31.

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| La Cita |

Dos días después de aquella tarde me estaba arreglando para por fin salir en una cita oficial con aquel chico que me traía disparando flechitas de amor, era algo muy cursi de mi parte, pero estos dos últimos días me había divertido mucho con él en casa, aunque ayer estuvo fuera porqué salió con unos amigos, y volvió cuando me había dormido, la pasó bien y eso es lo que más me alegra.

Yo no soy una persona controladora, me gusta tener mi espacio y mi tiempo a solas o con mis amigas, por lo cuál se que él también le gusta eso, aveces mi ex novio se enojaba porqué no pasaba tanto tiempo con él, me gusta tener tiempo para extrañar a Vinnie.

Ayer se lo comenté a Nailea y me ha dicho que aunque no seamos nada parecemos de todo, eso me hizo sentir feliz y un poco asustada, seguía teniendo miedo de no darle lo que él merece, pero el miedo pesa, y si seguía reprimiéndome por el miedo lo perdería y yo no quería eso. Él me ha demostrado que puedo amar sin dañar, y la verdad vale la pena amar a alguien como Vinnie.

Termino de atar mis cordones, tomé como de costumbre mi sudadera, celular y bolso y bajé las escaleras yendo hacía la cocina para tomar un vaso de agua, no estaba nerviosa, es decir, había pasado tres días sola con él y era muy cómodo todo entre nosotros, además los dos elegiríamos el lugar a dónde ir.

Él no estaba, pues dijo que necesitaba algo de la Hype y pasaría por mí en un par de horas, eran las dos y media, no tenía prisa, pero si hambre. Así supongo que iríamos a un lugar a comer y pasearíamos por Los Ángeles, obviando a los paparazzis claro, no queremos rumores o cualquiera de esas tonterías antes dé.

Me bebí el agua dejando el vaso en la isla, habían un par de platos de la mañana pero luego los lavaría.

La puerta de la entrada hace ruido y me acercó por el pasillo para ver quién pueda ser, pero me calmo al ver a Vinnie entrar, creo que le ha sacado una copia de mis llaves, pero no tenía problema.

Al verme asomada por el pasillo frunció el ceño divertido.

—¿Escondiendote de los ladrones, Aravena?.— Pregunta burlón y yo entornó los ojos.

—No, me escondo de tí ¿Cuándo sacaste copia?.— preguntó apuntando las llaves en sus manos, si hasta le puso un llavero para llevarlos en los pantalones.

—Ayer.— Dijo con confianza.— No puedo tocar el timbré siempre, te las regresaré cuando acabe la semana de esclavitud.— Respondió Sonriente.

—Los esclavos no entran por la puerta principal, entran por la puerta de la cochera.— lo molesté.

—Los amantes también entran por ahí, Sally.— dijo con un tono picarón, yo entré abrí la boca.

—En primer lugar, para ser mi amante debo tener novio y no lo tengo, en segundo, no uses esos tonos ¡Pervertido!.— Exclamé.— Así que sí, los esclavos entran por detrás.

—¿Quién dijo que yo era tú amante?— Alzó una ceja.— Soy tú futuro Novio, así que puedo entrar por la puerta principal.

Cuándo habla de novios no puedo evitar sonrojarme lo que hace que el sonría ampliamente, va a hacer que mi estómago tenga un tornado de tantas mariposas que hay dentro.

—Te ves muy guapa, por cierto.— Me echó un vistazo descaradamente de abajo a arriba, lo cuál hizo que me sonrojara más y terminó Por guiñarme el ojo, riendo por mi reacción se acercó.— ¿Ya nos vamos, Sally?

Skater|| Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora