Capítulo 9: El ángel en su cama.

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Separadores que encontrarás en esta historia.

&&& -> Cambio de escena. Ya sea que los mismos personajes estén en otro lugar o se relate una situación diferente con otros personajes en otro sitio.

+++ -> Un personaje está soñando.

*** -> Flashback / momentos del pasado.

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Al terminar la limpieza de su hogar, Sesshomaru salió por unos minutos para conseguir una cena casera. Cuando regresó, notó que el piso de madera estaba más deslumbrante de lo que recordaba. Tanto las bolsas, como los papeles que había acumulado en días, desaparecieron.

En la cocina, los platos se encontraban limpios. Tampoco había basura y las puertas y cajones correspondientes a cubiertos, tazas, sartenes y otros utensilios, brillaban con la luz, al mismo tiempo que desprendían un fresco olor a lavanda.

Ambos habían hecho un excelente trabajo. De eso no le cabía la menor duda, sobretodo porque su pequeña amiga siempre sonreía sin importar que tipo de suciedad encontrara tirada por ahí. Incluso llegó a asustarse cuando su escoba dio con la cola de una rata que, al final, terminó siendo solo el hilo de un viejo guante.

Sonrió, recordando ese momento como algo único y especial. Pasaron 10 años desde que se divirtió tanto con ella de esa forma. 10 años en los que no pudo reírse de sus comentarios, escuchar su voz o tocarla, abrazarla. Tal vez, hasta... besarla.

Se llevó unos dedos a su boca. Con solo imaginar tocar sus labios, sentía que el tiempo estaba detenido, a tal grado en el que ya no tendría que preocuparse por resolver los numerosos casos que; tanto él como Kohaku, clasificaron como "pendientes".

Suspiró. Ojala todo fuera tan fácil como para que pudiera descansar tranquilamente. Mientras tanto, debía dejar las bolsas con comida en la mesa del comedor; impecable y reluciente, y subir al segundo piso para darse un baño. Como tenía una muda de ropa preparada en un estante cercano, lo único que hizo fue cerrar la puerta. Abrir la llave de la regadera y quitarse la ropa.

En cuanto las gotas de agua caliente tocaron su piel, sus músculos se relajaron. Y si a eso se sumaba el masaje que se daba en el cuero cabelludo, era como estar tocando un pedazo de cielo. Respiró. Se enjabonó el cuerpo y su largo cabello plateado.

Al retirar las últimas burbujas, cerró la llave y salió de la regadera. De la repisa donde se hallaba su muda de ropa, tomó una toalla blanca, la cual, utilizó para secarse. Una vez que la dejó encima de la tapa del inodoro, buscó su piyama.

Para su gran sorpresa, la única prenda que estaba doblada ahí, era un pants blanco con rayas azul oscuro. Se encogió de hombros y se lo puso. Creyó que la última vez, había dejado también una playera sin mangas de color azul oscuro.

Luego de dejar la toalla en un extremo de la ducha para que pudiera secarse, salió del baño, llevando en sus hombros una toalla más pequeña para secarse la cabeza y el cabello.

Dando unos pasos a su lado izquierdo, dio con su habitación, por lo que solo le bastó con acercar su mano a la manija y moverla hacia abajo para abrir la puerta.

Sin embargo, y para su gran sorpresa, Rin se encontraba dormida en su enorme cama. Su cuerpo descansaba a su derecha, por lo que sus brazos también estaban doblados a esa dirección. No llevaba sus sandalias. Y sus rodillas le llegaban al vientre. Sesshomaru sonrió con comprensión.

Claro que después de haber limpiado su desastre acumulado por meses, era obvio que acabaría más agotada de lo que ya estaba, en especial, si ese mismo día había llegado de un vuelo desde Roma, Italia.

Haunted and Lost | COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora