35. Buenos días. +18

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Martes 16 de Abril de 2019.

4:00 AM.

El léuzur entró a la cabaña sin encender la luz, ensordecido por sus pensamientos halló el camino por instinto. En ropa interior entró a la cama, arrimándose a la espalda de su chico. Hundió el rostro entre los rizos de su nuca, inhalando profundo al abrazarlo sin hallar resistencia, Tae se acomodó a gusto en su cercanía... De no ser por su propia batalla interna, Kook hubiera reflexionado un poco más respecto al dulce aroma a batido de bananas que el cuello de su amorcito emanaba, de momento se permitió simplemente disfrutarlo; sonreír a gusto en su compañía como el mejor calmante.

No necesitaba dormir, pero podía hacerlo si quería y, con tal de no lidiar con su propio pesimismo, lo intentó... sin lograrlo. En su subconsciente volvió a presentarse la voz de la Niryusa con quien se había topado minutos atrás. A causa de su reducido estado, Maritania no pudo hablar y prefirió no quedarse por razones que Kook no entendía, pero...

«Léuzur, eres el único que puede oírme». Aprovechando la fuerte empatía del joven alado, el ave de fuego se manifestó brevemente dentro de su mente. «Por favor, ayúdame a salvar a mi pequeño; aprende a volar antes de que se convierta en un ádeus, y por favor, no le digas a nadie de este encuentro. Cuando estés listo te explicaré por qué». El mensaje fue simple y breve... Tan jodidamente breve que el estómago de Kook se retorció como lombriz en una pila de sal, su mente acostumbrada a pensar lo peor de cada situación se anticipó a una desgracia, lo malo era que con tan escasa información no lograba decidir ni de qué tipo sería. Lo único claro en su corazón, lo que amenazaba su mundo entero era ese detalle: «¿Salvarlo? Entonces sí está en peligro», era una obvia confirmación, la que desearía no haber escuchado. Estrechó el abrazo, evitando caer en las lágrimas como un niñito llorón cada vez que lo recordaba, cayendo al sueño por la fuerza... Halló algo d epaz sólo al convencerse de una cosa:

«Aprenderé a volar a como dé lugar, no lo dudes Tae. Para lo que necesites estaré; seré capaz de protegerte».

 Para lo que necesites estaré; seré capaz de protegerte»

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9:10 AM.

Un Yoongi amodorrado y mimado despertaba vagamente, oyendo su propio ronroneo cual motor de furgoneta. Sus ojos ocultos contra la piel ajena, en el refugio que halló en el cuello de su pareja. Entre gruñidos estiró brazos y piernas apoderándose de él, encaramándose como si pudiese tenerlo más cerca. Hoseok, quien recostado boca arriba leía las noticias en Jorgito, rió a gusto con el desmedido abrazo, apartando el móvil para voltear y estrechar a su Bebé, dejándole una nalgada y un mordisco en la nariz.

—Hoba~ tengo hambre —aún adormilado, el felino se quejaba mañoso, casi inentendible—. Déjame matar un ciervo~ por favor miau~ miau~.

—Tierno que eres para pedir matar animalitos —rió en supuesta decepción, dándole otra nalgada—. Esos ciervos no... Oye, Bebé... Creí que despertarías mucho más tarde.

Blanco y NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora