Skater|| Vinnie Hacker

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Me mordía el labio mientras intentaba leer la reacción de Vinnie al ver el boleto de avión a Seattle, creo que los segundos en que tardo en reaccionar se me hicieron agonía, me gustaría saber que pasaba por su cabeza.

Cuándo alzo su mirada estaba nerviosa ¿había sido mucho? ¿Debería decir algo?

—¿Qué es esto? —Parpadeó, estaba anonadado.

—Un... boleto...de avión.— dije visiblemente nerviosa, me mordía los labios presa de la ansiedad que podía verse visiblemente en mi cara.

—Ya lo sé, es sólo que... —me miraba de una forma que no sabía como decifrar ¿se habrá enfadado.— ¿ya te quieres deshacer de mí?

Ahora la que estaba anonadada era yo, él sonrió viéndome.

—¿eh? —solté.

—¿por qué me das el boleto de avión ahora? ¿Ya quieres que me vaya? —dijo divertido por mi expresión.

Yo al fin reaccioné y le di un golpe en el hombre suavecito, me había asustado, mis emociones habían pasado de la incertidumbre, al miedo y luego a la confusión.

—¡No hagas eso! —reñí.

—Hey, que agresiva.— dijo soltando una carcajada.

—Estaba nerviosa, creía que...— guardé silencio.

—¿Creías qué? —alzó una ceja.

—Creía que te ibas a molestar.

Él ladeó su cabeza mirándome de lado.

—¿Por qué habría de molestarme, Alexa? —hizo un puchero, con su ceño fruncido.

—Yo... No lo sé, sólo... no lo sé.— hice una mueca.— ¿Entonces si te ha gustado? ¿Crees que es muy poco?

Él abrió sus ojos negando con las manos.

—No.

—¿No te ha gustado?— repliqué asustada

—Nada de eso... Me ha encantado.— me tranquilizó.—Y sobre lo de si creó que es muy poco, en realidad, creo que es mucho, pero ya no puedo decirte que devuelvas el boleto ¿o sí?

Negué con la cabeza rotundamente.

— De eso nada, tú irás a Seattle y verás a tus padres.

Él sonrió y rodeó mi cintura pegándome más a su cuerpo, dejándome sin aire, cuando nuestros labios se encontraron. Volví a sentir ese temblor en todo mi cuerpo al tener sus labios sobre los míos, Vinnie era adictivo de todas las formas posibles.

Rodeé su cuello profundizando más el beso, pasando la lengua por su labio inferior, mientras él se abría paso por mi cavidad bocal haciéndome jadear de sobre manera, calentando todo mi cuerpo.

No hace falta que les cuente los detalles sobre lo que pasó después, pero si debo agregar una cosa, y es que jamás me había sentido tan querida por alguien cómo está noche con él, fue rudo cuando se lo pedía y delicado cuando debía, creo que empezaba a perder la cabeza por él.