Karol
Mi cuerpo golpea contra la suave superficie, mi cintura no deja de ser acariciada por sus manos. Su peso en este momento no es ningún problema puesto que se sostiene de sus antebrazos.
No suelto su boca, sus besos se van volviendo cada vez más intensos.
Tuvimos suerte de que la casa que tenía aquí aún tiene algunos muebles y la llave de repuesto haya quedado en el mismo lugar de siempre; bajo la segunda maceta.
Llevo mi mano hasta por debajo de su camiseta, tocando así el abdomen bien formado, el cual recuerdo muy bien y hasta admito que lo he extrañado. He extrañado a mi esposo.
Fui una estúpida por dejarme llevar y tomar decisiones apresuradas. Por no quedarme a escuchar cuando tuve una segunda oportunidad y preferí huir, ahora siendo yo la cobarde. El recuerdo hace que mis ojos ardan y de un momento a otro ya estoy llorando.
Toda llama de excitación se apaga por el sentimiento de culpa que me golpea.
Siento un toque en mis mejillas, un pulgar que se encarga de secar mis lágrimas antes de que abra los ojos por completo.
—Mi amor, ¿qué sucede?
Él ya está acostado sobre su lado izquierdo. Retira su mano de mi mejilla para ahora apoderarse de mi cadera y atraerme hasta su pecho.
—Fui una estúpida.
—Hey.— levanta con su dedo índice mi mentón cuando bajo mi rostro.—Deja de decir eso. Si hay un culpable aquí soy yo, tú no hiciste nada.
—Hice mucho, Ruggero. No te escuché.
—Estabas enojada y más cuando tuve una oportunidad y no lo dije. Solo fueron reacciones. Lo importante es que ya todo se aclaró.
—¿Y si nunca te escuchaba? Aún estuviéramos separados.
—Créeme que tarde o temprano tenías que hacerlo. No importa de qué manera se dio, tú y yo nos teníamos que volver a ver. Ya deja de martirizarte.
Vuelve a tomar mis labios entre los suyos y decido hacerle caso. Ya todo pasó, no es necesario que siga dándole vuelta a ese asunto.
Ruggero se encarga de despejar mi mente con sus besos y más aún cuando besa mi cuello y juega con el lóbulo de mi oreja haciendo que jadeos suaves salgan de lo profundo de mi garganta.
Tomo un leve impulso para terminar sentada sobre él y mirarlo desde arriba. Me sonríe de esa forma que tanto me gusta y también se levanta para quedar a mi altura, ahora siendo él quien lleva el control de mis caderas.
Nuestras intimidades terminan en un juego de roce que nos hace jadear al mismo tiempo y más aún cuando el beso sube a una mayor intensidad. Mis manos recorren toda su espalda, sacándole su camisa con urgencia. Él también se encarga de la mía y se lleva mi top deportivo en el proceso, dejando así nuestros torsos desnudos que son como dos imanes porque a los segundos ya entran en contacto.
Ruggero abandona mi boca para bajar hasta mi pecho y apoderarse de mi pezón izquierdo, chupando a su antojo mientras que al otro le brinda atención con su mano.
La sensación hace que me remueva más sobre él, arqueando un poco mi espalda y ofreciéndole más mi cuerpo. Con una mano me sostengo y con la otro tomo un puñado de su cabello, queriendo que no deje de tocarme.
—Rugge...
Su nombre sale como un gemido incapaz de contenerlo. Las sensaciones a flor de piel.
Da un giro que me deja de vuelta de espaldas en la cama y el queda de pie en el borde.
![](https://img.wattpad.com/cover/300061571-288-k695121.jpg)