Capítulo 13: La investigación entrelazada.

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No recordaba muchos detalles de esa noche. Salvo que, un fuerte grito de su madre lo despertó. Había visto a su hermano menor en el pasillo, asustado por cómo se movían las sombras en el primer piso.

Se acercó a él. Le cubrió su pequeña boca y le hizo un ademán para que guardara silencio. Y que, pasara lo que pasara, no debía bajar. De las escaleras, agarró un bate de béisbol, con el logo de su secundaria.

Tomando sus precauciones, caminó despacio por la alfombra, vislumbrando una extraña sombra que mordía "algo". Dando unos pasos más, vio horrorizado como una niña con alas de murciélago devoraba a sus padres, tirados en medio de la sala, y rodeados por cristales rotos.

Al verlo, la menor reaccionó con ira, abalanzándose hacia su cuello para levantarlo y estamparlo violentamente contra una repisa. De ahí en adelante, todo se convirtió en oscuridad.

***

La respuesta que "Kagome" le dio a Rin era imposible. Al menos para InuYasha, quien continuaba sentado en el suelo sometido por las manos de Sesshomaru.

De un instante a otro, su hermano mayor decidió que lo mejor era marcharse de ahí, soltándolo de mala manera y dirigiéndose a la puerta de la habitación. Rin, captando sus intenciones, corrió y se paró frente a él, deteniendo su trayecto.

-¿Alguien podría explicarme cómo es que Kagome terminó aquí en primer lugar? – cuestionó, decidida a saber la verdad.

Todos dirigieron sus ojos al piso, apenados y entristecidos. Salvo por una persona.

-Ocurrió hace 10 años. – respondió InuYasha, apoyándose en el marco de una de las ventanas, al mismo tiempo que se limpiaba su labio partido. – Dos meses después de que te marcharas a Roma...

***

-¡Volveré pronto! – sosteniendo un maletín, Kagome sonreía, pasando por la entrada del templo Higurashi. - ¡Lo prometo!

***

-Ella estaba dispuesta a encontrar a Kikyo, pero... - apretó los puños por lo bajo. – el sanatorio al que le pidieron ir se derrumbó. – sus ojos comenzaron a llorar por frustración. – El sacerdote que la acompañaba, la directora y otras empleadas del lugar, no sobrevivieron. Sin embargo, ella fue un caso diferente... - sollozó. Agachó la cabeza y la levantó de nuevo, enfrentando a todos los que lo escuchaban. - ¡Separó su alma de su cuerpo, porque tenía fe en que yo podría traerla de vuelta!

-InuYasha... - murmuró Sango.

Rin, al verlo tan devastado, corrió hacia su amigo de la infancia y lo abrazó. Él, sin importarle que los demás los estuvieran viendo, correspondió su gesto, aferrándose a su pequeña espalda.

-Tal vez no sea en este momento o mañana... - le susurró en el oído con comprensión, separándose. – pero sé que algún día, ustedes dos volverán a estar juntos. – InuYasha sonrió un poco, reflejando más angustia que alivio. – Hasta entonces... tenemos que cuidar a Itachi, ¿Si? – asintió.

-Lo que todavía no me queda claro es... - habló Miroku, acercándose a ellos junto a su esposa. - ¿Por qué te molestaste en venir aquí por tu cuenta?

InuYasha se quedó pensativo unos segundos antes de responder.

-Kagome fue a verme a mi habitación. – explicó, recordando lo sucedido y asombrando a los presentes. – Dijo que necesitaba regresar a su cuerpo para ayudar a Hinata.

Haunted and Lost | COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora