Capítulo 56: La voz que desea ser escuchada.

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Había tanta luz en ese lugar, que a Naruto le costaba trabajo mirar los alrededores. ¿Dónde se encontraba? ¿Quién lo había llevado hasta ahí?

Acostumbrando sus ojos azules a aquel gran campo abierto, donde el viento no paraba de soplar, consiguió su respuesta, al distinguir una figura conocida, arrodillada a su lado derecho.

Era su padre, utilizando la misma gabardina con la que salió de su casa, aquel día.

El día en el que ya nunca más volvió.

Viendo su gran sonrisa y como su mano se acercaba a su cabeza, lo observó anonadado. Y, tanto nervioso como emocionado, se levantó de golpe y lo abrazó.

Con la cara pegada a su pecho, consiguió escuchar su risa y volver a sentir su cálida mano en sus cabellos. Tenía miedo de separarse de él. Minato estaba consciente de ello, por eso, le susurró en su oído el importante mensaje que quería darle.

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-¡Hinata! ¡Sasuke! - exclamaba InuYasha, con una flecha en medio del arco que llevaba, listo para disparar si se daba la situación.

-¡Sakura! ¡Naruto! ¡Shikamaru! - gritó Kagome enseguida, llevando su arma en las mismas condiciones que su prometido.

De repente, ambos escucharon un curioso ruido cerca de ahí, seguido por una brillante luz amarilla. Preocupados, corrieron a esa parte del bosque, atravesando arbustos y esquivando las ramas de algunos árboles.

Sobre otro de los nidos de las serpientes negras, el cuerpo de Naruto; enterrado por las criaturas junto al de Sakura y el de Shikamaru, brillaba, quemando cualquier presencia maligna a su alrededor.

Para ayudarlo a incrementar su poder, InuYasha y Kagome lanzaron sus flechas sagradas en las cercanías, deshaciendo más rápido a los animales, para así poder acercarse a ellos.

-No hay duda. - dijo la sacerdotisa, revisando al rubio. - Despertó su poder espiritual.

-Pero, ¿Cómo? - cuestionó InuYasha. - En el hospital, no dio indicios de que tuviera algo parecido en su interior.

De pronto, sus ojos azules comenzaron a abrirse, llamando la atención de la pareja.

-¿Q-Qué pasó?

Al hacer esa pregunta, Sakura y Shikamaru también recobraron el conocimiento. La pelirrosa, recordando lo sucedido con las serpientes, se sentó de golpe y volteó de un lado a otro, asustándose de nuevo al ver a Naruto brillando.

-¡¿Q-Q-Qué ocurre?! ¡¿Q-Qué tengo?! - quiso saber, viendo lo pálida que estaba, luego de sentarse también. A su lado izquierdo, Shikamaru también lo veía extraño. - ¡¡Vamos, ya díganme qué pasa!! ¡Me están desquiciando, de veras! - gritó molesto, girando su mueca de su amigo de la infancia hacia Sakura.

InuYasha resopló. Tomó otra flecha y le mostró con la punta metálica, usándola como espejo, el deslumbrante resplandor que lo rodeaba. Al instante, recordó las palabras que su padre le dijo en su sueño.

***

-Confío en qué podrán ayudar a sus seres queridos, con el poder que voy a entregarles por esta ocasión.

***

-¿N-Naruto? - Sakura lo llamó, pasando su mano sobre su mirada, sin poder hacer que reaccionara.

-Genial, ya lo perdimos. - dijo Shikamaru, con una mueca.

De pronto, un estruendo se escuchó detrás de ellos, consiguiendo que más serpientes negras aparecieran en sus cercanías. La pelirrosa, entrando en pánico, se escondió detrás de InuYasha y Kagome.

Haunted and Lost | COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora