Epílogo

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Meses Después...

Vinnie tenía razón, desde arriba todo se veía mejor, las luces de ciudad brillaban intensamente. Jamás me había fijado que desde una perspectiva más alta todo se veía mejor y con mucha claridad, había viajado muchas veces en avión y jamás me había tocado en la ventana, mala suerte por mí.

Aunque debo admitir que esta vez tampoco me había tocado en la ventana, había rogado a Vinnie la mayoría de la fila antes de entrar al avión que me dejara estar en la ventana.

—¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! — le decía con las manos juntas suplicando.— Jamás me ha tocado en la ventana.— le hice puchero mientras él me miraba avergonzado mientras las personas nos quedaban mirando.— ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!

—¡Ya! — terminó diciendo.— Está bien, tú te irás en la ventana, pero por favor deja de suplicar.

Le había sonreído como una niña a la cual le habían cumplido su capricho y me puse de puntitas y lo besé en los labios, un beso corto.

—Eres el mejor novio del mundo.— agarré su brazo mientras que por fin la fila comenzaba a moverse, lo vi negar con una sonrisa.

Aunque el tampoco hubiera disfrutado toda la vista, se durmió desde que nuestros traseros tocaron los asientos del avión. Lo moví un poco.

—¿Mmm? —gruñó.

—¿Sabes cuántas horas son de Los Angeles a Seattle?— pregunté mirándolo.

—No más de tres horas.— habló con su voz ronca y se acomodó en mi hombro para seguir roncando.

Había pasado una hora y media, y la verdad jamas me había gustado permanecer sin moverme mucho tiempo, incluso dormida me movía como un gusano. Comencé a mover frenéticamente mi pierna, mientras veía a través de la ventana entre las nubes las luces a cientos de metros abajo.

Pronto sentí la mano en la pierna que no dejaba de mover por la inquietud.

—Deja de hacer eso.— volvió a hablar con su voz ronca.

—No puedo, estoy aburrida y quiero moverme. ¿No dijiste que iba a nevar? no parece que vaya a nevar. — Volví a mirar por la ventana.

—Estamos sobre las nubes, ¿cómo se supone que vayas a ver que neva?— esta vez abrió sus ojos.

—Buen punto.

—¿Estás... estas nerviosa?

—¿Por qué lo estaría?— pregunté confusa.

—No, por nada.— dijo con ese tono con el cual alguien esconde algo.

—Vinnie.— lo llamé y él se hizo es distraído.

—Dime.

—¿Qué no me estás diciendo?

—Nada, no es nada.— lo miré con los ojos entrecerrados apretando la mandíbula.— no me mires así.

—Dímelo, ahora.— ordené.

—Está bien.— levantó sus manos en señal de rendición.— Mis abuelos están en casa.

Yo abrí los ojos exagerando un poco la situación, he conocido a los padres de Vinnie y eso es mucho, es decir, no me malinterpreten, yo adoró a Nate y Maria, pero conocer a sus abuelos. Vamos que los abuelos son más sabios y más difíciles de caer bien, notarán enseguida que estoy jodida.

—¿Estás bien? — preguntó Vinnie al verme callada por mucho rato.

—Me voy a bajar.— dije tomando mis audífonos.

Skater|| Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora