ANTON
Rachel: — ¿Y qué más? ¿Qué debo saber de usted? — preguntó, siempre con su mirada desafiante, pero en lo profundo de sus ojos vi lo que quería: unas tremendas ganas de que le quitara la ropa y le mostrara todo lo que estaba diciendo.
No lo dudé y me acerqué a ella, me incliné poniendo mis manos en los reposabrazos de la silla, de tal manera que los dos quedamos frente al otro en una distancia en la que podía sentir hasta su aliento golpear con otra mi cara.— Que suelo coger duro, es una de mis especialidades — respondí, ella subió sus cejas en modo sorpresa. Además, noté que su pecho empezó a subir y a bajar un poco más rápido que antes, mientras que sus piernas las juntó, apretándolas.
Rachel: — ¿Algo más? — preguntó, tragó saliva, miré otra vez a sus piernas juntas y volví a mirar a sus ojos.
— ¿No te gustaría hacerlo así conmigo?
Rachel: — Si a usted no lo odiara tal vez, pero me lo pensaría
— Pues si meto mi mano en tu entrepierna te llevaría la contraria.
Sé que estás mojada y que estás tan excitada como lo estoy yo ahora
— dije, ella se mordió el labio y después miró a mis labios.Rachel: — Pues… no, no lo estoy.
No sé de qué habla — dijo y me hizo sonreír de lado.
Ella se hacía la inocente, pero yo veía que su cuerpo pedía mucho, de eso que yo quería ofrecerle.
Entonces, me acerqué a su cuello. Pasando y rozando mi nariz en él, lo que la hizo inconscientemente en tirar la cabeza hacia atrás, esperando que le besara y estuve a punto de hacerlo, pero reaccionó y me apartó.Rachel: — Bien, tengo que irme — dijo, se levantó de la silla y se dirigió a la puerta.
— ¿A dónde vas?
Rachel: — Ya se lo he dicho.
Usted y yo nos odiamos, es mejor mantenernos así. Además, ¿no lo recuerda? Según sus palabras solo soy una monja tímida, sin escrúpulos que no sabe de qué va la vida, además de ser introvertida, ¿no lo recuerda?
Hace poco me lo dijo y eso lo tengo grabado en mi mente todavía— Lo que dije fue porque estaba enfadado
Rachel: — No me dé explicaciones, pero ya veremos quién busca a quién
— aseguró antes de salir de la habitación.¡Por la más grande putísima de la vida de mierda que tengo!
¿En serio le había dicho eso?
¡Joder! Y estaba a punto de follarla, pero no, el idiota de mí tuvo que decirle eso hace días y ahora no pude conseguir lo que deseaba con más ansias. Sin embargo, era cierto, los dos nos teníamos odio.
A pesar de eso, hace poco descubrí que ese odio se había convertido en ganas y ahora esas ganas eran las que me atormentaban cuando la veía y a partir de este momento, serían muchas más al saber que ella también se estaba sintiendo igual que yo.
Y es que esos minutos fueron tan intensos que la erección de mi miembro ya dolía por no salir y tener que aguantarse las ansias de estar dentro de ella.RACHEL
No tenía ni idea de lo que estaba diciendo cuando le recordé lo que me dijo hace semanas, pero era la verdad. ¡Que se jodiera!, después de todo, él fue quien me insultó y me dijo esas cosas.
Sin embargo, me encontré intensamente excitada durante nuestra conversación, al punto de olvidar que debería odiarlo y no sentir nada por él. Fue un momento increíblemente intenso, considerando que solo estábamos hablando. No podía ni imaginarme lo que podríamos ser capaces de hacer si lleváramos a cabo lo que hablamos hace un rato.
¡No podía creerlo!
Bueno, tal vez no lo expresó directamente, pero su insinuación era bastante clara.En este momento, necesitaba poner en orden mis pensamientos y analizar la situación que acababa de vivir. Pero antes que nada, fui a la cuna para asegurarme de que la pequeña estuviera bien. Efectivamente, estaba durmiendo tranquilamente y se veía adorable. Después, me centré en las emociones que sentía. Mis latidos aún estaban acelerados, y mi entrepierna estaba húmeda, sintiendo una sensación de calor recorriendo mi cuerpo al recordar que el señor Harris y yo estuvimos a punto de acostarnos, y eso, sin duda alguna, era un evento único e histórico.
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Señor Harris, Usted Es Mi Obsesión
RomanceAnton Harris, dueño de una editorial, se enfrenta a un giro importante en su vida con una sorpresa inesperada. Para lidiar con la situación, contrata a Rachel Hill como niñera. A pesar de su historial con otras mujeres, Anton encuentra en Rachel a a...