21|Dedicatoria|

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Estoy demasiado confundida y siento que ahora sí, un dato más y mi cerebro va a explotar.

—Ya basta, Gonzalo.

—Hey, no me gusta que me llames así.

—Así te llamas.

—Pero tú solo debes decirme mi amor.

*°*

—Gonzalo.

—¿Qué?

—Es ese nombre, no sé muy bien que representa en mi vida pero es lo único que he podido rescatar de los sueños aunque no me interesa.

—Será mejor que me vaya.

Los dos recuerdos vienen a mí de golpe, mientras trato de recordar más. Incluso sobre el engaño.

—¿Pero tú estás segura?

—Por supuesto que lo estoy. Él me engaña.

Mi amiga niega mientras yo trato de evitar mis lágrimas.

—No creo que él se atreva hacerte eso.

—Escuché su conversación. Encima no se acordó de mi cumpleaños. Está con ella.

El solo pensarlo e imaginar que se olvidó de mí y solo dejó un beso en mi frente para largarse, hace que el estómago se me revuelva.

—Karol...

—Solo quiero dormir, te llamo más tarde.

Necesito sostenerme de algo porque creo que voy a desmayarme.

No entiendo ni una mierda. Y se lo hago saber.

—No entiendo ni mierda. ¿Cómo mismo te llamas?

Intenta acercarse y tomar mi mano, pero la esquivo porque no necesita de eso para hablarme. Solo quería que me aclarara esa duda y que se pueda ir, pero me dejó más confundida.

—Me llamo Ruggero. Solo que por una broma entre nosotros, cuando te enojabas me decías Gonzalo.

—Te pusiste mal cundo te mencioné que recordaba ese nombre.

—Porque me estabas recordando a mí pero con la broma de por medio.

No necesito de más. No por hoy. No cuando acabo de enterarme de que soy una divorciada desmemoriada.

—Ahora sí, vete. Cierra la puerta al salir.

Necesito dormir hasta más no poder. Hasta despertar en lunes e irme con los niños. Pero todo plan se ve obstruido por mi estúpida mente. En que no puede dejar de pensar en ese italiano. En el motivo por el cual nos divorciamos si hasta mis padres afirman que nos veíamos muy felices.

Son tantas preguntas, muchísimas más de las que me hacía cuando no recordaba ni mi niñez.

De que mi estúpido corazón lo extraña, de que me duele que haya explotado esta bomba luego de uno de los momentos más lindos que pasé.

Para él fue otro más.

A este punto voy a creer que mi vida matrimonial fue un asco por fracasar al primer año.

Si antes no me podía reconocer, ahora mucho menos, no sé qué hacer con el peso que acaba de caer en mi vida, con las tantas telarañas que están como enredaderas en mi cabeza.

***

Declaro al insomnio como lo peor que le puede pasar a un ser humano. Como mi peor pesadilla. Porque si de por sí es feo mirar el techo y no poder dormir, lo es mil veces peor cuando tantas cosas se cruzan por tu mente y son esas mismas las que impiden mantener la calma para concebir el sueño.

Solamente TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora