❝A veces cuando buscas algo, encuentras una cosa completamente diferente. No es casualidad. No existen las casualidades❞
Suhail y Meissa creen que han elegido un edificio por casualidad, porque las circunstancias los empujaron en esta dirección, sin...
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Esa noche hubo un par de pequeños cambios de los que los demás no serían conscientes todavía.
Con Roma y Meissa hablando en voz baja en el gran cuarto de Meissa, con Luján barajando las cartas que no le daban una respuesta directa, con Dorian recostado en la tierra del invernadero intentando concentrarse en las estrellas a través del cristal.
Suhail encontró a Luján dentro de la piscina, con el agua hasta el pecho, y colocando las cartas en una superficie plana que puso en el borde. Tenía el ceño fruncido. Aziz le había dicho que uno de sus "nuevos hermanos" miraba la piscina como si esta le hubiese hecho algo y él sólo fue a comprobar, pensando que sería París.
—¿No te preocupa que se mojen?
Luján apenas le dio un vistazo y se volvió a centrar en las cartas.
—Son a prueba de agua.
—¿Por la "magia"? —Suhail se sentó con las piernas cruzadas junto a la piscina, en un área seca.
Aunque ya era de noche, realmente no suponía un problema seguir en la piscina. No era un sitio frío y no le sucedería nada si pasaba un rato allí, pero no creía que una persona se metiese a una piscina a las diez de la noche si no tenía algo en mente.
—Por una resina impermeable que les agrego cada cierto tiempo —repuso Luján, resoplando. Lo miró de reojo—. ¿Ya no eres escéptico?
Suhail movió la cabeza en un gesto que no era afirmativo ni negativo.
—Con todo lo que ha pasado…—Se encogió de hombros.
—Eso es un "no".
—No puedo negar que nos han perseguido cosas extrañas —Suhail mantuvo el enfoque lo más lógico posible—. ¿Estás haciendo preguntas sobre lo de mi madre?
Luján imitó su gesto de sacudir la cabeza para decir "más o menos".
—Debió ser el hermano de mi abuelo el que le dio esa copia de la carta. Todavía no era su turno en el ciclo, supongo.
—¿Qué ciclo?
—Las teorías sobre tener más de una vida hablan de los ciclos —le explicó Luján, observando sus cartas todavía con el entrecejo arrugado—. Están los ciclos en que dicen que puedes convertirte en algo más, como un animal, y los ciclos en que pasas de una vida humana a la otra, hasta que alcanzas cierta…
Gesticuló con las manos al no tener el término exacto.
—¿Iluminación? —ofreció Suhail—. ¿Comprensión? ¿Algo como el Nirvana de los budistas?
