Extra II

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//𝑈𝑛𝑎 𝑝𝑎𝑠𝑜 𝑚𝑎́𝑠 🤍


Mientras miraba a través de la ventana y pensaba en todo lo que había conseguido hasta aquí, hace dos años y medio era yo en una ciudad desconocida, con Nailea acompañándome en esto, siendo mi única amiga al llegar, ahora tengo a Vinnie, a su familia que cada día me siento más cómoda a su alrededor.

Pienso en que aquello que se rompió en casa aquí los pedazos se están cicatrizando poco a poco, muchos sanan de relaciones tóxicas, otros de padres abusivos, de traumas de la infancia, el punto es que todos intentamos sanar algo, y hay que buscar el lugar correcto para sanar, no puedes sanar algo en el lugar en donde se rompió.

Puedes recoger los pedazos, buscar un nuevo lugar seguro, comenzaras a sanar, de a poco, pero sanarás.

No importa si sientes que duele, si sientes que quema, que está mal que le alejes de ellos porque estás acostumbrada a sentirte así, porque alejarte es lo mejor para ti. Cada día duele un poco menos, aveces duele más, pero esta bien y vas a estar bien.

No dolerá menos porque lo evadas, no dolerá menos porque los odies, no dolerá menos porque te vengues, dolerá menos cuando aceptes que te han dañado y te permitas sentir el dolor, dejar que duela y que poco a poco el ardor pasara.

Evadí la relación con mi madre por mucho tiempo, y aunque me siga doliendo ( ya cada vez menos) seguiré queriéndole, porque es mi madre, no puedo negarle ese derecho, sin embargo no puedo dejarle el derecho de que me mienta y maneje a su antojo.

Escucho un suspiro salir de mis labios, porque a pesar de todo, aunque no doliera como antes, le necesitaba, pero no hay forma de cambiar las cosas, y estaba bien aquí.

—¿Sabes que Nailea quiere empacar tu ropa interior?— escuche a Vinnie entrar a mi habitación.

Voltee.

—¿Qué?.— Dije desconcertada.

—Nailea, ha dicho que ella guardará tu ropa.— se acercó a mi maleta encima de la cama y la miró extrañado.— ¿Por qué aún sigue vacía?

Lo miré con una sonrisa torpe.

—No me he decidido que guardaré en cada maleta.

—Sally, te haz deshecho de la mitad de tu closet, no es que tengas mucho que escoger.— se acercó y cogió mis manos.— ¿Qué ocurre? ¿Te arrepientes?

—¿Qué? No.—dije enseguida.

—Si es apresurado lo entiendo y lo sabes.— me miró con sus ojos alternándose en mi mirada.

—No es eso, Vin.— suspiré.— Solo estoy un poco distraída, es todo, ahora me pongo en marcha.

Me solté y caminé al closet.

—No lo hagas.— me frenó.

Lo miré extrañada.

—¿Hacer el qué?.— pregunté

—No te cierres conmigo.— Me miró.— No lo hagas.

Me acerqué a él deslizando mis manos por su cintura.

—Necesito tiempo ¿vale?—Le sonreí.

—Está bien, sólo no olvides que estoy contigo.

Se agachó unos centímetros y dejó caer suavemente sus labios sobre mi frente, suave y delicado, me abrazo por los hombros apretujándome contra él, siendo delicado conmigo. Repose mi mejilla en su pecho, inspire su aroma y me tranquilice.

Irme de casa no fue una decisión fácil, había mucho en juego, pero lo hice, ahora estaba repitiendo mis acciones, es solo que esta vez no la hacía sola, Vinnie sostenía mi mano.

Luego de mucho tiempo de pensarlo y luego de que él me lo propusiera, hemos decidido mudarnos juntos, hace unos días hemos cumplido un año y nueve meses, y ya me lo había propuesto, pero temía dar aquel paso con él, no porque fuera algo malo, sino porque tenía miedo.

Cuando le he comentado a Nailea ella brincó de alegría por mi, y la verdad es que no quería dejarla sola, es mi amiga, y ha estado en muchos momentos importantes desde que llegué aquí.

Pero me alentó y me hizo saber que esto no cambiaría nada entre nosotras, que no habría distancia, y lo sentí así, Nailea era esa amiga que así estuvieras al otro lado del mundo, tú podrías contar con ella siempre.

Un par de horas después estábamos llegando a nuestro hogar.

Vinnie.

Ay Vinnie.

Desde que llegué aquí, no ha hecho más que cuidar de mi persona, protegerme y hacerme sentir que merezco ser querida, esas mariposas eran reales, los nervios, cada que lo veía, cada que se acercaba o me miraba, seguían ahí, y me encantaba, también estaba la calma, la seguridad, y la paz que sentía en mi interior.

Abrí la puerta de nuestro departamento y arrastre mi maleta hacia la sala. Ya nos habíamos encargado de los muebles, bueno faltaba el comedor pero, sofá teníamos.

Suspire de nuevo, porque nuevamente comencé otra etapa, u otro capítulo. Vi la luz entrar por los grandes cristales del departamento y me sentí en paz, jamás creí que pudiera llegar tan lejos.

Sentí sus manos en mis hombros, cálidas, suaves, dejo un beso en mi cabeza.

—¿que te parece?.— Mencionó con voz suave.

Yo sonreí porque al final, él está conmigo, y le quiero, le amo, y compartir algo así con él, me hacía sentir muy bien.

—Me parece.— me volteé para poder mirarlo bien.— Que vamos a tener que comprar muchas cosas.

El departamento en si estaba listo, solo faltaban unos detalles, accesorios y esas cosas.

—Yo lo veo bien.— dijo mirando a nuestro alrededor.— Con que tú estés cada que llegue a casa, para mi no le falta nada más.

Rodee los ojos divertida.

—Yo quiero algo de color, mucho blanco y negro me va a dar jaqueca. ¿Qué opinas?.

—Tú invierte tu tiempo, yo tengo el dinero, puedes comprar lo que se te antoje.— me guiño el ojo.

Le di un golpecito en el hombro.

—Vamos Vinnie, colabora.— hice puchero.

Se agachó unos centímetros y me tomó por la cintura elevándome, enredé mis piernas en su cintura y sostuve de su cuello enredándome en el.

—Luego de ir a la habitación, ¿te parece?

Negué con la cabeza sonriendo, me sostuvo de mi nuca y me besó, sus labios siempre han sido tan suaves a diferencia de los míos que debido a mi temperatura siempre mantenían secos aunque los hidratase.

Un beso con sabor a poco, porque se separó.

—Te amo, Sally.— Apoyo su frente sobre la mía.

—Te amo, Hacker.

Volví a unir nuestros labios y el comenzó el trayecto a la habitación.

Skater|| Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora