Reborn and Lost 15. Inmortal.

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-Le... - escupiendo sangre y sonriendo, Sasuke miró con decisión a Satsuki.

Detrás de él, Riku sostenía a Towa en sus brazos, observándolo atónito, al igual que los demás presentes.

-...le debía un favor.

Sin entenderle de todo y encogiéndose de hombros, la menor retrocedió, quitando su brazo de su cuerpo.

Ya estando libre, Sasuke se arrodilló y se apoyó en su palma derecha, viendo con la vista nublada las gotas de sangre que caían de su pecho.

Ante sus ojos, el tiempo había comenzado a pasar lentamente. Volteó hacia su hermano mayor, hacia Sesshomaru, hacia Rin, hacia Naruto, hacia Hinata. Parpadeó agotado. Sus bocas se movían, pero no escuchaba lo que le decían.

¿Su nombre?

¿Una advertencia?

Entonces, se giró de vuelta hacia Satsuki. Sin una pizca de arrepentimiento, sonreía como si estuviera ganando un retorcido juego.

Uno armado, desde hace años, por la enfermiza obsesión de Tsubaki.

Recordándola un segundo, tosió de nuevo, escupiendo más ríos de sangre.

En eso, sintió una helada mano tocarle el lado derecho del cuello, acompañada por garras filosas y largas.

Dejando de sonreír y con el sharingan brillando de nuevo en sus ojos, la niña no le quitaba la vista de encima.

Podía ver su reflejo en sus pupilas. Iba a matarlo, ahora lo tenía claro.

En especial, cuando levantó más su brazo, sin cambiar su dirección... hasta que alguien la abrazó por la espalda, deteniéndola en seco y dejando boquiabiertos a los demás.

Satsuki movió su cabeza por encima de su hombro izquierdo.

Habiendo despertado con la voz de su padre y al ver a Sasuke en un peligro inminente, Boruto corrió hacia la niña, aferrándose como si estuvieran parados en la delgada línea entre la vida y la muerte.

Ella no sabía cómo reaccionar a ese gesto.

¿Debía estar feliz?

¿Triste?

¿Enojada?

-Mátalo. - la voz de su madre invadió sus pensamientos. - ¡Mátalo! – ordenó de nuevo, con la mariposa negra revoloteando a su alrededor.

Satsuki no tenía opción, debía obedecer a su madre.

Ella la había traído de vuelta para matar a sus enemigos. A Sasuke, a Hinata, a Itachi... pero, en especial, a Boruto. Ese niño dulce que le había sonreído cálidamente en su primer encuentro... tenía que morir en sus manos.

Derramó una pequeña lágrima. Se quitó de encima los brazos del chico y luego, lo sostuvo del cuello de sus ropas, levantándolo unos centímetros del suelo.

Las pupilas azules del menor reflejaban su brazo y su mano derecha, volviéndose una lanza que lo atravesaría en cualquier segundo, hasta que su cuerpo fue invadido; de la cabeza a los pies, por llamas negras que la obligaron a soltarlo y a apartarse.

Gruñendo y gritando furiosa, la niña volteó hacia su izquierda, abriendo los ojos como platos al ver a Sarada, con el sharingan en sus ojos, bañado en lágrimas de sangre.

La orden de Tsubaki también la había despertado, haciendo eco en sus pensamientos, como una advertencia de que, si no lo hacía, perdería a alguien importante.

Haunted and Lost | COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora