ANTON
Martes, 16:11 pm.
No fui a trabajar este día, ya que el regreso a la oficina todavía se estaba organizando. Así que le había pedido a Brandon que fuera a la editorial para supervisarla. Era una tarea que normalmente me correspondería realizar. Sin embargo, al tenerlo disponible, Brandon asumió esa responsabilidad. Además, al igual que yo, él también tenía la tendencia a tomar el liderazgo cuando no me encontraba en la editorial, por lo que podía confiar en él aparte de ser mi amigo.
Estaba en el patio junto a Max, mi fiel compañero, mientras disfrutábamos la fresca brisa al aire libre.
Me estaba ejercitando afuera en el patio porque adentro, en el gimnasio que tenía en la casa, hacía calor.
De repente, el timbre de la casa sonó, provocando que Max se levantara de su posición en el suelo y adoptara una postura alerta.— ¿Será el cartero? — pregunté curioso, mirando a Max, quien simplemente me devolvió la mirada.
Max y yo nos dirigimos hacia la puerta principal, y al abrirla, descubrí quién estaba al otro lado.Dany: — Buenas tardes, señor Harris
— saludó Dany, sosteniendo en sus manos dos libros.— Hola, Dany. Rachel no ha estado desde el fin de semana
Dany: — Lo sé, ella me lo dijo
— Entiendo
En ese momento, Dany y yo quedamos en un silencio incómodo, y fui yo quien decidió romperlo.
— ¿Te gustaría pasar?
Dany: — ¡Oh! En realidad, solo vine a devolver estos libros que Rachel me prestó
— Está bien, déjalos en esa mesa de allí
— indiqué, señalando una pequeña mesa redonda que se encontraba en un rincón de la sala.Dany: — De acuerdo
— ¿Quieres algo para beber o comer?
Mi esposa no está aquí en este momento, pero si quieres podría prepararte algoDany: — No, gracias. Estoy bien
— respondió, mientras Max se acercaba a él y se dejó acariciar.
— ¡Hola, chico!— ¿Cómo está yendo todo en tus estudios?
Dany: — Muy bien. Por cierto, por lo que veo, usted estaba haciendo ejercicio
— Sí, estaba haciendo una rutina de entrenamiento para pecho y hombros
Dany: — ¿Le importaría si…?
— Claro, únete
Debo admitir que la curiosidad de Dany sobre mi rutina de ejercicios me tomó por sorpresa. ¿Quién diría que también podría tener un interés por el ejercicio?
Dany y yo nos dirigimos al patio, donde tenía montado mi pequeño gimnasio, y él al verlo se asombró.
Dany: — ¡Vaya! Se ve impresionante
— ¿Tú haces ejercicio?
Dany: — He comenzado hace poco. Aún no se me nota nada. A penas llevo unas semanas
— Cuando lleves algunos meses verás un poco de progreso
Dany: — Sí, aunque aún no tengo una rutina establecida. No sé bien cómo empezar
— ¿Te gustaría que te echara una mano con eso? — pregunté, y sus ojos brillaron de emoción al mirarme.
Dany: — No quisiera causarle molestias…
— No sería problema. Sé que al principio puede ser difícil ejercitarse, y sin ayuda es aún más complicado. Yo empecé sin asesoramiento
Dany: — Aun así, ha logrado progresar. Se nota que es constante en sus entrenamientos y tiene una buena condición física
ESTÁS LEYENDO
Señor Harris, Usted Es Mi Obsesión
RomansaAnton Harris, dueño de una editorial, se enfrenta a un giro importante en su vida con una sorpresa inesperada. Para lidiar con la situación, contrata a Rachel Hill como niñera. A pesar de su historial con otras mujeres, Anton encuentra en Rachel a a...