Capítulo 18: Arrepentimiento.

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-Koryu, ¿Qué tanto sabes sobre esa mujer llamada Kagura?

-Tal y como ella te lo explicó, se trata de la sirvienta más devota del rey del inframundo. – respondió. - Como su mano derecha, tiene el control absoluto sobre los otros sirvientes del palacio real. Algunos dicen, que si llegas a escuchar silbidos misteriosos, es porque ella los está provocando, ya que representa el viento. Incluso existe una leyenda que gira a su alrededor. Cuando su majestad hacía una de sus breves visitas en la tierra, se encontró con el abanico abandonado de una concubina humana, transformándola en un demonio para que siempre le fuera leal. Esto mismo se repite con la niña que funge como su mano izquierda. Solo que, en lugar de un abanico, es un espejo.

-Si el abanico representa el viento, ¿Qué es lo que representa el espejo?

-La nada. Lo que sea que se arroje a ese espejo, termina en un espacio desconocido del inframundo. A excepción de las almas, las cuales, van a la nada, para detener su ciclo de reencarnación. Aunque, esto último en realidad se trata de un castigo para quienes hayan hecho cosas muy malas en sus vidas. Y también es una leyenda.

-COF, COF... - de repente, la joven tosió.

-¡Himawari! – exclamó Sasuke, arrastrándose de rodillas hacia el borde izquierdo de la cama. - ¡Himawari! ¡¿Puedes escucharme?! ¡¿Estás bien?! – interrogó, escuchando preocupado como no dejaba de toser. 

Luego de unos segundos, la mencionada reaccionó, abriendo despacio sus ojos antes de encontrarse con el rostro angustiado del muchacho.

-Sasuke... - murmuró. - ¿D-Dónde estamos?

-Te traje a mi habitación en la residencia Sabaku. No quise arriesgarme a convertirte en una estatua como Tokajin.

***

-Hasta el momento... solo te han atacado demonios que eran leales al rey. – comentó Enju, sentada en su cómodo sillón rojo. - Por lo tanto, los que son más peligrosos y que no dudarán en matarte si tienen la oportunidad, son aquellos que no forman parte de sus dominios. Los exiliados.

***

-Ese malnacido... - pensó enojada, llevándose su brazo derecho por encima de su cabeza para cubrirse los ojos. – ¿Cómo pude bajar la guardia? - recordando como el ermitaño mordió a Sasuke, apretó los dientes para evitar sollozar y derramó lágrimas llenas de frustración. 

Verla así, tan molesta consigo misma, por algo que ni siquiera fue su culpa, hizo que Sasuke se acercara a ella. La tomara en sus brazos; invitándola a sentarse, y la abrazara con cuidado.

-Ah... yo... iré a vigilar la puerta. – dijo Koryu con nerviosismo, volando al otro lado del cuarto para darles privacidad.

-Tranquila, ya pasó. – le susurró con comprensión. - Todo está bien.

-No... no está bien. – replicó, sin parar de llorar. - Casi te matan por mi descuido, por querer vivir una vida que no puedo tener. Enju tenía razón... - en su mente, repitió la bofetada que la mencionada le dio a Kiba hace años. - ¡Soy una estúpida!

Quiso apartarse del joven, pero él no lo permitió, moviéndose para juntar con cuidado su cabeza con el lado izquierdo de su pecho. Al oír los latidos de su corazón, Himawari abrió los ojos como platos.

-Puedes escucharlo, ¿Verdad? – comentó. - Si mi corazón sigue latiendo, es porque sobreviví gracias a tu fuerza.

Ella sollozó.

-No hagas esto... - murmuró acongojada, cubriendo su rostro con sus manos. - No merezco tu amabilidad... mucho menos tu perdón... – buscando sus ojos carmesí, Sasuke dejó de abrazarla y apartó sus manos con delicadeza, quitándole una lágrima de su ojo izquierdo. - Porque... porque yo...

Haunted and Lost | COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora