¿Han pasado por esa situación de que sabes que hiciste algo mal y te da pena admitirlo? Y después ves a esa persona y no sabes cómo hablarle.
Eso mismo estoy sintiendo cuando veo a Ruggero parado en el portón de la escuela. Me había preguntado si podía venir y le dije que sí. Vi la oportunidad perfecta para disculparme por la actitud que tome, pero ahora, tengo vergüenza.
¿Qué le digo?
Oye, escuche tu llamada y aunque no quiera reconocerlo me puse celosa y pensé mil cosas, o talvez; oye, escuche la llamada y lo mejor era estar sola antes de reclamarte sin ningún derecho.
Ambas respuestas me daban pena.
—Karol.
Estoy parada frente a él y me mira como si tratara de entenderme. Entre tanto pensamiento no me di cuenta que ya acorte todo tipo de distancia.
—Hola.
Sonríe como si se diera cuenta de algo que ni yo misma sé.
—¿Quieres que vayamos a almorzar?
Asiento sin poder hablar. Solo quiero que esta sensación de incomodidad se vaya de mi pecho.
Y es peor cuando conduce hasta el restaurante, el cual está a diez minutos de donde estamos.
Él enciende la radio y yo no puedo evitar pensar en la canción que me dijo.
But I, I wanna do whatever you wanna do
If you wanted to, girl, we could cross that line
¿Cruzar la línea?
¿Acaso es una manera de decirme que le gusto?
Lenta...
Lo miro. Pero si hasta conduciendo es guapísimo.
That it hurts sometimes, but I miss you
And I know, and I know that it's on your mind
That it's on your mind when I kiss you
No hay nadie más en mi mente. Ni siquiera lo he besado.
Gonzalo...
Ese hombre es un desconocido para mí. Además el único recuerdo que tengo de él no es muy alentador. Por lo que di por descartado que le importe me importe si ni siquiera se dignó en buscarme.
Cuando escuche la canción admito que repetí mucho esta última parte. Y juro que por un momento se cruzó por mi cabeza que Ruggero me conocía. Pero si así hubiese sido no creo que sabiendo mi pasado y con ese nombre rondando en mi cabeza él se atreva aprovechar la situación. Aparte que nunca me ha dado indicios de que conoce algún gusto mío o algo así. Por lo que solo acepté que era parte de la letra.
El sonido de él tratando de estacionarse hace que me remueva y vuelva a la realidad. Bajamos y pedimos una mesa cerca de la ventana
—Ok, ya.
Dejo de mirar el menú y pongo toda mi atención en él.
—¿Qué sucede?
—Lo mismo me pregunto yo. No me gusta este silencio sepulcral entre nosotros. Y necesito que me digas si enserio hice algo que te incomodó.
Noto la culpa en sus facciones. No merece eso.
—Voy a ser sincera contigo.— eso hace que se acomode mejor en su puesto y yo hago lo mismo.—Escuché parte de tu llamada y me sentí mal.
No quiero mentirle.
Pero si omites al tal Gonzalo.
Él no dice nada y creo sentir la decepción cuando sigue mirando la carta.
