El parque al que fueron tenía un gigantesco instrumento de madera en el borde de la calle de asfalto que atravesaba la zona de césped. Era similar a una guitarra, pero con cuatro cuerdas, y algunas personas se tomaban fotos colocándose a los pies del instrumento.
Luján lo usaba como punto de referencia. Se paraba junto al instrumento, luego iba hacia el trozo de césped a su lado y alcanzaba una zona plana y cómoda para sentarse. Podía colocar una manta allí y el instrumento proyectaría sombra hacia su posición durante al menos dos horas. Muchas personas no lo notaban.
Ni Suhail ni Dorian comprendían lo que hacía yendo de aquí para allá detrás de un instrumento gigante, pero Dorian ya no cuestionaba su actitud y Suhail consideraba que nada podía impresionarlo a estas alturas.
Luján tomó asiento sobre la manta y desplegó sus cartas para separarlas en tres mazos. Los invitó a sentarse y le mostró la carta Ayu a Dorian.
—¿Recuerdas esta? Es la respuesta indeterminada en las preguntas de sí o no.
Dorian asintió. Sabía que la había visto muchas veces, pero no recordaba que ese fuese el significado, como lo esperaba.
—También puede ser algo sospechoso —agregó Suhail, sorprendiéndolos a ambos.
Cuando recibió dos pares de miradas aturdidas, Suhail se cruzó de brazos y frunció el ceño.
—¿Qué? Tú me lo explicaste —Apuntó hacia Luján con un gesto de la barbilla.
Le había dicho lo que significaba cada una, como solía hacer cuando le preguntaban. A Luján le gustaba hablar del tema. Que lo recordase era lo sorprendente.
Luján le sonrió, negó y se dedicó a barajar las cartas de forma distraída.
—Cuando saliste de la "multitud", dijiste "Ayu" mirando a París —le explicó Luján al otro chico, que boqueó por unos segundos.
—Yo no- no recuerdo haber dicho eso- sólo estaba la multitud acercándose y tenía que…detenerlos para que se fueran…
—Lo sé —Luján suavizó su tono y le dio una palmadita en la rodilla—. Por eso estamos aquí. Haremos una ronda de sí o no y esperemos conseguir algo bueno. ¿Me las sostienes?
Dorian recibió las tres cartas volteadas y adoptó una expresión de que no sabía qué hacer ahora. Luján lo hizo cerrar los dedos en torno a las cartas.
—Usualmente no dejo que otras energías las toquen, pero este es un caso muy extraño…—Luego le quitó las cartas y las volvió a barajar.
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Serendipia
Fantasia❝A veces cuando buscas algo, encuentras una cosa completamente diferente. No es casualidad. No existen las casualidades❞ Suhail y Meissa creen que han elegido un edificio por casualidad, porque las circunstancias los empujaron en esta dirección, sin...