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— ¡BUU!
— ¡POR UN DEMONIO FELIX DEJA DE HACER ESO! —gritó Seungmin exaltado por el susto que le había dado el pelirrojo.
Éste reía sin detenerse, hasta le dolía el estómago, mientras que su amigo lo miraba enojado. Rodó los ojos y siguió caminando con cuidado ya que estaba mayormente oscuro por lo poco que iluminaba la luna menguante.
— Pero Minnie ¡esperame! —el pelirrojo corrió para alcanzar al chico.
Seungmin y Felix, amigos desde secundaria, y amantes de mitos, leyendas, historias de terror. No era tan raro que estuvieran caminando por una de las residencias abandonadas de una villa en un apartado del bosque de Seul. Ese lugar tenía años abandonado, por un incendio que destruyó la mayoría de las grandes casas lujosas, nunca se supo si los residentes también perecieron, apenas y supieron de las llamas, que por alguna extraña razón se extinguieron de la nada.
En su universidad se corrían rumores de que en esa villa sucedían cosas raras, antes y después del incendio, al principio no les pareció interesante, su curiosidad apareció al escuchar que allí desaparecía gente, se podían "escuchar" los gritos de la gente quemándose, o que habían cosas muy raras allí, ¿fantasmas? ¿zombies? ¿vagabundos? ¿un asesino suelto? Ninguna de las anteriores.
Supuestamente, allí habían personasextrañas.
— ¿Crees que logremos ver algún fantasma o algo así? —preguntó Felix grabando con su fiel cámara el camino por donde andaban. Viendo así las grandes casas en ruinas y cenizas.
— No lo sé, según Changbin hyung no se ven, solo se oyen.
— Pero sabes, no se supone que deberían de oírse o verse, fue un incendio adrede, no accidental. Y creó firmemente en que un espíritu no descansa en paz si murió de forma repentina y accidental.
— Siento que tienes la mente de un psicópata de lo paranormal —el castaño rió y se detuvo en medio del camino— ¿crees que haya algo más aquí que casas en ruinas?
— No lo sé —se encogió el mayor bajando la cámara— ¿tú que piensas?
— Aquí desaparece gente Lix, ¿no es hora ya de irnos? —preguntó con algo de miedo. Tenía un mal presentimiento desde que entraron allí.
— Vamos Seungmin, no te asustes ahora, es bastante lo que caminamos hasta aquí, no nos va a ocurrir n-
Sus palabras fueron interrumpidas por un, al parecer, chico que salió de la nada corriendo en dirección contraria a ellos. Claramente ambos se asustaron, pero el chico estaba huyendo de algo.
— ¡Yo que ustedes no me quedó ahí y empiezo a correr! —gritó el joven que seguía corriendo.
Seungmin abrió los ojos con sorpresa, esa era la voz de uno de sus compañeros, que había desaparecido hace unas semanas. Giro a ver nuevamente a su amigo, y se le heló la sangre, su presión seguro que bajo al igual que su azúcar plaquetas, hasta juraba que le costó respirar.
