Capítulo 2

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ANTON

Jueves, 20:11 pm.

Al salir de la empresa fui a un club nocturno.
Quería desahogarme y sacarme las ganas de follar que tenía en ese día.
Muchas veces había ido a ese lugar.
Era muy exclusivo y no cualquiera acudía, solo gente millonaria iba ahí.
Desde algunos empresarios hasta algunos políticos. Eso sí, lo que pasaba dentro se mantenía en secreto porque ¿quién se lo iba a creer?
Hacer rumores sobre eso, nadie se lo creería.

Cuando entré, me senté en las mesas que había para ver con atención a unas bailarinas exóticas que había y al acabar el show que estaban haciendo, una de las camareras se acercó a mí. Normalmente, a ellas también se le podían elegir, no solo a las mujeres que había delante de unas puertas esperando su momento.

Tiffany: — Hola cariño, ¿qué buscas? ¿Quieres conmigo otra vez? — preguntó pasando su mano por mi hombro.
Era una de las camareras con quien había follado varias veces y en ese instante no dudé en hacerlo otra vez.
Entonces, la tomé de la mano y pagué una habitación.
La tiré sobre la cama que había, me desabotoné el pantalón y me puse un preservativo.
No me iba a andar con preliminares. Quería meter mi pene en algún lugar y así hice.
La abrí de piernas y me metí dentro. Dándole duro, como si no hubiera un mañana y es que así solía ser siempre.
Tener sexo salvaje era mi mejor virtud.

Viernes, 20:22 pm.

RACHEL HILL

Salí de la casa donde cuidé a unos perros durante tres meses porque la dueña se mudaría a Florida con ellos, y viviendo en Nueva Jersey, me quedaba muy lejos para seguir cuidándolos. Además, no estaba dispuesta a dejar mi hogar para vivir en otra ciudad desconocida.

Luego, al llegar a casa, me encontré con la madre de mi mejor amiga, Abby, hablando por teléfono.

Bonnie: — Sí, no puedo. Bueno, pero tengo a alguien que podría servir

Ella estaba hablando con alguien por teléfono mientras me miraba fijamente.

Bonnie: — Vale. Perfecto. El lunes estará allá para la entrevista. Okay. Adiós

— ¿Con quién estabas hablando?

Bonnie: — Un hombre al que le cuidé los hijos hace años. Está buscando una niñera para un amigo suyo que tiene una niña pequeña, y le he dicho que tengo a la candidata perfecta

— Pero Abby está muy ocupada en la tienda y no creo que…

Bonnie: — ¡No seas tonta! Obviamente eres tú

— ¿Perdona? — pregunté alzando mis cejas y sorprendida.
— Pero sí yo no tengo experiencia en cuidar niños

Bonnie: — Bueno, has cuidado a animales, es casi lo mismo

— No, no es lo mismo. Un niño es más responsabilidad. ¿Y qué le has dicho?

Bonnie: — Que el lunes estarás lista para que te entreviste

— ¿¡Qué!?

Bonnie: — Se lo dije porque sé que tú necesitas trabajo y en este, según lo que me ha dicho, vas a ganar muy bien. Ellos, por lo que sé, son gente adinerada — dijo y Abby llegó a casa en ese momento.

Abby: — ¡Hola, ya estoy en casa!

Bonnie: — Hola cariño

— Hola, Abby

Abby: — Hola — dijo resoplando y se tiró en el sofá.
— Estoy exhausta

Bonnie: — ¿Te preparo la cena?

Señor Harris, Usted Es Mi ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora