero?– Le preguntó Kyira directamente.

–¿Ah?– Ġazi después finalmente se dio cuenta que era muy obvio que estaba buscando dinero. –Sí…, ¡pero no te preocupes, seguro tengo en algún lado!– Respondió rápidamente buscando que su amiga no le fuese a ofrecer dinero.

Kyira tomó de los brazos a Ġazi y está volteó hacia ella deteniendo su movimiento.

–Tranquila, yo te la pago. No hay problema.– Respondió Kyira.

Ġazi tuvo que aceptar, impresionada por la determinación tan grande de Kyira. Kyira también pidió una y ambas comieron juntas antes de tener que irse Ġazi y comenzaron a platicar tal y como en aquella primera coincidencia.

–Vengo desde niña a este lugar; son bastante buenas, ¿no crees?– Se refería a las cachapas Kyira.

–Sí, claro que sí, están riquísimas.– Confirmó.

–Es bueno saberlo, a veces pienso que más que por el sabor es por el sentimiento que me causa este lugar por el que siempre vuelvo.– Dijo Kyira mientras observaba el lugar. –Ya sabes, todos vuelven al mismo lugar donde alguna vez fueron felices, ¿no crees?– Le realizó la pregunta.

En ese momento a Ġazi un recuerdo y pensamiento que había olvidado volvió a su mente.

–Hablando de sentimientos… ¿Crees que es posible encontrar a la misma persona dos veces?– Preguntó Ġazi.

–¿A qué te refieres con eso?– Levantó las cejas.

–Me refiero a… si es posible que una persona sea capaz de darte la sensación de parecerse tanto a otra, que es como si estuvieses viendo de nuevo a esa persona.– Explicó Ġazi.

–Pues… creo que eso sí es posible. Somos únicos, pero no lo suficiente como para que no nos parezcamos en algo.– Pensó mientras miraba al cielo para después regresar su mirada. –De hecho, justamente porque nosotras nos parecimos fue porque ahora estamos hablando.– Agregó.

–¿Vos crees que nos parecemos?– Quería indagar más.

–Sí, a ambas nos gusta este lugar, nos gusta la misma novela y ambas tenemos ascendencia extranjera, pero nuestras pequeñas o grandes diferencias es lo que hace que no seamos una copia una de la otra.– Explicó.

–Sí, creo que tienes razón…– Dijo Ġazi volviendo a ver su cachapa. –Pero si nos parecemos tanto, debes saber ya que no dejaré que esto quede así, te pagaré en la tarde.– Le aclaró Ġazi.

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