Miércoles 10 de Abril 2019.
2:00 PM
L'amato Gatto, a pesar de ser un panorama familiar, es uno de los restaurantes de cinco estrellas mejor catalogados de Ciudad Zarcadia. Ubicado en la ladera del pequeño cerro en el centro de la ciudad, por sobre el Parque Metropolitano; quien desee asistir debe reservar su mesa con al menos un mes de anticipación. Destacan sus amplias mesas en balcones con vista al aviario y, tras este, el parque y la ciudad... ¿Quién quiere ver aves exóticas mientras come? Claro; los cátzul. Las familias adineradas suelen adoptar a los más hermosos "guardianes familiares", y una buena forma de consentirlos y alardear de su buena relación es llevarlos a comer a L'amato Gatto.
Kook blanqueó los ojos, cruzándose de brazos cuando Hobi aparcó en el estacionamiento de su edificio. ¿Era en serio?
Cuando Tae le pidió salir a comer, creyó que sólo serían ellos dos; una agradable instancia para... Ni él sabía para qué, se contradecía a cada instante, ansiando una cita cual adolescente enamorado, a la vez jurando que su relación con Tae era una simple amistad; una buena acción al ayudarlo en su difícil situación. Patrañas que ni él se creía. Pero ¿Cómo no enfadarse? Su cena privada resultaba no ser tal, sino una bien planeada invitación de Hoeok de la que recién al verlo en la recepción del edificio se enteró. Y ahora estaba ahí, en L'amato Gatto. «¡Gato!», resopló sin comentarios; hasta el nombre apestaba a "pequeño desgraciado'' y él ya no quería saber más de uno en particular. Uno que muy probablemente estaba invitado y era la razón de tan misterioso paseo.
Sentados en una apartada mesa para cuatro personas, disponiendo de una estufa de jardín junto a ellos aplacando la brisa otoñal, y el canto de las aves del paraíso como única melodía, la vida sonrió al léuzur... Sólo a él. Yoongi seguía negándose a asistir a pesar de ser aquel su día libre.
—¡Por qué es tan difícil! —lamentó Hobi de cara contra la mesa, untando el rostro sobre las servilletas de forma infantil— ¿y la cita doble?
—Lo siento, Hobito. Lo intenté —Tae se compadeció— Estaba seguro de conseguirlo esta vez.
—No arrastres a Tae a tus fines —alegó Kook al galdro—. Están acosando descaradamente a ese gato ¿Qué no ven? ¿Cómo se te ocurre invitarlo a comer aquí? Si su familia se entera estarán furiosos.
—¡Nah! Ni les importa —alegó Hoseok dejando un golpe en la mesa— Si se enteran que lo quiero en mi sofá, querrán que les compre la custodia ¡Pero no hago así las cosas!... Es ilegal comprar un cátzul contra su voluntad —puchereó otra vez. ¿Es que de no ser ilegal lo hubiese hecho?
—Lamento que Yoongi no aceptara ser tu novio, Hobi —el comentario de Tae, quien revisaba la carta, los silenció—. Es culpa de sus dilemas familiares. No le digan que les conté, pero... Confesó que sí quiere irse contigo.
Silencio... Hobi abrió los ojos como platos, procesando la información impactado. «¿Cómo que novio? ¿Yoongi está malinterpretando mis intenciones? Oh, no...», ¿No? Su sonrisa socarrona barajaba nuevas oportunidades; tener al tigre en su cama en lugar del sofá, sinceramente, no era su objetivo, pero sonaba tentador. Un codazo de Kook lo atajó.
Mientras el léuzur y el galdro peleaban lanzando miradas, Tae pedía comida para los tres... ¿O eran diez?
—¿Lo enviaste a preguntar eso? —el léuzur indignado lo soltó por lo bajo— ¡Está mal en mil sentidos! lo detesto, pero no le deseo tanto mal. Dijiste que era un interés netamente profesional; tonto soy por creerte, degenerado.
—¡Lo es! Es un asunto profesional. No mandé a Tae a preguntar nada de eso —espetó el galdro inclinado sobre la mesa— Pero... Oye; no hables tan mal de mí. Ya no soy así.
ESTÁS LEYENDO
Blanco y Negro
FantasyTae es expulsado del Cielo cuando su alma comienza a oscurecer. El porcentaje de luz y sombra en las almas determina su raza, por tanto, su cuerpo se transformará involuntariamente, experimentando las diferentes formas de los no-humanos; con sus don...