6. Mr. Miau Miau.

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Viernes 1 de febrero de 2019

11:05 PM

-Lamento no haberte acompañado a casa ayer -dijo Yoongi en su acostumbrado tono apático, como si no prestara atención a nada.

Acababan de salir del trabajo cuando guió a Tae al estacionamiento, ofreciéndose a llevarlo a "casa", o donde fuese que el joven de luz se hospedaba. El gato no hablaba mucho, por lo que Tae estaba confuso por su inesperada amabilidad. ¿Acababa de disculparse con él? ¿No lo odiaba? ¿Era en serio? El mundo era tan bueno y feliz aquel día. De pie ante la motocicleta, el felino demostró estar preparado; entregó a su colega uno de los dos cascos negros que llevaba consigo.

-Sé por qué temes a la oscuridad, y está bien -comentó siendo cuidadoso al resguardar sus orejitas de gato dentro del casco, el que tenía el espacio preciso para estas- Sé... Bastante de los Níreos como tú, curiosamente.

-Oh -¿Qué decir? Tae estaba asombrado; el gato no había hecho más que ignorarlo todo el mes... Adrede- Según me dijeron, la mayoría en la Tierra no sabe nada de mi raza; sólo asumen que somos peligrosos.

-Lo son -la sonrisa socarrona del felino no concordaba con sus palabras. Al ver a su colega maniatado con el casco se lo quitó de las manos para ponérselo él mismo, asegurándolo con brusquedad y su cola agitada en cierta molestia... gruñón y todo, a Tae le seguía pareciendo un chico adorable. El catzul, al menos diez centímetros más bajo que él, no podía ser malo ¿O sí?- Son unos hijos de su reputisima madre, y no me contradigas.

-Ay, Yoon -«¿Por qué siempre hablas tan feo?»

-Tú no, claro. Pero qué ganas tengo de sacarle las tripas a cualquier otro -habló por lo bajo, subiendo a la motocicleta- ¡Decía! -rió aligerando el tono para no asustarlo- Que lamento no haberte llevado a casa ayer. Sabía que temes a la oscuridad, hasta traje un casco para ti como hoy, pero ya ves -volvía a hablar entre dientes, cargado de coraje, su cola agitada de un lado a otro en descontento-;soy un estúpido gato y me debo a mis amos. Me cagan la existencia como no imaginas ¡La que los parió! -bufó golpeando el vehículo en un mohín frustrado. Al segundo después, de la nada, volteó a verlo y le sonrió como un dulce minino- Pero hoy puedo llevarte; vamos.

-Gracias -sonrió tieso en su sitio, sin saber cómo responder a su actitud dispersa- Qué gusto que me ayudes. Creí que...

-Soy un gato -aclaró como si fuera obvio, indicando que se sostuviera de su cintura con firmeza para poder partir-; por naturaleza parece que todo me vale verga, pero no es así.

11:35 PM

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11:35 PM

Viernes por la noche en la ciudad Zarcadia. Sí; esta poseía el mismo nombre que la organización encargada del orden y seguridad de los no-humanos en la Tierra, y se debía a una buena razón: Mientras en el resto del planeta eran escasos, coexistiendo en una razón de uno entre un millón de personas o menos, en la ciudad Zarcadia existía uno por cada cincuenta, cifra sumamente elevada, sin precedentes en la historia. También llamados zarcanos, los no humanos de todo el mundo migraban constantemente a aquella ciudad en busca de mejores oportunidades laborales, también instados por la comodidad de disponer con el único hospital apto para sus razas, una escuela y, por supuesto; la cede de la organización.

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