31. Viaje.

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Lunes 15 de Abril de 2019.

1:00 PM.

Yoongi contaba con una extensa biblioteca de recuerdos negativos. Pasillos completos que quisiera quemar, incluso si eso significara olvidar absolutamente todo y nacer de nuevo. Sabiendo que su deseo era un imposible, los últimos días intentaba algo diferente; recordar momentos agradables, siquiera aquellos en los que realmente se haya sentido tranquilo... Los había, y aún en sus peores días podía conseguir pequeños fragmentos de paz, como en aquel viaje en motocicleta.

Amaba acelerar en la autopista, sortear los vehículos, poner su vida en riesgo para mantener su mente centrada y alerta. Quizás más riesgoso que acelerar a 250 kilómetros por hora sin casco fue ir por su motocicleta hasta el supermercado donde trabajaba. Tomó también algunas cosas de su casillero, ignorando completamente a los policías humanos que investigaban en el lugar... No tenían las agallas para interrogarlo, de todos modos.

«Pensamientos positivos» suspiró con una sonrisa forzada. El sol apenas salía y él se metió al aeropuerto con su vehículo, quemando los neumáticos al derrapar para frenar justo ante el jet privado de Seokjin. El léuzur no estaba nada contento por su actitud, además de soltar un grito al creer que sería arrollado, veía claramente que Yoongi llevaba muy mal sus problemas. «Es por eso que al paso de los siglos no sales de tu agujero», suspiró el ídolo con cierta lástima... La mente del necio felino, quien consiguió resistirse a la líder de las Niryusa, se había ablandado en cuestión de horas, siendo de pronto un libro abierto ante el hábil léuzur.

La charla entre ambos, amparada por el ruidoso motor de la aeronave, se extendió varios minutos. El felino escuchó asintiendo cada tanto, aunque no lo dijera y simulara desinterés, aceptaba que Jin tenía razón.

La joven elim, Zerus el padre de Jimin, y Megan la tórreus, esperaban a bordo de la aeronave, ellas cuidarían de Jin, Annie y los Park, con quienes planeaban reunirse. Yoongi estaba ahí para despedirse de su pequeña... No quería apartarse de ella, se le revolvía el estómago y sentía cargar una montaña en la espalda, «porque es mi culpa que tu verdadera familia haya muerto, y no sé cómo voy a protegerte en un futuro... Lo único seguro es que no estás a salvo conmigo y, quizás, lo mejor para ti es que me olvides».

El cátzul tomó a la niña en sus brazos, la estrechó con suavidad. Recibiendo un cálido abrazo cerró los ojos, embriagado de la momentánea paz que su sólo aroma le provocaba. Llenó sus pulmones con la dulce esencia antes de dejarla en brazos del léuzur. Era hora de despedirse.

—Gracias por todo, Jin. yo...

—No te compliques —pidió el más alto, interrumpiendo sus palabras—. Ella estará a salvo, los Park la cuidarán bien y volverás a verla pronto.

—Sólo quiero que ella esté bien —asintió tragando duro, bajando la mirada al suelo como si quisiera patear piedras—. Dales las gracias de mi parte. Yo... Acabo de llegar a su familia y ya soy una gran carga.

—Ellos entienden la situación y ¡Oh! No te preocupes, están locos de alegría —rió tratando de calmar los ánimos— ¡Llevan la vida deseando tener una niña y no podían! Si de algo puedes preocuparte es de que la mimen demasiado.

—Eres admirable, Jin —sonrió cabizbajo. Reconocía el gran favor que el léuzur le hacía al librar su consciencia.

—Tú también, amigo gato... Lo que piensas hacer, por favor no...

—Estaré bien —interrumpió atropellando las palabras— Cuidaré de Taehyung, no te preocupes. También de tu hermanito el tóxico; ya le tomé estima —era difícil seguir fingiendo ligereza, sabiendo que debía despedirse de la pequeña que se había convertido en su último sustento emocional. Jugó con sus cabellos para distraerse, ella dormía tan plácidamente que el viejo cátzul sentía tambalearse, deseando rogar ir con ellos, pero no dejaría a los demás ni pondría en riesgo a su bebé. «Nunca más». Apretó los dientes e inhaló profundo, dando un paso atrás— No... No digas a nadie que soy un gatito ridículo, por favor.

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