Capítulo 43: La sacerdotisa oscura. El inicio de sus desgracias.

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-Hace 60 años-

-¡Corre, Tsubaki!

Fueron las últimas palabras que escuchó de su madre, viendo aterrada como los soldados japoneses la arrastraban del cabello y la golpeaban frente a su casa.

Con su padre, sucedía lo mismo. Todo con tal de no entregar las valiosas cazuelas, cucharas y ollas que tenían... para que pasaran a convertirse en armas o balas para la guerra.

La niña de 12 años tuvo que luchar contra los temblores en su cuerpo para obedecer, girándose y corriendo por el mismo sendero que había usado recién para llegar, luego de que su madre la enviara a buscar algunas plantas para cocinar.

En eso, escuchó en su camino los incesantes ladridos de los sabuesos de caza. Tragó saliva y jadeó asustada. ¡¿Cómo podría enfrentar ella sola algo así?! Pero no tenía opción. Sus padres estaban muertos. Y a menos que consiguiera alejarse del pueblo, su destino sería el mismo. O tal vez... algo peor.

Entonces, pasando por una colina empinada, su pie izquierdo resbaló, llevándola más rápido al bosque y al rio que ahí yacía. Volteando aterrada hacia la cima, se dio cuenta de que los perros ya la habían alcanzado.

Era ahora o nunca.

Atravesando descalza el terreno lleno de piedras, entró y se sumergió al rio, pasando al otro lado sin dificultades. Por desgracia, aunque temblara por la baja temperatura del agua, no podía descansar. Apresurando su paso, se abrazó a sí misma y se internó en el bosque, perdiéndose de la vista y el olfato de los caninos.

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-1 mes después-

-¡¡BASTARDA!! - gritó un hombre de mediana edad, arrojando a Tsubaki al suelo.

Los moretones que llevaba en las piernas, le dolían tanto que era incapaz de levantarse.

-¡Después de todo lo que hemos hecho por ti, ¿Cómo te atreves a robar comida de los campos de cultivo?!

-¡Desgraciada! - agregó un anciano.

-¡Toma esto! - le siguió otro individuo, comenzando a patearla en la espalda al igual que otros señores de la multitud.

Con cada alarido que salía de su pequeña boca, los comentarios malintencionados de las mujeres en los alrededores no se hicieron esperar, llegando incluso a reírse de su situación.

Eso la hizo enojar tanto, que tomó con su puño derecho una porción de tierra, soportando todavía las patadas de los hombres con frustración y sed de venganza. De pronto, la campana del pueblo comenzó a sonar.

-¡¡Vienen los Youkai!! - gritó un sujeto que pasaba por ahí, antes de ser devorado por una serpiente voladora.

Llenos de pánico, la gente corrió a los refugios que le quedaban más cercanos. Por desgracia, los monstruos se les adelantaban, arrancándoles alguna extremidad, para hacerlos gritar de dolor, antes de comérselos por completo.

Adolorida y asustada, Tsubaki se sentó en el suelo, dejando escapar la tierra que recién tomó con su puño. El pacifico pueblo al que había llegado, se había convertido en un campo de batalla. Con la diferencia de que no eran los mismos humanos los que provocaban su propia destrucción.

En eso, un sacerdote corrió, parándose frente a los demonios con la figura de un dragón, la cual, dejó escapar a un espíritu que los exorcizaba al verlos. Tsubaki estaba tan anonadada con aquella demostración de poder, que no se percató del segundo en el que un Youkai apareció atrás de ella.

Haunted and Lost | COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora