Capítulo 36: Una gota milagrosa.

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Los hermanos Uchiha quedaron impactados con la historia de sus acompañantes. Saber que también habían tenido una infancia difícil, gracias a los caprichos de Tsubaki, hizo que de inmediato conectaran con ellos.

Sasuke en especial, ya que no podía dejar de pensar en querer darle su merecido a esa mujer, por todo lo que lo obligó a vivir durante años. Con ese pensamiento en mente, se levantó de la cama de Kagome y se paró frente a la ventana, observando, tanto su reflejo, como el de los demás.

-No sé por dónde empezar. - comentó seriamente. - Desde la noche en la que murieron mis padres, mi vida se convirtió en una montaña rusa. - apretó los puños. - Aunque nunca pude llegar a la cima. Siempre permanecí en un nivel inferior, sufriendo por los chismes, las pesadillas, las humillaciones...

InuYasha, Rin y Sesshomaru agacharon sus cabezas. Claro que sabían a lo que se refería. Conocían mejor que nadie ese dolor, por estar tan expuestos, a un ambiente donde solo importaba el poder y las conexiones con la herencia de sus respetivos antepasados.

-...y aunque mi familia adoptiva intentaba protegerme de esas situaciones y más... es imposible cambiar la mentalidad de la gente.

Rin asintió.

-Algunos, tendrán empatía. Llorarán contigo y te dirán que puedes contar con su apoyo. Pero otros, se lo toman como una broma y te destruyen sin darse cuenta. - agachó la cabeza un momento. Y luego, volteó hacia los otros. - Los ayudaré a romper las maldiciones de sus seres queridos. Pero tengo una condición.

-¿Cuál? - interrogó Sesshomaru, apoyando la espalda en una pared y cruzado de brazos.

-Primero quiero que mi hermano vuelva sano y salvo a su cuerpo.

-¿Pero realmente sabes cómo hacerlo? - preguntó repentinamente una anciana de ojos saltones, haciendo que Itachi y Sasuke saltaran por el susto, al estar parada entre ellos sin que se dieran cuenta.

-¡¿S-Señora Urasue?! - preguntó InuYasha, anonadado.

-¿Urasue? - interrogó el detective, volteando de su hermano menor hacia la recién llegada. - ¿Entonces ella es...?

La anciana hizo una reverencia para saludarlo.

-¡Un momento! - pidió el menor de los Taisho. - ¡¿Cómo fue que entró aquí si hay un campo de fuerza afuera?!

-La barrera que rodea el hospital deja entrar a los seres que no sean malignos. - explicó Urasue. - Por eso fue sencillo que yo, al tener poderes vinculados a la sanación y al bien común, consiguiera entrar con facilidad.

InuYasha cayó con los pies hacia arriba por la impresión y Rin soltó una risita nerviosa. Jamás pensó que su campo de fuerza tuviera una característica tan peculiar como esa.

-Pero, dejando eso de lado... - sus enormes ojos se dirigieron hacia Sasuke. - he venido a ayudarte para que puedas usar los poderes de la fruta Tsuchigumo, en su máximo potencial.

Sin salir de su sorpresa, el muchacho asintió. Con el paso de los minutos y gracias a las explicaciones simples que le daba la bruja, pudo comprender mejor, la manera más rápida para romper las maldiciones.

Y una vez preparado para realizarla, salió del cuarto de Kagome, acompañado por Urasue, Rin, InuYasha y Sesshomaru. Itachi, mientras tanto y por instrucciones de la anciana, se recostó en la cama, empezando a relajarse hasta quedarse profundamente dormido.

-Ahora que me doy cuenta... - dijo el Uchiha de pronto, caminando al lado de Urasue. - ¿Por qué el hospital está tan vacío? ¿Qué pasó con el personal?

Haunted and Lost | COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora