Capítulo 21

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RACHEL

Por la tarde, después de una búsqueda de trabajo fallida todo el día, regresé a casa desanimada. Decidí ver una película en la televisión debido al empeoramiento del clima, que pasó de malo a peor con una lluvia torrencial.
Abby y Bonnie estaban fuera visitando a familiares, y yo había optado por no acompañarlos, ya que mi prioridad era encontrar trabajo.

Mientras tanto, el timbre del apartamento sonó insistentemente y para mi sorpresa, al abrir la puerta, me encontré con Nicole, empapada por la lluvia.

Nicole: — Rachel

— ¿Nicole, qué haces aquí?

Nicole: — Necesito tu ayuda

— ¿Por qué? Primero, entra y sécate antes de resfriarte

Nicole entró y le di una toalla para secarse, su cabello goteaba agua debido al diluvio afuera.

Nicole: — Lamento venir así, pero tenía que hablar contigo, y no tenía tu número

— ¿Cómo sabías dónde vivo?

Nicole: — Me lo mencionaste una vez, ¿recuerdas?

— ¡Ah!

Nicole: — Rachel, no puedo seguir trabajando en esa casa. Lo intenté, pero no funcionó con la niña y menos con el señor Harris

— ¿Qué sucedió con él?
— pregunté angustiada, pero ella solo negó con la cabeza sin responder.

Nicole: — Cometí un error grave, y él me despedirá por ello

— No puede ser tan grave

Nicole: — Sí, lo fue, y no preví las consecuencias

— ¿Pero qué hiciste?

Nicole: — Solo quiero que sepas que lo siento por todo.
No tuve que haber robado la esclava del señor Harris y culparte a ti

¿¡Qué!? ¿Ella lo hizo? Bueno, tampoco es que me pareciera impensable a decir verdad.

—¿Y se lo has dicho al señor?

Nicole: — No, ni loca, pienso decírselo
— respondió y volvió a llorar.
Se veía que, sea lo sea que había hecho, tenía mucha gravedad.

— ¿Y por qué lo hiciste?

Nicole: — Porque tú siempre fuiste mejor en todo y todos te aprecian. A la pequeña, a Julia, incluso al señor Harris parece que le gustas

— No digas eso

Nicole: — Es la verdad y tú lo sabes. La pequeña no me quiere, siempre te ha preferido a ti, y desde que no estás, ella no ha parado de llorar

— Pero tal vez es porque todavía no se ha acostumbrado a ti

Nicole: — No, no es eso. Los niños no son lo mío

— ¿Entonces, por qué la estás cuidando?

Nicole: — Para estar más cerca del señor Harris, ¿entiendes? Pero ahora me doy cuenta de que él no se merece nada. Es un desgraciado

— ¿Te hizo algo?

Nicole: — No, pero es un hombre despreciable

No sabía por qué lo estaba diciendo, pero en cierta parte tenía razón en lo que decía.

Nicole: — Solamente quiero que me perdones, Rachel. No tenía que culparte solo para que te fueras, pero estaba muy estresada, angustiada y preocupada porque la beca que me iban a dar la denegaron. Con los celos que sentí al verte junto al señor Harris, no sé qué me pasó e hice eso

— No te preocupes — dije dándole un abrazo, porque nuevamente se echó a llorar y eso me ponía mal a mí también.

Nicole: — No tenía que haberlo hecho. Fui una estúpida. Mi vida es un desastre y todo me sale mal

— No digas eso. Olvidemos el pasado, ¿está bien? No te preocupes por lo que pasó — dije, y ella asintió.
— ¿Dónde está la pequeña? ¿No la trajiste, verdad?

Nicole: — No, está en casa con Julia. Le dije que tenía que visitar a mi madre porque estaba enferma y me dejó venir, pero no era cierto. Solo vine para hablar contigo y decirte que vuelvas a tu puesto. Yo renunciaré. Ya no puedo ver la cara al señor Harris

— Pero podemos arreglarlo. No tienes que renunciar por eso que hiciste

Nicole: — Es necesario que me vaya. Además, estoy en el segundo año de carrera y debo concentrarme en conseguir la beca. Justo hoy me dijeron que volverán a darlas porque hubo un error y la mía está en camino

— Me alegra escuchar eso. Ves, no todo son malas noticias

Nicole: — Ojalá fuera como tú — dijo mirándome a los ojos.

— Créeme, no querrías ser yo

Nicole: — Claro que sí, porque mírate. Después de que yo te culpara de algo que no hiciste, me estás ayudando, y eso no todos lo hacen — mencionó, y sonreí de lado, poniendo mi mano sobre la suya.
— En serio te agradezco mucho.

— No hay de qué

Nicole: — Bueno, tengo que irme. Pasado mañana renunciaré, y espero que tú vuelvas

— No estoy segura de que lo haga

Nicole: — Hazlo, por la pequeña. Ella te extraña — dijo, y asentí con la cabeza.
— Bueno, me voy. Tengo que estar allá antes de la medianoche

— Está bien, buen viaje

Nicole: — Gracias. Por cierto, le diré a Julia que te llame para que vayas

— De acuerdo, gracias

Ella terminó de cruzar el umbral de la puerta, y al cerrarla nuevamente, me quedé atónita por lo que había sucedido recientemente. Sin embargo, mucha alegría y nerviosismo me invadieron de repente. Volvería a ver a la pequeña y a Julia, a quienes tenía mucho cariño y ya consideraba parte de mi familia. Y, por supuesto, volvería a ver a mi jefe, el señor Harris, por el que tenía una gran intranquilidad, por no decir que estaba completamente ansiosa.
Me volví a sentar en el sofá y le di play a la película, pensando en lo que Nicole me había contado.
No tenía ni idea de lo que había hecho, pero sentía empatía por ella y me sentía mal, al igual que ella, pues todos, queriendo o no, éramos capaces de cometer errores.







Señor Harris, Usted Es Mi ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora